Se fusionaron la billetera virtual Ohana y la compañía de inversión de capitales Chimpay. Ambas son unidades de negocio Fintech, nacidas en Mendoza, que persiguen por medio de la tecnología una experiencia conveniente para el usuario que busca administrar de una forma ágil y segura sus ahorros. Fernando Galante, CEO del grupo, abrió las puertas del mundo de las finanzas y de las carteras de inversión administradas, habló sobre el origen de la compañía y sobre el público que -en tiempos de incertidumbre- toma la decisión de resguardar el valor de su dinero contra la inflación.
“Chimpay es una compañía relativamente joven. Tiene 10 años en el mercado, pero en realidad cuenta con mucha trayectoria, porque es la unión de un grupo de gente, encabezada por Julio Camsen, que opera en el mercado financiero desde hace 40 años”, explicó Galante. Camsen, durante años fue parte del directorio del Grupo Superville, dedicado a la administración y a la gestión del patrimonio tanto de individuos como de empresas.
“Nos organizamos y armamos Chimpay, compañía que está inscripta ante la Comisión Nacional de Valores bajo la figura de Asesor Global de Inversiones. La idea era ordenar todo lo que hacíamos bajo una misma órbita para seguir brindando servicios… para ayudar a nuestros clientes a ordenar su dinero y darle mayor eficiencia. De esta forma logramos optimizar los flujos financieros tanto a nivel local como internacional”, sostuvo el economista especializado en finanzas.
- ¿Cuántas son las personas que integran Chimpay?
- Actualmente en Chimpay somos 12 personas en forma permanente. Cinco están dedicadas al área técnica y administrativa; el resto son ejecutivos de cuentas que se encargan de atener a los clientes y brindarles servicios.
- ¿Cómo surgió la idea de la fusión?
- En el último tiempo avanzamos en la idea de fusionarnos con la billetera virtual Ohana, la otra compañía de nuestro grupo que estaba liderada por Leonel Camsen. Básicamente, Ohana nace como una billetera virtual; de hecho, somos una de las billeteras del programa Mendoza Activa. Hoy, desde Ohana se ofrece un paquete de soluciones transaccionales, como el pago de impuestos y servicios, o el pago por medio de un código QR; está fusión permite brindar otro servicio, relacionado a las soluciones de inversión para un público que no tiene acceso.
- ¿Se puede clasificar ese público?
- Es una respuesta bastante amplia, porque reúne a jóvenes profesionales, a millenials, a freelancers, a gente de clase media, que no tiene tiempo para ocuparse de sus finanzas. Llevo 16 años en el mercado de capitales y siempre he renegado de un concepto que ha sido muy usado: el de “democratizar las finanzas”. Pero al final del día, cómo estás democratizando las finanzas; muchas veces viene de la mano de una solución tecnológica para que accedas a los productos de inversión.
Te doy educación, entendida como un montón de cursos a internet y después te envió un informe. La gente se siente obnubilada, no sabe elegir, se paraliza a la hora de tomar una decisión y termina desistiendo.
- ¿Hacia dónde se debería avanzar para democratizar las finanzas?
- Por un lado, la gente no tiene tiempo de hacer un máster en finanzas para tomar la decisión de en qué invertir. Por el otro lado, hago un mea culpa, porque los economistas y los que estamos dedicados al mercado de capitales hablamos muy difícil y la gente no nos entiende. En mis comienzos daba charlas, y por ahí me encontraba con que la gente entendía la cosa al revés de lo que estaba planteando. Uno se da cuenta que tiene un problema de comunicación.
- ¿Resolvieron la comunicación?
- La idea es ofrecer una propuesta de valor. Estamos utilizando el slogan “Despreocupate”… lo que queremos decir es que el fruto de tu trabajo, de tus ahorros, los podés invertir para preservarlos. Queremos brindar un producto transparente, en el que se sepa qué pasa con el dinero; son productos regulados. En los últimos 15 años nunca he visto tantas estafas como ahora, porque vienen de la mano de la necesidad de resguardar el poder adquisitivo. Queremos dar un producto seguro, regulado con que la gente se pueda sentir cómoda y delegar esa responsabilidad de mirar los mercados en nosotros, para invertir su dinero en la forma útil.
- ¿A partir de que monto se puede invertir?
- Eso cambio mucho en el mercado. Hoy hay alternativas de inversión que arrancan desde los 1.000 pesos; es decir que la excusa de ‘tengo que tener un patrimonio elevado’ también ha quedado en el pasado.
Existen productos empaquetados que permiten arrancar con fondos muy bajos. Así que eso ya no es una barrera con estas soluciones tecnológicas, que hacen más sencillo operar y que permiten poder auto gestionarse.
- ¿Un ejemplo práctico?
- Un caso sencillo es una cartera que se ajusta por inflación; que hoy me parece que es el gran tema en Argentina. Si un cliente tiene $ 1.000 en nuestra billetera, puede ir a la parte de inversiones y encontrar que su cuenta está autorizada por la Comisión Nacional de Valores. Allí puede invertir sus fondos en distintas opciones: puede por ejemplo optar por nuestra cartera, que protege contra la inflación. Coloca los $ 1.000 y cada día puede ver en la billetera como esa inversión va creciendo en valor.
Otra cosa que es interesante de estos productos es la liquidez, a diferencia de la inversión tradicional como el plazo fijo, donde queda el capital inmovilizado. Aquí el inversor puede irse cuando quiera. Mientras más tiempo pase mejores intereses va a ganar, porque el tiempo es fundamental en materia de inversiones.
- ¿Qué tipo de empresas participan?
- El universo de posibilidades es muy grande y hoy el mercado da la posibilidad de invertir en muchas cosas. Se pueden comprar por ejemplo acciones en el exterior en pesos de compañías que son conocidas como Apel, Google, Coca-Cola, Alibaba, Mercado libre…
También, en fondos de inversión que generan un índice con las 500 compañías más grandes de Estados Unidos. Es una sola inversión que representa toda una economía. Mientras esa economía siga creciendo y esas compañías sigan generando rentabilidad, el inversor va a estar asociado a esas empresas y seguir ganando. Con el mundo digital el abanico de oportunidades se sigue ampliando. También hay acciones argentinas: bancos locales, industria dura, compañías de energía y demás.
- ¿Hay mucho público dispuesto a invertir?
- La penetración del mercado de capitales en Argentina está en el orden del 3%, es decir prácticamente nada. De alguna forma muestra que el argentino no invierte. Hay una situación coyuntural de problemas relacionados con el ahorro. Esto viene de larga data y tiene que ver con la inestabilidad monetaria y la dificultad para acceder a los productos de inversión. Si se mira a los países de la región, los que tienen penetración más baja están en el orden del 30% y hay otros como Estados Unidos, donde prácticamente es del 100%.
Hay dos situaciones que se juntan en nuestro país, y lleva a la gente a que desconfíe de hacer inversiones. Tenemos que entender que hoy el mercado de capitales no es el mismo que el de otras épocas en Argentina. Vamos a un caso fresco como lo fue el corralito, donde la gente sintió que se apropiaron de sus ahorros. En el caso del mercado de capitales, no tuvo ningún impacto.