Al margen del enorme ruido político que se generó en los últimos días, los equipos técnicos del Ministerio de Economía y del Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzaron la fase de redacción de los memorandos que darán forma al acuerdo final por la deuda del país.
Y, tras la tormenta política interna que en el Frente de Todos desató la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque en Diputados, en el Ejecutivo creen que el oficialismo apoyará en pleno lo que se firme con el Fondo.
“Máximo no quería defender el acuerdo porque tiene objeciones, pero no hay una situación de ruptura que lleve a su sector a empujar al Gobierno a un escenario de abismo”, le dijo a este diario un funcionario del Gabinete nacional.
De cara a lo que viene, entre miércoles y jueves hubo contactos entre Kirchner; su sucesor, Germán Martínez; y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Coinciden en que las diputadas nacionales Cecilia Moreau, del Frente Renovador, y Paula Penacca, de La Cámpora, sean ratificadas como vicepresidenta y secretaria parlamentaria, respectivamente, en el bloque oficialista.
Las piezas se van reacomodando así en el plano político para intentar dejar atrás una semana de ánimos muy caldeados. Y en el oficialismo aseguran estar convencidos que Juntos por el Cambio sumará sus votos en ambas cámaras, por lo que dan por descontado que el trámite parlamentario no tendrá traspié.
Una vez que los memorandos tengan la rúbrica del Congreso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, irán a la sede del Fondo en Washington para rubricar el nuevo programa crediticio.
En paralelo, avanza el trabajo técnico para los memorandos de las políticas económicas y financieras que se acordarán con el FMI. Esta tarea fina demandará “entre dos y tres semanas” más, comentaron ayer en el ministerio de Economía. Con Guzmán en Rusia, el trabajo comenzó con el liderazgo de Sergio Chodos, representante del Cono Sur ante el organismo multilateral.
Fuentes con conocimiento de las negociaciones dijeron a Los Andes que el diálogo con el Fondo se mantuvo abierto después de que el viernes 28 de enero anunciaron un entendimiento que ahora oficia de base. Hasta ahora se anunció el qué, y de los memorandos saldrá el cómo. Se establecerán los detalles del programa crediticio que tendrá dos años y medio de duración: las fechas de desembolsos, los montos y los requerimientos específicos para que cada proceso se gatille.
De los avances que se vienen dando surge que la Argentina no pondrá un solo dólar propio en el FMI ni bien se firme el acuerdo final y hasta 2026. Tendrá cuatro años y medio para juntar reservas. Y desde entonces, contará con diez años para pagar.
El presidente Alberto Fernández y el ministro Guzmán pidieron a la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, no perder un solo día a nivel técnico, dado que consideran que de allí saldrá un resultado que para la Argentina es “geopolítico”.
No quieren perder tiempo por dos motivos: para dejar de hacer pagos, dado que en marzo vencen u$s2.873 millones; y, sobre todo, para que se destraben nuevos créditos del Banco Mundial, el Bando Interamericano de Desarrollo, la CAF y haya desembolsos de China.
Fernández quiere llegar a la Asamblea Legislativa del martes 1 de marzo con una fecha cierta para el envío del acuerdo al Congreso, como lo exige la ley de Sostenibilidad de la Deuda que impulsó el propio Guzmán.
El gobierno está dando pasos en sentido de un acuerdo: esta semana pagó u$s368 millones por intereses. Y ayer dejó trascender cómo será el principio de la eliminación de subsidios vía segmentación de tarifas en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
De arranque, se avanzará con un esquema que eliminará todos los subsidios a unos 487 mil usuarios de once barrios porteños y 466 countries del conurbano bonaerense y unas 8 mil empresas en el AMBA. Aunque no hay fecha aún, luego se avanzará al resto del país.
El jueves, Georgieva defendió lo acordado hasta aquí: “Confiamos en que es un programa pragmático”, dijo. Y agregó: “Ayudará a Argentina a enfrentar los problemas estructurales más significativos”. Y dijo: “Nuestro objetivo principal es sacar a Argentina de este camino muy peligroso de alta inflación”.
