Puertas afuera del desayuno de Coviar y del almuerzo de Bodegas de Argentina, un conjunto de trabajadores vitivinícolas y un grupo de inquilinos autoconvocados, hicieron escuchar sus reclamos. Con la llegada del presidente Alberto Fernández, también se sumó en horas del mediodía la militancia del Partido Justicialista.
El grupo más llamativo fue el de “Trabajadores Vitivinícolas Autoconvocados”, que con pancartas, banderas y cornetas pedían un aumento para alcanzar la canasta básica familiar de $57.000. Ángel Colque, uno de sus referentes, declaró: “Un trabajador de viña está cobrando $27.000, un salario por debajo de la Canasta Básica, y uno de bodega, haciendo horas extra, llega a $33.000. No es algo para que los empresarios se enojen. Los mendocinos saben que en pandemia han tenido una buena ganancia. Hoy la mano de obra para ellos es muy barata”.
Por su parte, los integrantes de “Quiero mi casa – Inquilinos autoconvocados”, llegaron a las 9 de la mañana con letreros y banderas junto a la puerta del INTA Luján, sede del agasajo de Coviar. “Todos acá alquilamos con un costo enorme. Queremos nuestra propia vivienda. Hemos presentado un petitorio en la legislatura y queremos que el IPV (Instituto Provincial de la Vivienda) nos escuche. No queremos que nos las regalen, sino pagarlas”, sostuvo Elizabeth González.
Inquilinos y trabajadores compartieron el espacio con la intención de presentar cada uno un petitorio al presidente Fernández. Algo llamativo fue el buen trato que hubo con la policía, con chistes sobre lo “loco” de hacer un desayuno al mediodía o el calor que pasaban con las boinas en la cabeza a rayo del sol.
Al mediodía, los trabajadores vitivinícolas se retiraron hacia Bodega Trivento (al almuerzo de BA) y fuera del INTA se notó otro grupo: la militancia peronista. Al acercarse Alberto Fernández, sacaron sus banderas argentinas y recibieron a un presidente que bajó la ventanilla y apretó manos al pasar. “Vengo para apoyar al gobierno de Alberto y Cristina (Kirchner). Para que se hagan cosas para Mendoza y haya trabajo, que es lo más necesario. Además, para que se organice la logística de las vacunas, porque va lenta la vacunación”, expresó Irene Carrión.
Un salario como la canasta básica
Jorge Verón, trabajador de bodega, remarcó que luchan por un salario digno. “Estamos por debajo de la línea de la pobreza”, indicó. La semana que viene esperan la respuesta de las cámaras empresarias. Claudio, otro trabajador, criticó la falta de indumentaria laboral: “No nos dan ropa ni botines. Trabajamos con elementos tóxicos y hay compañeros que se han lesionado”. Otros criticaron el “maltrato laboral” pero prefirieron resguardar sus nombres por temor a perder el puesto.
Alejandra, esposa de un trabajador de viña, sostuvo que muchos como su marido no podían estar presentes por trabajar en ese momento y poder perder el puesto. Criticó que “cada vez más se terceriza la labor en la viña” y comentó que el 8 de marzo a las 18 horas se concentrarán en el Nudo Vial y hacia casa de Gobierno para marchar por las mujeres vitivinícolas.
Otro reclamo fue por una “mejor representatividad gremial”, con muchas críticas hacia el sindicato. El secretario general de Foeva Mendoza, Guido Álvarez, comentó que estaba al tanto del pedido: “Hubo una reunión importante con ellos en Tunuyán, Foeva está muy pendiente de este reclamo. Al sector empresario le ha ido muy bien, se está trabajando para ver cómo poder lograr el salario que hoy el trabajador necesita”.