Podría decirse que Gerry Garbulsky es de aquellas personas que actúa en coherencia con lo que dice y la construcción que ha realizado en torno al mundo emprendedor y al aprendizaje. Físico de profesión y con un doctorado en esta materia, comenzó a trabajar desde joven en el mundo de los negocios y se apasionó por aquello que ofrece la posibilidad de hacer “algo” con lo que nos disgusta en el mundo. Esa suerte de incomodidad fue la que lo llevó a crear el podcast “Aprender de Grandes” que está a punto de cumplir diez años de vida y cuenta con millones de seguidores en diversas plataformas.
Garbulsky, además, es conocido por su trabajo en torno a las reconocidas charlas TED y es director de TEDx Río de la Plata y está al frente del proyecto educativo “Clubes TED-Ed” . En Mendoza disertó frente a unas 5.000 personas que se dieron cita en la Experiencia Endeavor, que busca inspirar y fortalecer a los emprendedores. “Desde hace 25 años que participo en Endeavor, que empezó a fines de los 90, y me involucré como voluntario con tareas de coaching, participación en los paneles de selección y orador”, relató Gerry. En Mendoza, cerró la ronda de exposiciones y su bloque se denominó “Superpoderes para aprender y emprender durante toda la vida” para, según explicó, “ser dueños de nuestras vidas, protagonistas, y no víctimas de todo eso que nos pasa”.
-¿Qué es lo que te importa transmitir en este tipo de espacios?
La neurociencia y la teoría de la educación nos ayudan a entender qué podemos hacer para, literalmente, aprender hasta el último día de nuestra existencia. Y también cómo usar ese conocimiento para emprender a sabiendas de que emprender es ver que hay algo en el mundo que no te gusta, que podría ser mejor, y que en lugar de protestar o quejarte por eso te proponés cambiarlo. Puede ser algo chico. En eso consiste emprender. Primero emprender y después cambiar el mundo.
-A veces emprender no parece tan complicado sino más bien persistir en eso, ¿cómo lo ves?
-Sí es difícil emprender… En realidad todo es complejo si uno lo quiere hacer bien y todos podemos ser buenos, pero eso requiere de esfuerzo, de constancia, de sostener. Porque lo más probable es que te vaya mal las primeras veces y no ir bien significa que algo no funcionó. Sin embargo, es eso lo que te dio la oportunidad de aprender. Entonces, emprender no es una máquina para generar dinero sino una para aprender, que a la larga te va a dar dinero. Sin embargo, el camino puede vivirse como tortuoso.
-¿Y cuál es tu consejo para los que emprenden?
_Hay que tener claro que, como casi todo, este tipo de actividades requiere de foco, de atención, de entrega. Tarde o temprano vas a ver los resultados positivos. Lo importante es tener la motivación correcta para no tirar la toalla cada vez que hay un inconveniente ya que si solo te mueve el dinero, apenas te vaya mal te vas a ir a hacer otra cosa. En cambio, si la motivación es aprender y disfrutar del camino, importa menos lo que pase porque igual vas a ser exitoso. Ese aprendizaje y esa suerte de gozo te van a dar, a la larga, los beneficios económicos que, si no es el objetivo principal, paradójicamente se logra al máximo.
-Existe hoy una suerte de cultura de la inmediatez, ¿cómo impacta esto en los emprendedores?
-En las últimas dos décadas ha habido muchos cambios y uno de ellos es el cortoplacismo, tal vez impulsado por la vorágine general, la tecnología, las redes sociales, etc. Sin embargo, hay un lado positivo en todo esto y es que de repente está de moda emprender. Mucha gente se plantea no trabajar en relación de dependencia toda la vida, ya esa definición no es muy feliz. En este sentido, hay nuevas herramientas disponibles para que las personas se animen. Dicen: “nadie me garantiza nada, pero me mando”. En especial si uno es joven ya que pueden tomar más riesgos. No solo se puso de moda emprender sino que también hay más lugares en donde formarse como Endeavor y diversos podcast o espacios en donde uno se puede capacitar para pensar en cambiar un poco el mundo.
-¿Cómo está la educación en este sentido? Es decir, ¿te parece que incentiva el emprendurismo?
-La educación mejoró mucho en un punto. Un ejemplo de esto es Endeavor que hay hecho un gran trabajo para hacerlo accesible y que implica que 5.000 personas busquen capacitarse en este tema. Ahora, en las escuelas todavía estamos lejos, no está la idea de emprender como contenido curricular. En parte, por la propia inercia del sistema y, en parte, porque los docentes no fueron capacitados o no tuvieron la experiencia de emprender. Para mí la mejor para comenzar a saldar esta deuda es invitar a la gente que emprende a las escuelas, que esa gente que ya “fracasó” siete veces y tuvo un pequeño acierto les cuente a los estudiantes su experiencia. Es decir, en qué consiste hacerse cargo de las cosas que te dan bronca en el mundo y cómo hacer para cambiarlas. Sin embargo, hay que abrirle los ojos a los emprendedores y a las escuelas.
-La sensación de fracaso también atenta contra el emprendedurismo, ¿cómo ves esto?
-Hay un estigma que patea en contra y es que si hiciste algo que no funcionó, sos un fracasado y eso es terrible. En general es algo que sucede en todas las sociedades del mundo, con algunas excepciones muy puntuales. Creo que debemos darnos cuenta de que lo importante no es el éxito inmediato sino haber hecho las cosas lo mejor que pudiste y enfocarte en aprender, por más que no haya salido algo como vos querías.
-¿Cómo surgió Aprender de Grandes?
-Lo que me pasaba es que me daban bronca las conversaciones que tenía con mi familia o mis amigos en la sobremesa. Que solían ser de política o farándula y no es que esté mal hablar de eso, pero sí lo está no hablar de otras cosas también. Entonces pensé qué podía hacer para tener esas conversaciones que yo quería para aprender toda la vida. Empecé el podcast y comenzó a funcionar espectacular. Yo lo hacía para mí porque quería conversar con la gente y de repente lo publicaba y lo veían miles de personas. Por eso creo que es importante buscar el deseo de uno cuando quiere emprender. No se trata de satisfacer una demanda abstracta sino una inquietud personal para que, ojalá la gente se identifique con eso y te ayude a construir un sistema, una comunidad y un sustento económico para crecer. Comenzamos hace casi diez años y hoy también hacemos cursos, juegos de naipes y formamos un club con personas de 26 países que quieren aprender toda la vida. Hay muchas cosas que no podría haber planificado y que han sucedido.
-Además sos referente de las charlas TED, ¿cómo es esa experiencia?
-Estoy muy involucrado en el mundo TED. Fundé TEDx Río de la Plata y dirigí TED en español durante mucho tiempo. Ahora también con Clubes TED-Ed que es una iniciativa que desarrollamos en escuelas secundarias. Ayudamos a chicas y chicos de todo el país a desarrollar la capacidad de entender qué los apasiona, a construir ideas y aprender a transmitir esa pasión. Es un dispositivo en el que formamos a docentes con el fin de que sus alumnos recorran un camino parecido al que se realiza con los oradores de TED para preparar sus charlas en diez o doce encuentros. Allí los profesores realizan ejercicios, juegan e intercambian experiencias para ayudar a los alumnos a encontrar lo que los apasiona, elaborar su idea y pararse en un círculo rojo como los de TED. Creo que todos tenemos una charla TED adentro y está bueno poder sacarla y mostrarla.
La verdad es que pasan cosas muy lindas. Hay chicos a quienes le hacían bulling y cuando se suban y cuentan su experiencia son ovacionados por quienes los acosaban. Es muy emocionante y, cada vez que lo cuento, me emociono como la primera vez. Participan establecimientos de todo el país y en Mendoza hay unas 100 escuelas que forman parte de este proyecto. Se trata de un programa gratuito en el que ni los colegios ni los alumnos deben pagar ya que nosotros financiamos nuestro trabajo con aportes de personas, empresas, gobiernos y organismos internacionales. Lo apoyan para que más chicos puedan desarrollar y vivir esta experiencia, porque creen que está bueno y la verdad es que es así.