El billete de mayor denominación perdió gran parte desde su valor desde que se lanzó en 2017, y ya no alcanza para comprar ciertos alimentos, pero este viernes se notó el impacto sobre todo en las carnes, que aumentaron un 25% en dos semanas, y se espera un nuevo incremento para fin de año.
Es que, por ejemplo, un billete de $1.000, ya no alcanza para comprar un kilogramo de peceto ($1.099) y hay que recurrir a las ofertas para comprar un kilo de nalga en $925, aunque se puede encontrar el mismo corte por encima de los $1.000. El “lomo premium”, igualmente, se vende en $1.145; una “colita de cuadril” se vende en góndola en alrededor de $1.250.
En cuanto al asado, un kg de costillas de novillo cuesta alrededor de $730 en los supermercados locales, y el “asado del carnicero”, $859. Un vacío de novillito en $959, y la bola de lomo feteada en $899, y la milanesa de cuadrada en $709.
El aumento de la carne
En las últimas dos semanas se produjeron diversos aumentos en el precio de la carne (acumulado del 25%), y se esperan nuevas subas cuando, por la cercanía a las fiestas de fin de año, aumente la demanda. Las razones incluyen la estacionalidad (la aparición de pasturas invitan a seguir engordando a los animales en lugar de enviarlos a la faena), y al efecto desaliento que tuvo el cepo a la exportación.
Los altos precios en el maíz, y la falta de lotes de buena calidad en el mercado concentrador de Liniers también contribuyeron a la fuerte aceleración de la suba en los precios de la carne, que se trasladaría a la inflación de fin de año, que ya esperan que sea superior a la del resto de los meses, también por motivos estacionales.
Por esto último, es que el ministro Martín Guzmán convocó a una reunión urgente con sus pares Julián Domínguez y Matías Kulfas, más el secretario Roberto Feletti, para evaluar alguna medida que permita atacar las causas del aumento, como puede ser el precio del maíz (todavía no hay anuncios oficiales al respecto).
Asimismo, Clarín señaló que, “en este momento hay versiones de lo más variadas como llamados a exportadores para que detengan algunos embarques y también a grandes compradores en el mercado de Liniers para que no convaliden los nuevos precios”, y se cree que han descartado otra restricción a las exportaciones, aunque las entidades del campo se mantienen alertas ante el resultado de este encuentro.
Otras subas: el pan y los lácteos
El precio de los panificados y de los lácteos también cerraron la semana en suba, y le suman presión al bolsillo de los argentinos, y de los mendocinos en particular.
La Cámara de Empresarios Panaderos y Afines (CEPA) de Mendoza informó que a partir de este viernes 19 de noviembre, se produjo un incremento en el precio del pan de entre el 12% y el 15%. Las razones principales tienen que ver con un incremento en el precio de todas las materias primas que se utilizan en la elaboración de panificados y de los incrementos salariales que deben afrontar los industriales panaderos.
De manera que los precios desde este viernes son de $190 para el kg de pan mignon; $280, para la docena de tortitas y $430 para las facturas.
Por otro lado, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) reveló que los precios de los lácteos aumentaron en general, en los primeros nueve meses del año, un 60%. Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el nivel general del Índice de precios al consumidor (IPC) para el rubro “alimentos y bebidas no alcohólicas en general, creció un 3,4% en octubre del 2021, 41,2% en enero-octubre 2021 y un 51,4% en el acumulado anual.
Así, los precios de la mayoría de los lácteos, se han equiparado, e incluso superado al resto de los índices de la inflación minorista.
Al igual que lo que sucede con la carne, en este escenario, se requieren más de $1.000 para comprar ciertos quesos (light, feteados y de rallar).