Los Andes realizó una recorrida por los supermercados del Gran Mendoza y observó algunos espacios vacíos en las góndolas. El precio es uno de los factores que precipitó la falta de algunas marcas de aceite, harina y también azúcar. Mientras tanto, la secretaría de Comercio de la Nación convocó a las empresas de consumo masivo para realizar una evaluación del programa Precios Justos. Por su parte, la industria está preocupada por el avance de los costos de fabricación y la sequía con una merma proyectada de la cosecha del 40%.
Con estimaciones privadas que señalan que la inflación en febrero se mantendrá en el orden del 6%, los consumidores intensifican sus estrategias para mitigar el impacto del aumento de precios. Los economistas locales explican que las causas que provocan este “vacío” son multiples: ajustes de oferta y demanda, los efectos de la inflación y también el incremento del valor internacional de los commodities. “La gente intuye que habrá un aumento y trata de stockearse con alimentos básicos”, explicó el economista Carlos Rodríguez.
“El abastecimiento es el de siempre”, señala Rubén David, gerente del mayorista Oscar David, en referencia a la distribución de harinas, aceite y azúcar, entre otros productos de la canasta alimentaria. “La verdad que hemos tenido un abastecimiento normal, pero con el problema de las sequía vamos a tener una merma en la producción y eso va a repercutir en algún momento”, destacó el mayorista. David agregó que por lo pronto hay stock y entregas desde las fabricas.
Ajustes en los perfiles
En un intento por desacelerar la inflación, el gobierno nacional apuesta por la regulación del valor de 2.000 artículos por 120 días. Así, en la actual lista del programa Precios Justos se ofrecen dos marcas de aceite (de 900 cc) a $ 295,53. En Mendoza, por su parte, sin unidades disponibles a media mañana, un supermercado ofrece una marca similar por la misma cantidad a $ 296. Los clientes han tomado esa oportunidad y se han llevado el stock expuesto en el salón de venta.
Algo parecido, ocurrió con algunos suministros de harina en forma muy puntual. Porque la 0000 por 1kg. se ofrece en el $ 212,84 en el programa nacional y en una cadena provincial el faltante se expresan en la calidad de 000, porque tiene un costo de $ 147. Mientras no faltaron los carteles restringiendo la cantidad de unidades por grupo familiar, como en el caso del azúcar 1kg a $ 251,80 controlado por le Gobierno.
“La pegunta sería, en cuáles artículos no has notado un aumento. Pero seguramente en los de limpieza no, porque están por las nubes como las bebidas”, responde Cintia de Godoy Cruz. “Por lo general compro lo que está en oferta, salvo algunas cosas en particular”, agrega. Por su parte, Marcelo relata que suele ir de compras a los mayoristas, “porque todavía hay precios accesibles; los precios en los supermercados están por las nubes”. Y agrega que generalmente utiliza dinero en efectivo pero que a veces recurre a la tarjeta de crédito “porque contar con $15.000 en efectivo se hace muy difícil”.
“La gente que no tiene resto termina pagando más caro en el promedio a largo plazo. Salir a buscar precios es lo que hace toda persona que tiene que parar la olla todos los días”, señaló la economista Carina Farah. La profesional agregó que ve a la gente desorientada, porque “estamos viendo que la inflación se estaría estabilizando en un 6%, aunque es un poco prematuro para aseverarlo”. Marcó además que hay que ver qué pasa con los precios en marzo porque, es un mes crítico porque la “inflación da un pequeño salto”.
Entre molienda y reservas
“El peor momento de la industria aceitera de soja”, sostuvo ayer en un comunicado vía tuitter la Cámara de la Industria Aceitera Argentina, aduciendo que esto estuvo motivado por todos los indicadores económicos, “comerciales, de ingreso de divisas, ventas de los productores, industrialización, márgenes de molienda, y otras acciones operativas”. Sin embargo, un tema de preocupación latente para el sector agroindustrial es la sequía que ha provocado mermas en la cosecha y tendrá sus consecuencias en la producción de alimentos.
“En algún momento ese 40% va a tener alguna incidencia, estamos esperando a ver que sucede”, explicó Rubén David. El mayorista señaló que es importante mantener la calma, porque es un problema que el mercado puede resolver. Generar intranquilidad, señala el empresario que “siempre provoca que cuando se habla de un producto en falta, la gente salga con desesperación a tratar de proveerse un stock y genere un desabastecimiento. Pero Argentina es así”.
El humor social
Respecto al humor social, Walter Carvalho explicó: “nos hemos acostumbrado a la inflación, estamos conviviendo con ella y ha dejado de ser una sorpresa que los precios vayan subiendo en forma acelerada”. El economista ve resignación en la gente y señala que el verdadero impacto que genera esta situación “es que de a poco va perdiendo poder adquisitivo, porque el salario no logra ajustarse a los niveles de la inflación. Algunas personas fijan una determinada suma de dinero para sus compras y cada vez pueden acceder a menos cantidad de un producto”.
“Se está viviendo al día y no se puede planificar, eso es muy estresante para las familias. Con la inflación se va perdiendo calidad de vida y eso impacta directamente en el humor social”, remarcó Carvalho. Hoy la inflación alimenta la ansiedad del consumo y las grandes cadenas reconocen que en los últimos días hubo ajustes de precios en las harinas, los fideos y los panificados.
Para Carina Farah el 2023 va a ser un año muy convulsionado por las elecciones, “la esperanza está en bajar la inflación, en reacomodar el gasto público porque la sociedad sigue esperando esos gestos”. La economista concluyó que si se baja la inflación la economía se va acomodar mucho más, “porque hay generación de empleo, y eso es innegable, el tema es que los salarios que empiezan a percibir las personas se los come la inflación y ese es el problema clave que tiene el gobierno hoy”.