El sector vitivinícola se encuentra en un escenario muy diferente al que se prevía meses atrás. La cosecha fue mayor a la esperada y las ventas no cubrieron las expectativas. Así, el mercado superó los cinco meses de stock y el Banco de Vinos quedó habilitado para salir a retener una parte de la producción.
Alfredo Aciar, director ejecutivo del Banco de Vinos, explicó en detalle lo ocurrido. “Se terminó cosechando un 10% más de uva que el año pasado, cuando el INV dijo que íbamos a cosechar entre un 6% y un 7% menos. En términos de quintales, estamos hablando de casi 3 millones de quintales más que entraron en la cuenta”, señaló.
“A eso se suma una caída bastante llamativa en lo que hace a las ventas de vinos de baja gama de precios”, remarcó. Los números del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dan cuenta de esta situación. Entre enero y marzo los despachos de vino fraccionado se contrajeron 9,2%, pasando de 1.971.104 hectólitros comercializados en 2020 a 1.789.330 hectólitros en 2021.
“En la última reunión, el consejo asesor llegó a la conclusión de que hoy estemos superando los cinco meses de stock, y de acuerdo a los cálculos del INV, estamos en seis meses”, apuntó Aciar.
El decreto reglamentario, en su artículo primero, establece una fórmula para calcular el excedente. “Está faltando terminar de declarar los descubes finales , para saber cuánto vino hay. Lo otro que es más relevante es terminar de registrar los contratos de elaboración por parte de terceros, para saber en manos de quién está realmente el vino (elaboradores por cuenta de terceros, trasladistas o fraccionadores).
Qué vinos se retendrán
Para entender mejor en qué situación se encuentra el sector vitivinícola, es válido repasar cuál es exactamente la función del Banco de Vinos y cómo está determinado que intervenga en un escenario de sobrestock. El organismo tiene como objetivo equilibrar el mercado, reteniendo vino cuando hay sobrestock y liberándolo cuando hay faltante.
Cuando hay exceso de vinos (hay más de lo que se puede vender en cinco meses), el Banco queda habilitado para retener parte de la producción. No se trata de una medida arbitraria, sino que las bodegas pueden acceder voluntariamente a inmovilizar sus vinos. A cambio, el Banco les paga una tasa de interés por el bloqueo, equivalente a la que se otorga por un plazo fijo.
Desde su creación, esta es la primera vez que existe una evidente situación de sobrestock. Ahora resta saber qué vinos se depositarán en el Banco. “Aun no está definido el color. Cuando se publiquen los detalles del stock, a finales de junio de este año, sabremos cuánto vino de color y cuánto vino blanco hay”, señaló Alfredo Aciar. “Lo concreto hoy, es que hay seis meses de stock”, insistió el funcionario.
“Vamos a ver qué dice el consejo, pero mi opinión es que la vitivinicultura argentina tienen una ‘tintocracia’, y si uno quiere torcerle el brazo al mercado, hay que operar en donde es más dominante, que son los vinos tintos”, comentó el director del Banco de Vinos.
Los precios del mercado
Según Alfredo Aciar, la situación de sobrestock todavía no provoca una caída de precios en el mercado de traslado. “Por el momento los valores están sostenidos para los productores, pero el 1º de junio, cuando se liberen los vinos nuevos, las expectativas podrían cambiar. Podría llegar a haber una merma o que se mantengan los precios en valores nominales (pérdidas en términos reales), como podría pasar también con el mosto”, subrayó.
Evitar esos desequilibrios en el mercado es justamente el objetivo del Banco de Vinos. Aciar aseguró que el organismo “va a corregir los errores del pronóstico de cosecha y la caída del consumo (motivada por un bajo poder adquisitivo en la gente)”.
Sin acuerdo con San Juan
Pese a las reiteradas reuniones que tuvieron lugar a lo largo de varias semanas de negociaciones, Mendoza y San Juan no llegaron a un acuerdo de diversificación este año. Voluntariamente, el mercado destinó el 25% de su producción a mosto.
“Las condiciones que se dieron durante la cosecha favorecieron la elaboración del mosto. Había interés por parte de los mosteros para asegurarse una materia prima, en un escenario en el que el vino estaba en buen precio, y el pronóstico de cosecha era bajo. Las circunstancias favorecieron la producción de mosto”, apuntó el director ejecutivo del Banco de Vinos.
“Ahora, eso es pasado y no se puede cambiar. A futuro, lo que hay que hacer es que los dos gobiernos (el de Mendoza y el de San Juan) se pongan de acuerdo para actualizar la contribución obligatoria. De lo contrario no se tiene un disuasivo; se puede poner la señal que quiera y la gente hará lo que le convenga económicamente”, cerró Aciar.
Menor salida exportadora
El comportamiento de las ventas de vino en el mercado interno es una variable fundamental a la hora de definir los niveles de stock, pero también es importante definir qué está ocurriendo con las ventas al exterior.
De acuerdo a las estadísticas publicadas por el INV, Argentina no ha tenido el mejor arranque del año. En el primer cuatrimestre se contrajeron 23,2% las exportaciones totales de vino, pasando de 1.450.082 hectólitros vendidos en 2020 a 1.113.009 hectólitros comercializados en los primeros cuatro meses de 2021.
El resultado se explica por la baja registrada en los envíos de vino a granel. Las estadísticas muestran una retracción del 48,8% en las exportaciones de ese producto, lo que significó una caída de 418.737 hectólitros.
Fue mejor el desempeño de las exportaciones de vino fraccionado. Entre enero y abril de 2020 Argentina exportó 592.671 hectólitros de vino, principalmente embotellado, mientras que en los primeros cuatro meses de 2021 se enviaron al exterior 674.336 hectólitros. La diferencia dejó como saldo un crecimiento del 13,8%.
Por su parte, las exportaciones de mosto se contrajeron un 24,5%. Fueron 38.426 las toneladas exportadas en el período enero-abril del año pasado y 29.006 las toneladas que se colocaron el exterior en lo que va de esta temporada.
En el balance total, se han exportado 337.073 hectólitros de vino menos que en 2020 y 9.420 toneladas de mosto menos que el año pasado. El volumen no vendido contribuye al aumento de los meses de stock.
Cabe recordar además, que a comienzos de 2021 las expectativas eran mucho más favorables. El 2020 sorprendió por los buenos resultados logrados por el sector vitivinícola en medio del escenario de pandemia. Se vendió mucho más de lo esperado, tanto dentro como fuera del país y se generaron buenas perspectivas para este año.
El éxito en las ventas permitió reducir considerablemente los excedente de vino (en algún momento se llegaron a rozar los siete meses de stock), pero los malos resultados de la primera parte de este año comenzaron a revertir la tendencia.
De todas formas, tal como explicó Alfredo Aciar, será recién después del 1° de junio, cuando se liberen los vinos nuevos, cuando se podrá conocer con mayor precisión cuál es la realidad del mercado vitivinícola. Por lo pronto, se mantiene un nivel de ventas menor al del año pasado, pero con precios todavía estables.