Los productores ya esperaban heladas para las primeras horas del lunes, pero las temperaturas de entre 1 y 4 grados bajo cero causaron daños imprevistos que, en algunos casos, ya son visibles. Los registros variaron en cada zona, e incluso, dentro de una misma finca, por lo que el estado de las plantas es diferente de acuerdo a la variedad y localidad. Por ese motivo, se deberá esperar algunos días para poder conocer con precisión el alcance de los daños, aunque se estiman pérdidas de hasta 60% en algunos cultivos.
Lo que sí es un hecho, es que las heladas impactaron en todos los oasis de la provincia y que las temperaturas fueron lo suficientemente bajas como para afectar los cultivos, que, además, en esta época se encuentran en un estado avanzado de floración o cuaje, lo que las hace más susceptibles al daño.
En comparación con las heladas del 3 y 4 de setiembre del año pasado, las de la madrugada del lunes produjeron temperaturas menos rigurosas (se estima que no descendió más allá de los -4°, cuando en 2019 se llegó a los -8° en algunas localidades). Además, el tiempo de duración fue inferior, ya que en muchos lugares no se prolongó más allá de un par de horas y en algunos llegó a cuatro, mientas en 2019 se sostuvieron por hasta 8 horas.
Por otra parte, en 2019 hubo dos días consecutivos con registros bajo cero, en tanto se esperaba que ayer el termómetro se elevara lo suficiente para calentar el suelo e impedir que la situación se repitiera anoche. Pero en ambos casos abarcó a todo el territorio provincial. En 2019 algunas frutas tuvieron una merma de hasta el 70% y, de modo muy preliminar, se están estimando ahora pérdidas del 40% al 60%.
Martín Cavagnaro, coordinador de la Red de Estaciones Agrometeorológicas (de la Dirección de Contingencias Climáticas de la provincia), detalló que las temperaturas se ubicaron, en promedio, entre los -1,5° y los -2,5° en todos los oasis de la provincia, aunque hubo localidades en las que se registraron -3,7°. Sin embargo, recordó que las heladas no provocan daños tan apreciables en un primer momento como el granizo, por lo que recién podrán conocer la extensión de la afectación en unos 10 días.
“Si afectó un pequeño fruto, el efecto se vera 7 a 10 días después: si se cayó, si está necrosado por dentro”, explicó. A esto añadió que, si bien las heladas no fueron tan extremas, en esta época del año las plantas están en plena floración y cuaje de frutos, por lo que se encuentran bastante vulnerables. “Con apenas -1,5°, un fruto cuajado puede tener daños”, indicó.
La situación, adelantó Cavagnaro, puede haber sido muy distinta para el productor que pudo recurrir a algún sistema activo de control de heladas (como la quema de algún tipo de combustible o el riego), aunque también, si el termómetro no bajó mucho del 0°, si utilizó un método pasivo, como el retiro de malezas, el compactado del suelo y el mantenerlo húmedo.
En cuanto a las zonas, detalló que en el Valle de Uco empezó a despejar cerca de las 4 de la mañana, en el Este alrededor de las 6, mientras en el Sur la caída de la temperatura comenzó antes, pero como había llovido el fin de semana, el descenso fue gradual y la humedad atemperó el efecto.
Es que para la primavera 2020 se han pronosticado temperaturas por encima de lo normal –lo que acelera la floración y el cuaje-, como también menos precipitaciones (asociadas a una alta probabilidad de ocurrencia de un fenómeno La Niña). Cuando hay menos humedad, el efecto de los registros bajo cero genera mayor afectación.
Fabián Ruggeri, ingeniero agrónomo integrante de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), indicó que los datos son muy variables, según el estado de la finca e incluso del cuartel, pero resaltó que en muy pocas localidades no hubo temperaturas que puedan haber causado daños.
Asimismo, manifestó que los espalderos se han visto más afectados que los parrales, ya que, en este último caso, los brotes se encuentran a mayor altura y tienen más probabilidades de haberse salvado. Si bien coincidió en que se debe esperar al menos un par de días más para poder cuantificar qué tan extendida ha sido la afectación, adelantó que es probable que sea entre mediana e importante.
A diferencia del año pasado, comentó Ruggeri, cuando la magnitud del daño recién se apreció al momento de la cosecha -porque la helada se produjo antes-, en ésta es evidente ya que los brotes están quemados.
Si bien se avisó con antelación del pronóstico y hubo productores que alcanzaron a regar o limpiar un poco la maleza, cuando cayó por debajo de -1° (a nivel del brote) es probable que no haya resultado suficiente con esta defensa pasiva. De ahí que, en aquellas localidades donde cayó por debajo de -2° y no se utilizó un sistema activo, es de esperar pérdidas.
José Luis Navarro, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), detalló que el frente frío no sólo afectó a Mendoza, sino también a otras partes del país, incluido el Valle de Río Negro (y Chile). Esto último, indicó, podría beneficiar en cierto modo a los productores frutícolas mendocinos que hayan salvado su producción, porque subirán los precios, pero impacta negativamente en la situación nacional.
El titular de Aspeff señaló que tener el suelo compactado, sin yuyos y regado ayuda, pero sólo cuando los registros caen uno o dos grados bajo cero. En cuanto a los daños, indicó que depende del producto y la zona, y que los más adelantados son los frutos de carozo (durazno y ciruela), aunque en los de pepita (pera y manzana) ya ha cuajado la flor. Pese a eso, se esperanzó con que no se produzca otra helada tardía y que la afectación no sea tan grave como estiman hoy.
Por su parte, Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, indicó que las temperaturas llegaron a los -3,5° en promedio en Vista Flores, mientras en El Cepillo rondó los -2,5° y en La Consulta los -1,5°. Aunque no pudo evaluar el daño aún, adelantó que de membrillo no va a quedar nada porque es la segunda helada que lo afecta. “Por experiencia, y a ojo de buen cubero, los frutales han tenido un daño del 20 al 25% y en viña muy poco”, estimó.
Diego Tozzi, representante del sector agrícola en la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de San Martín, explicó que estaban esperando datos del relevamiento, pero que se anticipan daños, aunque algunos recién podrían ser evidentes dentro de unos 20 días. En cuanto a los frutales, la estimación puede ser más sencilla, pero en el caso de las vides se debe esperar a ver si rebrotan aquellas que tienen brotes quemados.
Aunque en el Este hubo un par de horas de registros bajo cero, Tozzi señaló que se necesitan apenas 30 minutos para que se produzca afectación. Pese a esto, indicó que en algunas zonas hizo más frío que en otras y que las diversas especies y variedades están en momento diferentes del ciclo. En el caso de la vid, añadió, en algunas la yema todavía no ha despertado totalmente, por lo que hay esperanzas, pero en otras el brote ya superó los 3 o 4 centímetros y es poco probable que se salve.