Este fin de semana largo es un ensayo de cara a lo que será la temporada de verano. En las páginas de internet, 20 hoteles del Gran Mendoza ofrecen sus servicios, mientras que otros aún no han definido una fecha de apertura o han reprogramado el inicio de su actividad para febrero. El resquemor por la pandemia, la escasa conectividad aérea y la lenta apertura de los servicios de transporte son parte de las razones que mantienen por debajo del 5% las reservas veraniegas.
El NH Cordillera, Cordón del Plata, Park Hyatt, Ibis, Esplendor, Crillón, Urbana, Alexander, Princess, Huentala, Castelar, Dakar, Nutibara, Gran Ariosto y Abril Hotel Boutique, entre otras firmas, ofrecían sus servicios en la página Booking y también en Trivago, en tanto que más de 300 alojamientos están disponibles en la plataforma Airbnb sin contar las cabañas de montaña, ni los hospedajes en el Valle de Uco o San Rafael, que dominan en el marketplace local.
Aunque la provincia abrió sus puertas al turismo nacional el 1 de diciembre, desde el Huentala señalan que advierten que la dinamización será un proceso lento. Fuentes de la firma agregan que hace dos meses trabajan con pasajeros corporativos y que dependen de la normalización de los vuelos para funcionar mejor. En líneas generales “algunas reservas se caen por la falta de conectividad aérea”, destacaron. Otras voces se mostraron alertas por el bajo porcentaje de demanda de los hoteles de ciudad.
Adelantos de temporada
“Enero no viene bien, a pesar de que Mendoza es un destino bastante flexible”, sostuvo Adrián González, presidente de la Cámara de Hotelería de Mendoza. “Es difícil contar con un estado detallado del sector, cada hotel es un mundo y toma decisiones en consecuencia. Los costos de apertura son altos y, dependiendo de la situación, muchos prefieren aplazar su inicio y esperar el arribo de los turistas extranjeros”, remarcó González.
El dirigente explicó que algunos establecimientos de ciudad no tiene fecha de apertura ya que, por la pandemia, los viajeros prefieren lugares abiertos donde disfrutar del aire libre: “Hay una tendencia a los lugares abiertos, ese segmento va a trabajar mejor que los hoteles del centro”, puntualizó refiriéndose a las cabañas de Potrerillos, Valle de Uco o San Rafael. En cuanto a los hoteles de montaña, el de Uspallata está en remodelación y el de Cacheuta abrirá en enero.
Flavio Kristich es propietario de la cadena hotelera Fuente Mayor que realizó varias inversiones en el sector. Mientras las unidades de Mendoza y Reñaca (Chile) no tienen fecha de reapertura, el 10 de diciembre reinaugurará el ubicado en Tunuyán. “Renovamos el mobiliario, jerarquizamos los jardines, queremos un hotel de día. No hace falta estar hospedado para poder disfrutar de las instalaciones, las terrazas, está pensado para la pospandemia”, explica Kristich.
Números bajos
El titular de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), Daniel Ariosto, cuenta que, para que pueda pensarse en una temporada, primero tiene que haber conectividad: “si soy un hombre de negocios y los corporativos no pueden subir al avión, imagínate lo que ocurrirá con el turismo; ni hablar si promovemos y la gente no puede viajar al destino”.
Sobre cifras, Ariosto profundizó: “En Capital Federal y Buenos Aires hay millones de habitantes y representan el 50% de nuestra ocupación, si no van a tener aviones la costa va a estar inundada de turismo y nosotros ¿de dónde vamos a recibir turistas? Es una situación sumamente conflictiva, quizá tengamos 5% de ocupación, los más optimistas piensan en 10%. Por el momento tenemos consultas, pero no hay reservas”, dice.
“Nos hemos preparado con todas las medidas de seguridad e higiene. En el caso de los hoteles de 4 y 5 estrellas, al ser la mayoría pertenecientes a cadenas internacionales, han solicitado cambios y respetar el protocolo”, explicó Ariel Pérez, presidente de Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) Mendoza y gerente del Sheraton Hotel. “Si bien, hay una apertura al turismo nacional no está claro aún que ocurrirá con el internacional, con los vuelos de Brasil y Chile. Estas estructuras tienen costos operativos altos y ellos son grandes consumidores de los servicios que ofrecemos”, sentenció.