Con un consumo que ha caído, incluso en un rubro tan sensible como alimentos y bebidas, el turismo ha sufrido el impacto de la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos. En particular, los alojamientos de dos y tres estrellas, y las propuestas turísticas orientadas a la clase media. Sin embargo, el sector en su conjunto se ha visto afectado por un tipo de cambio a la baja y la devaluación en Brasil, uno de los principales mercados para Mendoza.
El empresario turístico Daniel Ariosto comentó que los hoteles de dos y tres estrellas, las empresas de transporte de pasajeros y las agencias minoristas están atravesando un momento complicado. Señaló que el turismo no es algo de primera necesidad como los alimentos y medicamentos, por lo que los viajes quedan rezagados.
Y esta situación, indicó el también presidente de la UCIM (Unión Comercial e Industrial de Mendoza), impacta particularmente en el sector pyme de los operadores de turismo, hotelería y agencias. En cambio, los hoteles de cuatro y cinco estrellas, sobre todo los que tienen casino, están trabajando bien, porque las salas de juego ayudan mucho.
Sobre las perspectivas para las vacaciones de verano, indicó que está habiendo consultas, lo que es importante, y también algunas reservas para enero, por lo que parecería que la gente se está animando a salir. Resaltó que los visitantes saben que la provincia tiene atractivos de norte a sur, como los caminos del vino y los paisajes.
Pese a esto, reconoció que la situación está complicada y están aguardando que mejore en las vacaciones de verano. Pero planteó que es una esperanza que sostienen con las primeras reservas que van llegando y que el panorama podría cambiar en diciembre. “Por ahora, estamos sumamente preocupados, reuniéndonos en comité de crisis para ver cómo salimos de la complicación financiera en la que estamos”, manifestó.
El presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza, Edmundo Day, reconoció que este año ha sido difícil para el turismo, por el cambio de modelo económico. Es que, con el reordenamiento de la economía, las cosas han pasado a valer lo que corresponde -nafta, electricidad, gas-, mientras los sueldos se van recomponiendo lentamente. Además, se le quitaron los “anabólicos” a la economía, como el programa PreViaje, y el dólar blue, que llegó a tener una cotización que casi duplicaba la del oficial, ha ido bajando.
“Lo que queda ahora es el camino de aprender a competir con otros escenarios, donde hay que ser más eficientes”, planteó. Los hoteles cuatro y cinco estrellas, detalló, recibían muchos brasileros el año pasado, pero Brasil devaluó y se ha apreciado el peso, lo que ha hecho que el flujo de estos visitantes sea menor.
En cuanto a las reservas para el verano, muchos argentinos están planeando irse a Chile o Brasil, e incluso a otros destinos más alejados, por la conveniencia del dólar frente a un peso apreciado. Por eso, manifestó, no sólo está difícil para los alojamientos de dos y tres estrellas, sino para todos los segmentos.
“Entendemos que es el nuevo escenario al que hay que adaptarse. Entonces, lo que hay que hacer es trabajar muchísimo sobre los costos de cada empresa. Ahora, sin anabólicos, es decir, las cosas tal como son”, indicó. Esto implica ver si realmente el negocio funciona, si se pueden mejorar los costos fijos y armar mejores productos para tentar a los turistas argentinos, que representan el 85% del público que llega a la provincia.
Esto, porque consideró que no todos tendrán la chance de salir del país, aunque resulte más conveniente. Por eso, entiende que va a haber demanda, pero que el sector va a tener que salir a buscar al público argentino, ya que para el extranjero Mendoza está más cara que el año pasado.
Day añadió que los hoteles de dos y tres estrellas tendrán que enfocarse en atraer a los turistas nacionales, ajustar mucho los costos y armar productos competitivos a nivel precio y calidad. “Es una nueva etapa de mucha mayor eficiencia en todo sentido, para poder acceder a tener un buen flujo de trabajo”, concluyó.
Adrián González, gerente de Mod Hotels, comentó que Mendoza se nutre de un 80% de público argentino y el 20% restante es extranjero. El turista brasilero sigue viniendo, planteó, pero el que más concurre es aquel que tiene buen poder adquisitivo y no le importa si le sale más caro. En cambio, el visitante nacional es el que más ha caído.
Si bien este descenso impacta a todos, indicó que a los hoteles de dos y tres estrellas un poco más, porque las personas que se alojaban ahí no están pudiendo viajar tanto, por la caída del poder adquisitivo. Además, la menor actividad para los alojamientos informales -de particulares, por plataformas online- ha provocado un descenso de las tarifas que hace que resulten más económicos que la hotelería tradicional.
González señaló que en octubre y noviembre han estado trabajando bien, con niveles similares al del año pasado, aunque un poco más bajos. Sumó que enero siempre es una incertidumbre en Mendoza, porque históricamente ha sido un mes malo, pero ha habido un par de años en los que ha sorprendido el nivel de ocupación, ya que el argentino ha elegido venir a la provincia, ya sea porque la costa ha estado muy cara o porque eligió cambiar de destino.
Ilustró que algo similar les pasa a los mendocinos, que cada tanto se van al sur del país, en lugar de a la playa. Y que esta elección suele “contagiarse”, lo que hace que la temporada repunte. Pero aclaró que, al menos en su hotel, las reservas vienen muy bajas para diciembre y enero. Por otra parte, el dólar blue viene a la baja y Brasil devaluó, por lo que muchos argentinos se van a ir a ese país y, en general, han repuntado los viajes al exterior.
Evaluó que esto puede jugar a favor o en contra de Mendoza como destino, porque puede haber quienes se vayan a Brasil en diciembre y, en enero, visiten la provincia por un fin de semana o unos cinco días. Pero esto, señaló, recién se va a conocer cuando termine el primer mes de 2025.
Manifestó que espera que febrero, con el carnaval, y marzo, con la vendimia, sean buenos meses. Evaluó que lo bueno es que la inflación está bastante quieta, lo que permite proyectar y también es de esperar que extienda la antelación de las reservas, que ahora se realizan muy sobre la fecha.