Importación de vino: una de las bodegas más grandes de Argentina confirma que va a traer vino del exterior

Sostiene que no hay volumen disponible en el mercado interno para poder abastecer una de sus líneas de vinos básicos más emblemáticas. Qué dicen los números del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Importación de vino: una de las bodegas más grandes de Argentina confirma que va a traer vino del exterior
Importaciones de vino: una de las grandes bodegas confirma que va a traer vino del exterior.

La confirmación de que Peñaflor se encamina a importar vino para poder abastecer a su línea de vinos masivos, bajo la marca Termidor, impactó de lleno en el sector vitivinícola. Desde la compañía informaron que tras varios meses intentando comprar vino tinto genérico en el mercado de traslado de San Juan, han tomado la decisión de traer vino a granel desde el exterior, principalmente Chile, con el claro objetivo de abastecer las bocas de consumo.

“Hace seis meses que estamos buscando vinos para nuestro segmento de Termidor, pero no aparecen. Lo último que queremos hacer es esta operación. Pusimos avisos en los diarios de San Juan y estamos pagando el precio de mercado”, indicó a Los Andes Juan Schamber, Gerente de Relaciones Institucionales de Grupo Peñaflor.

Y agregó: “Nosotros estamos comprometidos con nuestros consumidores y queremos nuestras marcas emblemáticas en las góndolas, tal como lo venimos haciendo. No entiendo por qué alguien se debería cuestionar esta operación para que nosotros podamos vender nuestros productos en el mercado”.

El aviso del Grupo Peñaflor buscando vino en San Juan.
El aviso del Grupo Peñaflor buscando vino en San Juan.

El fantasma de las importaciones

Todavía está muy presente en la memoria de los productores el recuerdo de las grandes importaciones de vino que se registraron en Argentina durante 2017. Muchos de ellos hacen referencia a esas cosechas al analizar lo que ha ocurrido en los últimos dos años. Para contextualizar: Argentina venía de la cosecha 2016, en la cual se produjeron 17.584.178 quintales, siendo la peor cosecha registrada hasta ese momento. Cuando llegó la cosecha 2017, con 19.652.055 quintales, la situación de los stocks y los precios se volvió complicada en el país.

Así, en 2017 se importaron 8.096.1700 litros, lo que representó un fuerte incremento del 769,1% en comparación con el mismo período del año anterior. El mayor volumen importado fue de vino a granel, con el 99%, mientras que el resto correspondió a vinos fraccionados. Los vinos tintos representaron el 98,8% del total importado, siendo Chile el principal país de origen. Cabe recordar que Argentina cosechó en 2023, 14.279.927 quintales y ahora en 2024 según el pronostico de cosecha del organismo se encamina a levantar 17.986.000 quintales, de allí el paralelismo con lo sucedido en 2017.

Varios productores consultados enfatizaron que el momento en que las empresas realizan estas declaraciones, especialmente las relacionadas con las importaciones de vinos, adquiere un significado distinto, más vinculado a la reducción del precio actual del vino que a responder a una situación específica del mercado. Sin embargo, optaron por no ahondar en este tema.

La situación en Mendoza

Otro de los grandes jugadores en el mercado de traslado en Mendoza es la bodega Los Haroldos. Sin embargo, al ser consultados sobre si tienen planes de importar, descartaron de raíz esa posibilidad. “No, no vamos a importar vinos”, señaló el gerente general de Los Haroldos, Arnoldo Jaled.

Para Jaled, quien aclaró que ellos cuentan con una gran producción propia de vinos tanto en Mendoza como en San Juan, “el año pasado hubo, durante el período de elecciones, un poco de especulación y nos costó conseguir vinos genéricos. Pero en lo que va de este año, una vez que se estabilizó en $ 480 el litro, hay disponibilidad. Por supuesto, que un solo proveedor no tiene todo el vino que requerimos, pero se puede encontrar en el mercado porque hay oferta”.

El precio global

Según el último reporte de Ciatti, la empresa global de brokers de vino, correspondiente al mes de marzo, el valor FOB para el vino tinto genérico en Chile se encuentra entre u$s 0,32 y u$s 0,38, precio al que hay que sumarle en Argentina el impuesto PAIS y demás tasas y aranceles.

No obstante, según se explica en ese mismo informe, Chile tuvo una cosecha un poco más baja de lo esperada y mantiene un buen ritmo de demanda de vinos a granel por lo que en muchos casos el precio se mantiene o se mueve en alza.

En tanto, datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura confirmaron que durante el primer trimestre de 2024 se importaron sólo 60 mil litros de vino, la mayoría fraccionado. Además, las existencias publicadas por el Instituto muestran que hay disponibilidad de vino en el país.

“Hemos observado que a las bodegas les está resultando difícil adquirir vinos básicos en el mercado local. No sabemos si se trata de un problema de disponibilidad o de precio. Sin embargo, tendremos que esperar a que finalice la cosecha para tener un panorama más claro”, estimó Milton Kuret, gerente de Bodegas de Argentina.

Varios referentes industriales, sostuvieron que hay una trampa a la hora de leer los datos de existencias del INV, y en este sentido explicaron que muchas bodegas mantienen sus vinos como “tintos genéricos” y certifican “varietal” sólo si lo necesitan, por lo que pusieron en duda, que todos los litros que se muestran en el reporte estén realmente disponibles.

Qué puede pasar con la apertura de la economía

Para Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, “la importación de vino en cualquier país productor, como lo es Argentina, es un problema”. También aseguró que la decisión de Peñaflor no le genera sorpresa al sector, pero sí preocupación.

“Se puede admitir que esta importación de vino indudablemente va a impactar en el mercado, en el ánimo de los mercados, en el bolsillo de los productores, de los trabajadores, y no hay ninguna cosecha que esté justificando eso, no hay ninguna escasez que esté justificando que haya que traer vino de otro lado, es pura especulación”, argumentó Sosa.

En este sentido, planteó que la escasez de stocks no es un argumento “tan alarmante como para importar”. Asimismo, comentó que al estar en plena cosecha, en algunos días se van a liberar nuevos stocks, incluso de vinos varietales. “Si hay que buscarle una razón, las existencia no son un argumento, mucho menos el precio”, completó.

Para el vino fraccionado, que en lo que va del año ha sido lo que más se ha importado con unos 60.000 litros (aunque una cifra menor frente a los casi 100 millones de litros comercializados en el primer bimestre en el mercado interno), el panorama es otro. Tal como ya lo habían comentado a Los Andes referentes de la industria cuando se conoció la voluntad de Javier Milei de liberar la importaciones, la libre competencia con otras naciones no es motivo de preocupación, sino que hasta ven como un segmento de nicho.

“Hoy en día la industria nacional es muy competitiva y solo el hecho de ver los precios que están los vinos, no veo posibilidades de importación de vinos de afuera. Podría haber algún producto muy puntual, pero no creo que sea algo generalizado o que tenga competitividad como para competir con la industria nacional”, había dicho Rubén Panella, presidente de Fecovita.

Asimismo, Carlos Clément, fundador y socio gerente de Clément Comercio Exterior, había explicado que si bien se eliminó el Sistema de Importación de la República Argentina (Siras), los productos importados, como el vino fraccionado, aún debe pasar por el filtro del INV, en primera instancia, y luego pagar determinados impuestos y barreras arancelarias que todavía siguen vigentes, lo que les resta rentabilidad para competir en ciertos niveles de precios.

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