La situación que desató la afectación de las heladas tardías generó grandes preocupaciones a lo largo de toda la cadena vitivinícola. Desde los porcentajes de merma en la cosecha para los productores primarios hasta la duda de los bodegueros de tener que importar o no vino para cumplir con los despachos que ya están comprometidos. Los organismos oficiales comunicaron que, de acuerdo a los niveles de stock vínicos, esto no sería necesario, pero desde el sector empresario subsiste la duda con las uvas blancas: principalmente los varietales Chardonnay y Sauvignon blanc.
Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), comentó que para este año tienen buenas expectativas y que se proponen mejorar su participación tanto en las exportaciones como su presencia en los niveles de media y alta gama del mercado interno. Al ser consultado sobre la posibilidad de tener que importar vinos comentó “consideramos que no va a hacer falta en función de la producción que va a quedar, siempre y cuando hagamos las cosas correctamente con el tema del mosto”.
El también dirigente de la Cooperativa Colonia California explicó que de elaborarse el porcentaje que es adecuado de mosto, porque es un fusible para mantener el precio del vino, van a tener la cantidad de vino suficiente para poder mantener los despachos al mercado interno como externo sin la necesidad de importar vino. No obstante, el referente cooperativo agregó que “es muy posible que algunas partidas de vinos puntuales, como puede ser un Chardonnay o Sauvignon blanc, tal vez sea necesario importar por alguna bodega en particular”.
Llegado el caso, las partidas de chardonnay y sauvignon blanc podrían ingresar vía Chile para que las bodegas locales puedan cumplir con sus contratos. El INV debería aprobar esta importación, pero el vino debería despacharse bajo la calidad y la marca de Mendoza.
Entre el banco y el pasillo
Desde la industria, off de record comentaron que en el caso del Sauvignon Blanc ya había un faltante, el problema es cumplir con los compromisos que están asumidos y acorde a las calidades contratadas esas partidas tienen que despacharse para no perder lugar en el mercado.
Según datos nacionales, de acuerdo al relevamiento que ha realizado por el INV a 2021, el Sauvignon Blanc tiene un total de 1.905 hectáreas cultivadas, lo que representa el 0,9% del total de vid cultivada en el país. En ese estudio también se consigna que la superficie implantada con este varietal de una blanca ha disminuido un 17,1% de 2012 a 2021, y en Mendoza esa disminución fue en el orden del 20%.
A las esperas de las próximas estimaciones de cosecha (algunos calculan que puede haber una merma del 25% en el país), desde el sector primario señalan que los dos principales varietales de uvas blancas finas son los que han sufrido más la afectación por las heladas tardías dentro de las variedades blancas. Al año 2021 el INV registró 5.709 hectáreas de Chardonnay, lo que representa el 2,7% del total de vid del país y el 16,5% del total de las variedades blancas para vinificación. En Mendoza, se han cultivado 4.711 hectáreas con esta variedad, es decir el 82,5% del total del país.
Por su parte, Alfredo Aciar, presidente del Banco de Vinos, señaló que “no habría necesidad de importar vino, por lo menos, en los próximos seis meses y muy probablemente durante todo el año agrícola próximo”. Esa afirmación se desprende del análisis del stock vínico realizado por el Ministerio de Economía de Mendoza, a través del Banco de Vinos, con los miembros que conforman su Consejo asesor, a fines de diciembre. “Con el stock actual llegamos a la próxima liberación de vinos sin problemas”, había puntualizado Aciar.
Números formales
Mientras se esperan los números formales de la estimación de cosecha 2023, el presidente el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa le había explicado a Los Andes, con respecto a los pedidos de importación de vino por parte de las bodegas, que “aún es prematuro pensar en lo que ocurrirá ya que falta conocer los datos de la próxima cosecha. No podemos pensar en importación prematuramente, teniendo herramientas como el acuerdo Mendoza –San Juan”. Aclarando que siempre se ha priorizado al productor argentino.
Sobre el stock vínico, Hinojoza agregó que se prevé “casi 6 meses de proyección de stock técnico al 01 de junio 2023 y falta la nueva cosecha. Seguramente será escasa y eso hará que las exportaciones sean similares al presente año”.
En la misma dirección, Milton Kuret, gerente de Bodegas de Argentina, en declaraciones a la prensa comentó que la situación climática ha generado expectativas y es muy apresurado generar conjeturas al respecto porque “todavía no hay información oficial al respecto y tampoco hemos cosechado”.
Consultado por Diario de Cuyo, el gerente señaló que hay que esperar para analizar la oferta que hay de vino mientras se sigue de cerca lo que pasa con los despachos a los mercados interno y externo. Mientras que a la hora de hablar sobre posible importación, agregó que la misma “si fuese necesaria puede que suceda por dos cosas: o porque no tengamos stock o porque los valores, por la falta de competitividad y el tipo de cambio, nos puedan dejar en una situación complicada de costos”.
El iceberg vitivinícola
Pero el tema de la importación de vino parece ser la punta del iceberg de una coyuntura que ya es compleja, que al analizarse cada eslabón abre un nuevo terreno para debates. Mientras se aguarda por la operatividad de los créditos nacionales para la reconstruir lo afectado por las heladas tardías, desde las cámaras territoriales, como la de General Alvear, solicitaron duplicar el monto de la inversión en el Programa Recuperagro.
Mientras se sigue a la espera de toda la ayuda comprometida por la Nación en el mes de noviembre, otros temas comienzan a tallar muy fuerte como el del precio de la uva; para algunos debería doblar el precio del año pasado, para otros viñateros los $ 100.
La mendocina Gabriela Lizana, integrante del ministerio de Economía de la Nación y referente de productores del Este, comentó este viernes que la Nación ya giró fondos a municipios mendocinos para ayudar a los productores afectados. La funcionaria sumó que “el precio del vino no ha subido lo necesario… y los mecanismos que el gobierno de la provincia había diseñado para sostener el precio no funcionaron. Cómo el banco de vinos, el Acuerdo Mendoza-San Juan, etc.”.
Lizana agregó como un tema urgente a resolver para beneficio de los productores es “poner sobre la mesa hoy el precio del vino, porque formará el precio de la uva. Y con eso más que con nada es con lo que el productor deberá encarar el próximo año”.