En los próximos tres días se presentará la oferta formal para la adquisición y capitalización de IMPSA, revelando así el valor real y de mercado de la empresa rescatada por la Nación en 2021. Con la oferta sobre la mesa, se abrirá un período de 60 días durante el cual cualquier interesado podrá acceder al data room y realizar su oferta.
La compañía estadounidense ARC Energy, conocida por su trabajo en la fabricación y comercialización de plantas y equipamientos en la industria del Oil and Gas, ha oficializado su interés en esta operación y, por el momento, sería el único en carrera para quedarse con la compañía que fundó la familia Pescarmona y fue nave insignia de la metalmecánica local. Sin embargo, durante los próximos dos meses podrían surgir otras empresas interesadas en IMPSA, lo que abriría la puerta a que ARC Energy pueda igualar cualquier mejor oferta que se presente.
De este modo, la provincia y el Estado nacional entran en la recta final para vender las acciones Clase C que poseen en IMPSA. Cabe recordar que la Nación es el accionista mayoritario con el 63,7%, lo que representó un aporte de 15 millones de dólares para la capitalización en 2021. Mendoza tiene en su poder el 21,2% de las acciones, adquiridas tras un desembolso de 5 millones de dólares. Mientras que el 15,1% restante está en manos de privados: el 9,8% de las acciones pertenece al fideicomiso de acreedores (IMPSA Equity Trust) y el 5,3% al fideicomiso de la familia fundadora (Original Shareholders Equity Trust).
La oferta de Estados Unidos
En julio de 2024, ARC junto a IAF establecieron contactos con el gobierno nacional y provincial para evaluar el estado de la empresa, la situación de los proyectos en ejecución y la capacidad productiva del Centro de Desarrollo Tecnológico de IMPSA en Mendoza, previo al envío de la propuesta formal. Este escenario de due diligence tiene como objetivo conocer a fondo la situación general de la empresa y colaborar en el proceso de reestructuración de la deuda, con la finalidad de generar las condiciones necesarias para el relanzamiento de IMPSA en los mercados internacionales.
Como parte de su compromiso, ARC y IAF aceptaron las condiciones establecidas por la Secretaría de Desarrollo Productivo de la Nación y el Gobierno de Mendoza, comprometiéndose a colaborar durante los próximos 90 días.
En comunicado de prensa que se dio a cononocer a principios del mes pasado, Jason Arcenaux, CEO de ARC Energy y Partner & Founder de IAF, comentó sobre la relevancia de IMPSA: “IMPSA es una empresa con una historia única en el mundo y referente en América Latina, que cuenta con un capital humano de altísima formación y con una tecnología propia para equipos de generación hidroeléctrica y con certificaciones para el diseño y fabricación de componentes nucleares que la puede convertir en un actor protagónico del sector energético mundial”.
Arcenaux también destacó el potencial observado durante su visita al Centro de Desarrollo Tecnológico en Mendoza: “En la recorrida que hicimos pudimos observar el potencial de la empresa para crecer en el mercado y llevar alianzas estratégicas con compañías referentes de la industria de todo el mundo”.
IMPSA: del nacimiento al ocaso
Fundada en 1907 como Talleres Metalúrgicos Pescarmona, IMPSA comenzó fabricando repuestos para maquinaria de hierro fundido, compuertas y equipos para la industria vitivinícola, además de otros componentes de metalurgia liviana. En 1946, la empresa adoptó el nombre Construcciones Metalúrgicas Pescarmona S.R.L., marcando el primer cambio significativo en su estructura. En 1965, la firma se convirtió en Industrias Metalúrgicas Pescarmona transfiriendo los activos y pasivos de la entidad anterior, y se registró como sociedad anónima. En tanto, en abril de 2018, la Asamblea de Accionistas acordó cambiar su denominación a IMPSA S.A., reflejando su modernización y expansión.
Durante más de un siglo la empresa fue un referente en la provisión de soluciones integrales para la generación de energía a partir de recursos renovables. Su cartera incluye componentes para centrales nucleares y equipos para la industria de proceso. La empresa opera a través de diversas unidades de negocio: Hydro, Wind, Nuclear, Servicios, Oil & Gas/Hidrógeno, Fotovoltaico, Inteligencia Artificial, Grúas y Defensa.
Si bien la empresa fue “rescatada” tanto por el Estado Nacional como por el provincial en 2021, las turbulencias en IMPSA se remontan a varios años atrás. Entre 2010 y 2014, la compañía enfrentó un acontecimiento crucial, ya que durante ese período la empresa no logró cobrar importantes sumas de dinero por proyectos energéticos llevados a cabo en Brasil y Venezuela. Además, atravesó un largo periodo sin proyectos de gran magnitud.
La crisis para Impsa llegó con el colapso de su subsidiaria en Brasil, Wind Power Energy (WPE), la cual acumuló una deuda total de 850 millones de dólares, sumándose a los 250 millones de dólares que ya tenía la empresa. Este impacto fue tan severo que Impsa no pudo hacer frente a sus obligaciones y se vio obligada a iniciar un proceso de reestructuración en 2014. Después de varios años de negociaciones, se llegó a un acuerdo para transferir el 65% de las acciones de Impsa a bonistas, bancos y organismos internacionales. Este proceso fue aprobado en octubre de 2017 y finalmente se concretó el 25 de abril de 2018.
En noviembre de 2020, Impsa realizó una reestructuración de su deuda en la cual se acordó con los acreedores cancelar los pasivos con un período de gracia hasta 2025. Además, se logró una reducción significativa de los intereses al 1,5% y los pagos de capital comenzarán en 2028. En la actualidad, registra pasivos por 100 millones de dólares pero referentes del sector aseguran que las deudas de la empresa se han ido recortando desde el aporte de capital que se hizo desde el Estado y que ha mantenido y recuperado contratos de energía renovable.