Aunque se temía que las restricciones anunciadas por el gobernador Rodolfo Suárez podían incluir a bares, cafés y el turismo interno, sólo se prohibió la apertura por 15 días de los primeros. Para el sector gastronómico y turístico en general significó un alivio, pero en algunos bares hay incertidumbre sobre cómo se aplicará.
En las últimas horas había trascendido la posibilidad de que, ante el pico de contagios, se volviera atrás con diversas actividades permitidas. Finalmente se prohibieron las reuniones en bares y las familiares en casas particulares. El motivo: las personas entre 15 y 39 años concentran el 50% de los contagios en la provincia, mientras los adultos mayores tienen la tasa más alta de mortalidad. Así, se consideró que los jóvenes se contagian en encuentros entre ellos y luego transmiten el virus a sus familiares en las juntadas de domingo.
Nicolás Massaccesi, de la cervecería 23 Ríos, comentó que están esperando conocer el decreto del gobernador. Es que muchos establecimientos expenden bebidas pero también ofrecen comida, por lo que no es tan claro cuál va a ser el determinante para que puedan o no abrir (si no utilizan la barra). Lo primero que hizo al conocer el anuncio, indicó, fue llamar al municipio, con quien vienen trabajando de modo coordinado desde que empezó la cuarentena.
En el caso del bar propio, señaló que se puede hacer un recorrido por la fábrica, sentarse a comer y degustar cerveza, en un predio de 2 mil metros, en el que, si hay sol, las mesas se ubican al aire libre. Por lo que estimó que es comparable a un restorán en una bodega. Pero se mostró desconcertado con lo que puede ocurrir con los bares y locales de comida a los que les venden la cerveza artesanal.
Massaccesi señaló que, en general, en los bares se trata de cuidar que la gente –cuando el grupo es más grande de las seis personas que se permiten por mesa- no se cambie de silla. Esto, porque el dueño del local arriesga una multa, una clausura y el posterior escrache en caso de que una persona que asistió al lugar de positivo de Covid-19.
Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mendoza (Aehga), consideró que limitar actividades no es una solución, porque los comercios trabajan con protocolos y la prohibición suele generar que la actividad se mantenga de modo clandestino. Pese a eso, reconoció que no es sencillo encontrar el equilibrio entre la salud y la respuesta que puede dar el sistema sanitario, por una parte, y el impacto económico e incluso psicológico de las restricciones, por el otro.
Pero también indicó que cuando cierran los negocios hay familias que se quedan sin un ingreso y que hay que aprender a convivir con el virus. Y agregó que en Buenos Aires se han superado los 100 mil casos y los restaurantes, bares y cafés están cerrados, por lo que no se producen ahí los contagios.
Desde la Cámara de Turismo de Mendoza, Arturo González, su presidente, se mostró aliviado con que no se hayan establecido restricciones al turismo interno, ya que si bien los emprendimientos que han abierto funcionan, en el mejor de los casos, con apenas 50% de la ocupación y sólo los fines de semana, significa un paliativo que les permite contar con un ingreso para hacer frente a algún costo fijo.
Aunque se había especulado con que se iban a permitir paseos únicamente dentro del mismo departamento de origen, se mantiene la habilitación del turismo interno con reserva previa en toda la provincia, excepto los departamentos que expresamente pidieron que no llegaran habitantes de otros: San Rafael, Malargüe, Tunuyán, Lavalle y Santa Rosa.
La Federación Económica de Mendoza había emitido un comunicado previo al anuncio del gobernador en el que manifestaban que la restricción de actividades no es una respuesta adecuada y que se deberían reforzar, en cambio, los controles a las reuniones clandestinas, que es donde se está produciendo el mayor número de contagios.
El vicepresidente de la FEM, Adolfo Brennan, señaló que desde la entidad apelan la responsabilidad social de cada persona para que entienda que la consecuencia de la caída de la actividad económica es la falta de empleo. También, para evitar que colapse el sistema sanitario.