La participación de los hombres en el trabajo doméstico ha mejorado en la última década, aunque aún persiste una notoria brecha con lo que realizan las mujeres en materia de tareas que no son remuneradas.
El Indec publicó este jueves los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2021 realizada entre octubre y diciembre pasados en 28.520 viviendas seleccionadas de áreas urbanas de todo el país.
Este estudio busca caracterizar la vida de personas de distintas edades, dar a conocer, caracterizar y cuantificar el uso del tiempo y la participación de la población en las distintas formas de trabajo: el trabajo en la ocupación y el no remunerado.
En el trabajo en la ocupación, el porcentaje de varones que lo realiza (55,5%) supera al de sus pares mujeres (36,9%). Esto indica que continúa la prevalencia de la presencia masculina en el mercado laboral remunerado.
Por su parte, ellas desarrollan el trabajo no remunerado en mayor proporción: el 91,6% de las mujeres realiza trabajo doméstico, de cuidado o de apoyo a otros hogares o voluntario mientras que, en el caso de los varones, lo hace el 73,9%.
De esta manera, el hecho de que una mayor proporción de mujeres realice trabajo no remunerado hace que la tasa de participación en el trabajo total de ellas sea mayor a la de sus pares varones.
Esto significa que la proporción de mujeres que realiza actividades productivas, es decir que realiza trabajo en la ocupación o no remunerado, es del 94,6%, mientras que entre los varones lo hace el 90,2%.
No hay un estudio exactamente igual de años atrás. Pero el Indec puso disposición los datos obtenidos en un sondeo previo sobre la temática: la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo, que se llevó a cabo durante el tercer trimestre de 2013.
En 2013 se analizó que en materia de trabajo doméstico no remunerado (tareas relacionadas con los quehaceres domésticos, el apoyo escolar y al cuidado de personas) y se obtuvo que el 57,9% de los hombres participaba en este rubro, mientas que la tasa promedio entre las mujeres era del 88,9%.
Es así que la participación de los hombres en el trabajo doméstico no remunerado escaló en 16 puntos porcentuales en ocho años y la de las mujeres aumentó en 2,7 puntos. Esto generó que la brecha se acortara en un 42,9% en ocho años pasando de 31 puntos de diferencia a 17,7.
Detalles
Al analizar la participación en las distintas formas de trabajo no remunerado se observan diferencias por sexo. En el trabajo doméstico, la actividad de las mujeres alcanza casi el 90%, mientras que entre los varones se ubica en el 68,3%.
Por su parte, en relación con las tareas de cuidado, la participación de las mujeres supera el 30%; en cambio, la de los varones no llega al 19%.
Por último, si bien minoritaria, la participación en el trabajo voluntario realizado para la comunidad, para instituciones sin fines de lucro y como apoyo para otros hogares, se encuentra feminizada: la de los varones representa dos tercios de la de las mujeres (8,9% para mujeres frente a 5,8% para varones).
Influencia de los demandantes de cuidado
La participación en el trabajo en la ocupación y en el trabajo no remunerado varía en función de la presencia de personas que demandan cuidado en el hogar. Las personas demandantes de cuidado son aquellas que necesitan cuidado o ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Se incluyen en este grupo a todas las personas de hasta 13 años y aquellos demandantes de cuidado de 14 años y más.
Con relación al trabajo en la ocupación, se observa una mayor participación en los hogares sin demandantes de cuidado (47%) que en aquellos con demandantes (44,1%). Esta situación se invierte cuando se focaliza en el trabajo no remunerado: los hogares con demandantes de cuidado registran una tasa de participación del 84,8%, mientras que en los que no tienen demandantes baja al 81,9%.
Cuando se desagrega por sexo, se observa que la participación de los varones no se ve afectada por la presencia o no de demandantes de cuidado: en el trabajo en la ocupación se mantiene en torno al 55%, en tanto en las actividades no remuneradas se ubica en torno al 74%.
En cambio, la situación de las mujeres se modifica cuando hay demandantes de cuidado: la participación en la ocupación baja del 39,0% al 34,2% cuando en el hogar hay demandantes de cuidado, y aumenta en el trabajo no remunerado para pasar del 90,0% al 93,8%.