La presentación realizada por el Consejo Empresario Mendocino (CEM) esta última semana sobre la posibilidad de intercambiar pagos de Ingresos Brutos (IIBB) por nuevo empleo registrado, puso sobre la mesa los efectos de este impuesto en la economía local. Distintas voces se expresaron a favor y en contra de un intercambio de ese tipo.
Este tributo se cobra a nivel provincial, y consiste en la aplicación de un porcentaje sobre la facturación de un negocio, independientemente de su ganancia. “Ingresos Brutos es el tercer impuesto más relevante para la economía (después de IVA y Ganancias). Esto hace que IIBB sea la herramienta que tiene el Gobierno Provincial con mayor potencial para realizar políticas económicas”, manifestó Silvia Jardel, gerente del CEM.
IIBB está presente en todas las provincias argentinas y varios empresarios y economistas lo consideran como uno de los impuestos más nocivos para la actividad económica, la creación de empleo, la competitividad y el desarrollo de las economías, afectando más a las Pymes. Fue así que el CEM le encargó al Ieral Mendoza (de la Fundación Mediterránea) analizar sus efectos sobre las principales actividades económicas en la provincia.
¿Qué originó el incremento de la presión impositiva en los últimos 10 años? Gustavo Reyes, autor del informe junto con Jorge Day, responde: “El aumento de presión impositiva en los últimos diez años se explica por la disminución en el porcentaje de las actividades exentas y porque las alícuotas medianamente altas concentraron cada vez más actividades económicas”.
Esto se debió a dos políticas tributarias. La primera fue reducir las actividades desgravadas: pasaron del 42% en 2011 al 5% en 2015 (entre 2016 y 2021 se revirtió un poco y quedó en 8%). La segunda fue que el porcentaje de actividades gravadas con alícuotas menores o iguales al 3% cayó: del 75% de las actividades en 2011 pasó al 58% en 2015 y al 50% en 2021; por eso más actividades pagaron alícuotas medianamente altas (iguales o mayores al 3 %).
Un punto llamativo es la dispersión entre las alícuotas, con tasas “especiales” que, en muchos casos, no muestran criterios objetivos sino una discrecionalidad al establecer cuánto se cobra a cada uno. Por ejemplo, para fabricar recipientes de madera se debe pagar 1,25%, pero para hacer ataúdes se paga 1,5%. Hacer conservas de frutas implica un 0,5 % de impuesto, pero elaborar helados implica más del doble: 1,25%.
Otro problema es el “efecto cascada” o “mochila”, cuando se terminan sumando las alícuotas de la cadena productiva, con un costo mayor del producto final mientras haya más eslabones y más gravados estén los insumos. En el vino, por ejemplo, el comercio minorista paga 3,5% de IIBB, pero si se suma los impuestos previos de los insumos en las etapas (comercio mayorista, fraccionamiento y elaboración del vino), el total acumulado de IIBB es de 8,9 %.
“De acuerdo a lo analizado en 11 actividades de Mendoza, IIBB genera mayores tasas de interés y aumenta los costos y los precios. Todo esto reduce la rentabilidad y la inversión de las actividades gravadas. Por su efecto cascada, IIBB potencia todos estos efectos y discrimina fuertemente en contra de las PyMes que no pueden evitar la carga del impuesto acumulada en las diferentes etapas de la cadena productiva”, apuntó Reyes.
La carga impositiva
Consultado por la carga impositiva, el ministro provincial de Hacienda, Lisandro Nieri, consideró que es alta a nivel nacional, provincial y hasta municipal, y destacó que la provincial creció sobre todo entre 2012 y 2015, de 2,2% a 3,8% de alícuota promedio. “Desde el primer día que asumimos dijimos que había que trabajar en bajar impuestos. Hoy estamos en 3,3 %. No es fácil, porque también antes se nombraron 30.000 personas en el sector público y tuvimos déficit”, afirmó.
“Creemos que hay que bajar la carga impositiva y sobre todo en los impuestos distorsivos como Ingresos Brutos. Sin lugar a dudas me encantaría ir más rápido, pero el proceso este de seis años ha sido con viento en contra. Con algún ciclo económico positivo probablemente se pueda ir más rápido”, agregó el ministro de Hacienda
Por otro lado, el contador Nicolás Aroma, coordinador del Centro de Economía y Finanzas de Mendoza (CEFI Mendoza) y asesor del Partido Justicialista, consideró que IIBB “es un impuesto distorsivo” que utilizan todas las provincias, aunque “si se eliminara, ellas perderían la capacidad de tener recursos propios”.
“Algo que me sorprendió del informe del CEM es que se reconoce que la reducción de impuestos no genera por sí misma nuevos empleos. Hay un amplio sector que repite de manera persistente que bajando impuestos creas empleo y expandís la economía, pero el informe mismo muestra que de 2015 a 2019 se dio una reducción de IIBB, pero el desempleo no bajó”, reflexionó Aroma.
Por su parte, Mauricio Badaloni, presidente de la Unión Industrial de Mendoza (UIM), destacó que IIBB no implica uno o dos puntos porcentuales en el costo de un producto, sino que “al final, cuando se suma la carga impositiva de toda la cadena, el impacto termina siendo 9 puntos del valor de un producto”. En ese sentido, valoró que se analicen los números en vez de “discutir en abstracto”.
El dirigente apuntó a que las bajas de IIBB de los últimos años han tenido un bajo efecto en la economía y no han permitido generar empleo: “Cuando uno ve las pocas alícuotas que bajaron y se ven los promedios, la baja ha sido ínfima. Parece que a veces está hecho para dar una noticia positiva, pero después se traduce en algo muy pequeño. Creo que tenemos que dejar de engañarnos, y ver cómo logramos corregir las asimetrías y que la provincia sea competitiva”.
Planteos sobre generar empleos
La propuesta del CEM sobre intercambiar una parte de IIBB por la generación de nuevo empleo privado registrado generó varias opiniones. Luis Márquez, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica y secretario general de la CGT Mendoza, comentó que le parecía una buena propuesta, aunque habría que definir cómo se controlaría el sistema y que los descuentos en IIBB efectivamente se destinen a la creación de empleos.
“Es importante plantear que los trabajos que se generen sean en blanco, con obra social, jubilación y aportes. No es la primera vez que los empresarios piden bajar impuestos. En líneas generales me parece bien, pero habría que profundizar el debate”, señaló Márquez. Además, recordó que varias veces los empresarios terminan debiendo aportes patronales, eso deriva en deuda y en dificultad para pagarla después, así que por eso es importante hilar fino.
Nicolás Aroma valoró que se quiera generar empleo con las herramientas disponibles en la provincia, pero duda sobre la sostenibilidad fiscal: “Esto se plantea en una situación de supuesto equilibrio fiscal, que no existe. Primero porque no se toma en cuenta los vencimientos de la deuda, Mendoza deberá pagar en 2023 uno U$S 110 millones de capital más los intereses, en total cerca de U$S 130 millones. Segundo porque estamos en muy bajo nivel de obra pública y de salarios, en términos nacionales e interprovinciales”.
Además, el asesor del PJ consideró que esta propuesta es similar a otras de incentivos que ya se han planteado, como bonos fiscales y propuestas de inversión que descontaban IIBB. “Usaron $ 2 mil millones en bonos fiscales (fueron dos bonos, de mil millones cada uno) y no redituó en nuevos empleos. Quizás se podría pensar en algo así, pero dirigido a pequeñas y medianas empresas que no pudieron acceder”, comentó Aroma.
Nieri concuerda con la idea del CEM de bajar impuestos, pero de momento prefiere que contribuya también a inversión, como proponen con el programa Mendoza Activa. La edición 2 del programa (que reintegra un 40 % de una inversión) incluía incentivos a la toma de personal y en la tercera las empresas que incrementen sus empleados en blanco hasta un 30 % recibirán un 5 % adicional, con un valor creciente hasta que quienes aumenten más del 50 % recibirán 10 puntos extra.
“No solo decimos discursivamente que hay que bajar la carga impositiva, estamos actuando en consecuencia”, afirmó el ministro de Hacienda. Además, cree que habría que estudiar bien cómo se aplicaría la propuesta del CEM, ya que hubo otros proyectos de leyes con la idea de promover al creación de empleos y después fue muy difícil aplicarlos porque la planta puede variar de un mes a otro.