JetSMART alerta por su continuidad en el país: “Nos van a querer empujar a que nos vayamos, pero no es nuestro objetivo”

Así lo planteó Gonzalo Perez Corral, el gerente general de la aerolínea low cost. Reclamó señales claras del Gobierno nacional para proyectar el retorno de la actividad, que la ANAC postergó hasta después del 12 de octubre. El malestar de sus inversores y los frentes de conflicto.

JetSMART alerta por su continuidad en el país: “Nos van a querer empujar a que nos vayamos, pero no es nuestro objetivo”

El cambio de vientos político instaló un escenario de tensiones y de falta de previsibilidad para la aerolínea low cost JetSMART, que ingresó al mercado argentino durante el gobierno de Cambiemos y ahora, frente a la crisis que instaló la pandemia del coronavirus y el viraje en las prioridades para el mercado aerocomercial, no descarta verse forzada a emprender una salida forzada del país.

Por lo pronto, la compañía reclama que el Gobierno nacional envíe señales precisas respecto a cuándo y cómo se podrá volver a operar. El lunes, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) recurrió a un sistema de notificaciones técnicas para los pilotos e informó que los vuelos se volvieron a postergar, ahora, hasta el 12 de octubre.

En una entrevista con este medio, el gerente general de JetSMART, Gonzalo Perez Corral, habló sobre la situación de la firma, sobre las presiones políticas que atentan contra herramientas claves para su funcionamiento y sobre los temores de los inversores ante la “brutal” falta de seguridad jurídica en el país.

Además, remarcó que la compañía presentó hace ya varios meses los protocolos que diseñó para volver a volar y adelantó que la idea es reactivar primero las rutas troncales como Córdoba, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Salta, Iguazú y Bariloche.

¿Ustedes ya tienen protocolos para retomar los vuelos?

- Nosotros tomamos el ejemplo y los protocolos que tiene JetSMART en Chile. En Chile nunca dejamos de volar, nunca hubo un parate de operaciones como acá en la Argentina. Eso nos sirvió como una plataforma de inicio para los protocolos y hemos construido en base a las recomendaciones de todos los organismos internacionales un protocolo muy sólido. Nos hemos asociado con la Cruz Roja, para estar cerca de sus expertos. A la autoridad aeronáutica le hemos presentado hace más de dos meses nuestros protocolos de bioseguridad y hasta ayer no estaba aprobado todavía. Llevamos varios meses sin respuesta y tampoco hay una respuesta sólida de la autoridad central porque deberían haber bajado a todas las empresas los detalles de los protocolos para adaptarse y tener proyección. Inclusive es necesario para el orden del país entero, porque al final esto queda al libre albedrío de los ministerios de salud de las provincias. Si lo dejamos así vamos a tener un caos tremendo en nuestros aeropuertos porque es muy difícil administrar excepciones y reglas provinciales. Va a ser una locura.

¿En qué situación se encuentra la empresa en el país y cuál es el arrastre por la pandemia?

- En general nosotros tuvimos una preparación bastante eficiente. Somos una compañía nueva y flexible, que tiene parte de sus costos, como los de tripulación y personal, variables y entonces eso hace que la base de eficiencia sea mayor. Después hemos aplicado el programa ATP que fue una ayuda y los sindicatos nos han acompañado con las suspensiones de personal con quita salariales. Y hemos hecho un trabajo muy fuerte para convencer y conversar con proveedores para refinanciar deudas y eso nos ha bajado mucho el gasto financiero. Después, por el lado más político, seguimos con muchas indefiniciones.

¿Cómo cuáles?

- Más allá de que no hay una fecha de inicio cierta, hay mucha especulación con lo que va a pasar con nuestro aeropuerto de El Palomar, que es nuestra base de operaciones y algunos dicen que abre y otros que no.

¿Ahí hay una causa judicial en trámite?

- Sí, hay un trasfondo judicial pero también una decisión política de un sector que no quiere que El Palomar siga existiendo, lamentablemente porque es un aeropuerto muy democrático, amplio y que ha aumentado la base de voladores en la Argentina. Ahora, en favor de que Aerolíneas Argentinas pueda mejorar sus cuentas y al no querer competencia, la intención es querer cerrarlo. Lo mismo sucede con Aeroparque. El año pasado nosotros compramos la filial argentina de Norwegian porque tenía lugares en Aeroparque que eran muy importantes y complementarios para nuestra operación. Obtuvimos la aprobación de la autoridad aeronáutica, a través de una resolución, y desde el cambio de gobierno no tenemos señales de que eso pueda avanzar favorablemente. O sea, no nos quieren dar ni siquiera esos tres lugares en Aeroparque.

¿Y cuáles son las conversaciones con el Gobierno nacional?

- Hay un contacto muy breve y esporádico con el ministro de Transporte, pero la verdad es que no ha dado muchas soluciones. Después tratamos de tocar todas las puertas posibles, desde el arco opositor a gente que está en el gobierno o que nos pueda acercar soluciones. Este es un tema que nos preocupa mucho. Queremos saber cuándo volamos, que mantengan El Palomar, que nos den los lugares en Aeroparque. Al final, si uno se pone en la cabeza de los inversores, hay mucha incertidumbre, porque no se sabe desde dónde se volará y si se van a honrar los acuerdos firmados con anterioridad. La falta de seguridad jurídica en este país es brutal.

¿Está en riesgo la permanencia de la empresa en la Argentina?

- Nosotros tenemos vocación de quedarnos acá, de invertir, de dar trabajo, de conectar provincias. Creemos que podemos ser un actor que ayude mucho a la sociedad argentina a volver a poner al país de pie. Ahora, si desde la política no nos quieren, nos quieren sacar la base de El Palomar, nos quieren dar los lugares en Aeroparque, si encima después quieren regular las tarifas como se pretende hacer, bueno sí. Probablemente nos van a querer empujar a que nos vayamos, pero no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es quedarnos e invertir porque creemos que hay mucho por hacer en la Argentina. Ver un futuro de la Argentina con un solo operador va a traer muy malas consecuencias para el país, con aumentos de precios, falta de conectividad, menos rutas, un mercado más chico.

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