Jorge Pérez Cuesta reconoce que, si le piden consejo, recomienda no invertir en este momento, pero que él mismo no puede evitarlo. Por eso, se muestra entusiasmado con el próximo lanzamiento de una plataforma digital que llevará a la Bolsa de Comercio de Mendoza a transformarse en una fintech. Si bien se mostró en Twitter como uno de los precursores y defensores del Mendoexit, sostiene que siempre fue a modo de chiste, aunque sí considera que la provincia debe ganar autonomía y definir su matriz productiva.
-Recientemente se han dado a conocer datos sobre la provincia, que la muestran complicada en términos de empleo, salarios y pobreza. ¿Por qué cree que hemos caído en estos indicadores?
-Mi credibilidad en estos indicadores es bastante relativa. Determinados grupos han decidido hacer que saquen los números que quieran. Pero más allá de eso, creo que sí hay que hacer cambios. También hay que mantener un proyecto de gobierno y llevarlo adelante. Eso lleva tiempo.
-¿Qué considera necesario hacer para recuperar la economía provincial?
-En el encuentro virtual que Los Andes organizó para empresarios y políticos, el economista Gustavo Reyes dijo que tenemos una gran dependencia de lo nacional. Hace muchos años que viene diciendo que la economía de Mendoza depende de Buenos Aires entre un 93 y 97%. Si solamente tenemos, para manejarnos, una herramienta de 5 a 7%, la realidad es que poco se puede hacer. Ahora bien, creo que deberíamos buscar alternativas.
Primero, hay que definir qué Mendoza queremos. Creo que hay que definir claramente lo que pretendo, a dónde quiero llegar y cómo voy a llegar. Hemos tenido una importante alternancia de gobiernos, que ha determinado que el barco no vaya en forma directa a donde creemos que tiene que ir, sino que cada gobernador ha tenido una opinión distinta. Yo soy defensor de una Mendoza que sea más autosuficiente, que tenga más poder para hacer las cosas por sí misma.
-De hecho, usted es uno de los impulsores de la separación de Mendoza del resto del país…
-Yo hago chistes con eso. Creo que, en el mundo, las separaciones o secesiones de provincias o regiones dentro de un país son algo anecdótico. Pero sí creo que deberíamos tener un mayor federalismo. Somos una república federal teóricamente porque, en realidad, no lo somos. Por otro lado, dependemos mucho de la Nación y estamos acostumbrados a depender. Todos los gobiernos han vivido de lo que les ha tirado la Nación. Pero no estoy de acuerdo en este momento en una independencia de Mendoza. Sí, en que sea más autónoma.
Cuando empecé a hablar del Mendoexit fue hace muchos años, cuando empezó el Brexit de Gran Bretaña. Lo hacía, refiriéndome a que los mendocinos debemos estar orgullosos de nuestra Mendoza. Tenemos que ser lo más independientes posible. Generar herramientas para que no tengamos que estar dependiendo de la Nación. Ahora, cuando ya se conformó un partido político tomando este nombre, no estuve de acuerdo.
-Mencionó los sucesivos gobiernos y sus visiones, pero ¿qué cree que podría aportar el sector empresario?
-(Hace una pausa y piensa). Le voy a contar una historia. Cuando ganó las elecciones (José Octavio) Bordón, habló con cinco empresarios y les dijo: “Miren, yo quiero trabajar con ustedes y me interesa tener una reunión mensual. Que nadie se entere”. De hecho, nadie se enteró. Lo hemos dicho públicamente muchos años después. En esas reuniones, se hablaba de cosas como, por ejemplo, qué estaba pasando con la vitivinicultura. Un hombre fuerte del sector, y muy correcto, le dijo: “Yo estoy viendo que va para el lado de la calidad y nosotros estamos yendo por el de la cantidad. No estamos valorando los varietales”.
A la reunión siguiente, Bordón preguntó: “¿Cómo hacemos para ir a la vitivinicultura del futuro? Se los estoy preguntando para que vayan viendo ustedes cómo hacerlo”. Así lo hicimos y salió el proyecto de modificación. Esa actitud franca, llana, con cinco empresarios de distintos sectores y de primera línea de Mendoza, donde se habla con total claridad y en determinado momento se dice “necesito que hagan esto”, es el camino.
Ésa creo que es la forma en que tienen que trabajar el gobierno y los empresarios. Anónimamente. Bastante claro he sido en decirle que no comparto eso de armar un consejo (Económico, Ambiental y Social), que para que se ponga de acuerdo... Esto tiene que ser efectivo. Ese almuerzo que se hacía en la bodega de mi padre es la verdadera esencia de lo que se tiene que hacer. Lo otro es política.
-Hay quienes, en el marco de la pandemia y la crisis, están viendo oportunidades. ¿Qué piensa de esto?
-En la Bolsa de Comercio de Mendoza estamos desarrollando un proyecto nuevo. Hace un año dijimos que teníamos que modernizarla para llegar a una bolsa más digital. Nos planteamos que queríamos un sistema para poder pagar impuestas y servicios a través del teléfono, pero también algo más. Decidimos armar una fintech.
A través de una gran plataforma, que la está realizando uno de los grupos más importantes del mundo, estamos armando un proyecto que es realmente muy novedoso. El último de los puntos va a ser el de poder pagar por teléfono, pero conlleva una billetera electrónica, un manejo de la información, un proceso que va a permitir trabajar a los agentes de bolsa de Mendoza a través de esta plataforma. Ya estamos haciendo las pruebas y en el primer semestre del año que viene, estaremos funcionando.
Es una inversión importante, que lleva mucha tecnología y mucha gente nueva, joven, con conceptos totalmente diferentes. Nos parece que es el futuro. Ahí me voy de narices con lo que siempre digo, de que hay que ser más mesurado en este momento y no pensar en invertir. El proyecto lo presentamos al directorio a fines de octubre y nos preguntaban si nos parecía invertir tanto dinero en esto. Les respondimos que el mundo va hacia esto. La pandemia nos obligó a acelerar mucho porque teníamos previsto desarrollarlo para fines de 2021 o principios de 2022.
-¿Cómo ve 2021?
-Algo que dijo (Gustavo) Reyes, que fue interesante, fue que “Lo bueno que tiene estar tan mal, es que las posibilidades de subir son mayores”. Entiendo que siempre se puede estar peor. No comparto el concepto del presidente (Alberto) Fernández, cuando dice que ya hemos tocado fondo. Pero, de todas formas, soy optimista. Si no, no estaría haciendo inversiones. Pero no va a ser un año fácil. El mundo va a estar difícil. Va a estar mejor, pero no como un año que crece el 12 o el 15%. Si en 2021 crece al 5% va a ser maravilloso.
Argentina, este año, va a tener una caída muy fuerte. Creo que va a estar más cerca del 14 o 15% que del 11%. Esa caída va a significar que el año que viene vamos a crecer. Siempre hay efecto rebote. Pero si no damos al país las herramientas necesarias para que pueda crecer fuertemente, tenemos un problema serio. Tienen que mantenerse en el tiempo.
Creo que Mendoza debe ser la que marque su propia política. En eso lo vamos a seguir al gobernador. Si dice “mi matriz es ésta” y estamos de acuerdo los diferentes sectores, en esa matriz vamos a trabajar. Tiene que definirse qué vamos a favorecer y establecer un programa para los próximos 10 o 20 años.
Soy muy amigo del ministro (Lisandro) Nieri. Pero a veces difiero cuando dicen: “Vamos a dar dinero al que invierte”. Al inversor grande, dale herramientas para que pueda salir a los mercados internacionales. El no default de la deuda de Mendoza fue brillante, porque ayuda a que podamos conseguir fondos y asociaciones internacionales. Pero definí que se lo vas a dar al pequeño inversor y definí, dentro de tu matriz, qué querés apoyar. El año pasado, el 85% del financiamiento se lo dieron a cinco empresas grandes, que lo pueden conseguir afuera. Hay que apoyar al inversor chico, que no puede. Pero creo que lo más importante es definir una matriz y seguirla. El gobierno con el sector privado, pero con diálogo cerrado, donde se pueden dar opiniones en forma privada.