Un mendocino que trabaja en el sector de explotación de minas y canteras, que incluye el rubro de extracción de petróleo crudo y gas natural, tuvo, entre enero y setiembre, un salario promedio neto de $ 175.615 (incluido el medio aguinaldo de junio). En cambio, el que se desempeña en la educación privada alcanzó un sueldo medio de $ 29.318 en el mismo período. Esto significa que los primeros ganan cinco veces más que los segundos.
Aún más, en los nueve primeros meses de este año, los trabajadores de la educación privada tuvieron un incremento de 22,8% con respecto al salario bruto promedio que cobraron en el mismo lapso de 2020. En cambio, los de Explotación de minas y canteras alcanzaron un ajuste de 45,4%. Se debe aclarar que estos porcentajes pueden no coincidir con los de las paritarias, porque los acuerdos no suelen ser de enero a diciembre, sino que el cierre se produce en otro momento del año.
Los datos de salarios en cada provincia y rama de actividad están incluidos en el Boletín de remuneraciones de los trabajadores registrados del sector privado, que se elabora en el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. En este documento se pueden apreciar las variaciones sectoriales, y la brecha que se produce, y también conocer el sueldo promedio de los mendocinos que trabajan en el sector privado.
De enero a setiembre de 2021, el sueldo medio ha sido de $ 59.266 netos –se hizo un promedio de los nueve meses, para evitar variaciones por cada paritaria-, con un incremento del 45,1% con respecto al ingreso del mismo período de 2020. En cambio, si se toma sólo el mes de setiembre, se observa que el salario promedio de los trabajadores mendocinos del sector privado fue de $ 71.405 netos.
A qué se deben las brechas
La economista y docente Carina Farah señaló que estos extremos tienen que ver con la rentabilidad privada, ya que la explotación de minas y canteras tiene un factor productivo exportable de alta demanda internacional, y el sector del petróleo ha tenido salarios más altos históricamente, asociados al precio de lo que se vende. En cambio, en la otra punta, se encuentra la rama de servicios, el educativo en particular, pero también el de salud, que tiene una baja rentabilidad privada, pero una social alta. Esta última, resaltó, es mucho más intangible.
Asimismo, indicó que es interesante analizar el nivel de feminización que tiene cada sector. El de educación está altamente feminizado, mientras que en el de las industrias más duras la participación de las mujeres es mucho menor. Esto impacta en la desigualdad de distribución de los ingresos entre hombres y mujeres. Es que, además, por la carga del trabajo de cuidado, no remunerado, a las mujeres se les dificulta insertarse en ciertos ámbitos; lo que se conoce como “piso pegajoso”.
Por otra parte, también hay dificultades para el ingreso en ciertos rubros, que hacen que menos gente de dedique a esas actividades. Para ilustrarlo, Farah comentó que hoy se está demandando mucho el piloto de dron para la industria audiovisual y para realizar labores agrícolas, pero que el curso es muy costoso. En cambio, estudiar para docente o enfermero es más accesible.
La mirada sectorial
María Ester Linco Lorca, secretaria general de Sadop Mendoza (Sindicato Argentino de Docentes Privados), indicó que los salarios de los docentes privados tienen que ver con un modelo en el que el Estado provincial no valora la educación. “Esto no sólo se evidencia en los ingresos, sino también en el hecho de que comenzaron las clases presenciales con apenas un 30% de los maestros vacunados con una sola dosis”, comentó.
Linco señaló que un docente cobra hoy $42 mil, pero porque tiene sumas no remunerativas: un bono de $ 6 mil, que no forma parte del cálculo de aguinaldo ni jubilación. Este es el motivo por el que, desde 2017, vienen diciendo que los docentes son los nuevos pobres de la provincia, ya que ni siquiera pueden sacar un préstamo, porque no cumplen con los requisitos. Se debe recordar que el salario de los docentes privados está atado a la paritaria de los estatales, pero desde hace más de un año el gobierno provincial ha fijado aumentos por decreto.
La titular de Sadop también se refirió a la valoración social de la actividad para plantear que hace años el maestro era considerado un pilar de la sociedad, mientras hoy se cuestiona que estén preparados para dar clases. “Esa es otra razón por la que los sueldos son cada vez más bajos, lo que obliga, a quienes son sostén de familia, a tener dos cargos, cuando cada uno de ellos es de cuatro horas y media (30 minutos más que en otras partes del país). Además, acotó, al docente privado se le exige capacitación permanente.
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Cuyo, Gabriel Barroso, reconoció que siempre están entre los trabajadores con mejores salarios, pero que de todos modos les gana la inflación. Aclaró que si bien hay compañeros que superan los $ 200 mil mensuales, también hay otros que cobran $ 70 mil, porque hay mucha variación en función de los turnos, la carga horaria y otros adicionales.
El año pasado, indicó, en la paritaria que va de mayo a abril del año siguiente, lograron una recomposición del salario del 45%, pero porque tenían una diferencia pendiente de 2019 y durante la pandemia más de 3 mil trabajadores estuvieron en casa por meses y cobraron el 60% del sueldo. En 2021, en cambio, acordaron un 35% de aumento, con una cláusula de revisión para marzo.
Barroso explicó que lo que rinde en la actividad son las horas extras. Así, quienes trabajan ocho horas, de lunes a viernes, no se acercan a esos montos mensuales. En cambio, quienes tienen remuneraciones altas son los que cumplen turnos de 12 horas de trabajo efectivo, a las que se suman entre 3 y 6 horas más de viaje al puesto, y que tienen un régimen de 14 días de trabajo por 7 de descanso.
Asimismo, detalló que hay variaciones marcadas en los tres convenios, el de yacimientos, el de gas GLP y el de refinería. Este último tiene una escala promedio de entre $ 80 mil y $ 150 mil, que también se modifica según la carga horaria, el horario de trabajo y los días, entre otros puntos.