Los últimos datos que se dieron a conocer sobre la medición de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT) permiten hacer varios análisis sobre la situación económica. Uno es que, si se compara desde la asunción del presidente Alberto Fernández en 2019 hasta septiembre de 2022 (última medición), la cantidad de dinero que una familia mendocina necesita para alimentarse creció un 274,83 %, mientras que la cantidad necesaria para ser “clase media” creció 257,71 %.
Puntualmente, ayer se informó que la CBA en Mendoza aumentó un 5,7 % en septiembre, pasando de $ 44.851,91 a $ 47.407,37. Además, la CBT aumentó un 6,1% en ese mes, de $ 112.129,77 a los $ 118.984,97.
Suele confundirse una canasta y otra, pero la CBA (tal como la define el Indec), reúne los alimentos y bebidas que satisfacen requerimientos nutricionales, calóricos y proteicos. En síntesis, es lo que una familia tipo de 4 personas –dos adultos y dos niños- necesita gastar para alimentarse. Quienes están por debajo de esta línea, se encuentran en pobreza extrema o indigencia.
En diciembre de 2019, cuando asumió Fernández al frente de la presidencia, la CBA en Mendoza era de $ 12.647,65. Durante todos los meses de su mandato ese valor fue creciendo y para septiembre de 2022 el valor fue de $47.407,37. Es decir que entre un mes y el otro se dio un aumento de 274,83 %, casi el cuádruple.
Por otro lado, la CBT amplía la canasta alimentaria y suma otros bienes y servicios como vestimenta, transporte, educación y vivienda. Quienes están por encima del valor de esta canasta ampliada dejan de ser considerados en situación de pobreza y pasan a considerarse “clase media”.
Volviendo a la comparación, en diciembre de 2019 la CBT en Mendoza era de $ 33.263,31, mientras que en septiembre de 2022 ese número había ascendido a $ 118.984,97, un aumento del 257,71 %. Un dato llamativo es que, si bien ambos aumentos son considerables, la CBA aumentó aún más que la CBT, es decir que en estos 33 meses de gestión nacional los alimentos crecieron más que otros bienes y servicios.
¿Cómo acompañaron los salarios esta subida? Es probable que la respuesta intuitiva es que “se quedaron atrás”, pero el tema toma otra dimensión al ver los números. En diciembre de 2019, el sueldo promedio registrado en Mendoza era de $59.517, muy superior a la CBT de $ 33.263. Sin embargo, para mayo de 2022 (último dato disponible) ese valor era de 114.309, un 92% más que en el primer mes medido.
En otras palabras, los sueldos registrados casi se duplicaron mientras que las canastas crecieron más del triple. El salario de diciembre 2019 superaba ampliamente a la CBT, mientras que en mayo (CBT $ 95.405) el sueldo promedio registrado apenas la superaba.
Las perspectivas
La economista Paula Pía Ariet, directora de Gestión Consultores, consideró que el valor relevado ayer es “tremendo” y que muchas personas pasan de estar en situación de pobreza a estar en indigencia. Con el cercano aumento de tarifas eléctricas, el panorama no es alentador porque, aún cuando algunos de esos sectores sigan recibiendo el subsidio energético, los negocios de cercanía se verían afectados y terminarán subiendo el costo de los productos.
“La nafta aumentó dos veces, el dólar oficial crece todos los días y hará que los valores sigan creciendo. No hay nada que se pueda ver cómo mejor en el sector más bajo, y es agónico porque no sabes cuándo se van a dar estos aumentos”, lamentó Pía Ariet. Tanto los aumentos en energía como en combustible terminarán repercutiendo en el precio de los alimentos, y “estas son cosas que afectarán negativamente a la pobreza”.
Por su parte, Daniel Garro, CEO de Value International Group, afirmó que la inflación sería aún más grave, pero “hay parte de la economía congelada y controlada”, con gastos como obras sociales, celulares, boletos de micro y tarifas de servicios públicos. “Aún con todo esto, no bajan la inflación del 6 %. No se puede controlar todo, es imposible. Quieren controlar el precio del pan cuando atrás tenés desde la harina y el sueldo del panadero hasta la cosechadora y el combustible”, apuntó.
Según el economista, van a continuar la emisión monetaria y la absorción con una cuota de interés alta, con una inflación también en niveles elevados: “Solo las leliqs y pasivos implican más emisión y por ende la canasta básica y de alimentos seguirán subiendo. Por otro lado, habrá más retraso en los sueldos. Esa es la escenografía y sobre eso hay que tomar decisiones”. Además, otros países en el mundo enfrentan problemas económicos y será difícil encontrar ayuda desde afuera.
Ariet agregó que hay sectores gremiales que lograron acuerdos con el 130% de aumento, pero “no están ni cerca de estar en las líneas de pobreza”, y hay que observar los sectores informales sin paritarias. Como aspecto positivo, la directora de Gestión Consultores señaló que hay muchas empresas buscando ocupar puestos de trabajo: “Nosotros teníamos en promedio entre 10 y 15 búsquedas por mes, y hoy tenemos 35 búsquedas abiertas”.
Para Garro, es difícil que haya cambios fuertes en la política económica porque se acerca un año electoral y el gobierno no quiere hacer ajustes para evitar perder votos, mientras que el riesgo país se mantiene en torno a los 2.800 puntos. “Lo único que veo de positivo es que solo les queda un año, nada más. Ya sea para que se derrumbe todo o para que realmente haya un cambio”, concluyó el CEO de Value International Group.