La canasta de alimentos subió 23% en solo tres meses

Los precios se dispararon, tanto por el contexto internacional como por el nacional. Para los economistas, las medidas del Gobierno son ineficientes.

La canasta de alimentos subió 23% en solo tres meses
Solo en marzo, la Canasta Básica Alimentaria subió 10,1%. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Pese a las medidas implementadas por el Gobierno nacional para frenar las subas de precios de los insumos de primera necesidad, el costo de vida volvió a dispararse en marzo a un ritmo mucho mayor que el de la inflación general. Según datos oficiales, la Canasta Básica Total (CBT) de Mendoza aumentó 7% el mes pasado, llegando así a los $ 84.131,15.

El dato, medido por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), muestra el total de gastos que debe hacer una familia tipo (un hombre de 35 años, una mujer de 31, una hija de 8 y un hijo de 5) para cubrir el 100% de sus necesidades básicas durante un mes. Los hogares que no ganan los suficiente para cubrir el valor de una CBT son los que aparecen en las estadísticas como “hogares pobres”.

Cabe aclarar además, que la CBT no tienen en cuenta algunos gastos importantes que son usuales en miles de familias, como es el caso del alquiler. Es por eso que algunas mediciones privadas ubican la canasta por arriba de los $ 100 mil.

Por otro lado, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), estudio que mide únicamente el costo de satisfacer las necesidades alimenticias durante un mes, tuvo un incremento del 10,1% en marzo y acumula una suba del 23% en los primeros tres meses del 2022 (6,8 puntos más que la inflación general). De acuerdo a la DEIE, ya se necesitan $ 34.479,98 para no caer bajo la línea de la indigencia.

Economía descontrolada

Las fuertes subas de precios que se registran mes a mes en los productos de primera necesidad son un motivo de preocupación para el Gobierno nacional, pero las medidas implementadas hasta el momento no parecen tener un impacto realmente significativo. Así lo entiende el economista Carlos Rodríguez, quien advierte que los programas de control, como Precios Cuidados, tienen dificultades tanto técnicas como prácticas.

“Los planes no pueden llegar a todos los negocios de la misma manera y son muy difícil es de supervisar. Además, la cantidad de artículos con precio acordado es muy chica en relación al universo total de productos”, comentó.

“No se está atacando el problema de fondo, que sigue siendo la emisión monetaria. Si bien ha desacelerado un poco la impresión de billetes, el Gobierno ha seguido cubriendo el déficit con la toma de deuda, a través de bonos y letras que encima se indexan con la inflación. Es decir que la bola de nieve se hace cada vez más grande”, agregó.

Se mostró de acuerdo Nicolás Aroma, economista asesor del Partido Justicialista (PJ). “No están dando resultado las medidas sobre los precios. Los alimentos están subiendo en todo el mundo por causa de la guerra y Argentina tiene el agravante de que arrastra una inercia inflacionaria. No es algo fácil de resolver”, indicó.

Para Aroma, el Gobierno nacional ha entendido que las medidas que apuntan al control de precios son ineficientes, por lo que ha decidido atacar el problema apuntalando los ingresos. “Son herramientas paliativas y la inflación por detrás, pero hoy son necesarias, porque se debe evitar la caída del consumo”, apuntó.

En ese marco, el economista defiende la intención del Estado nacional de aumentar las retenciones a las exportaciones. Desde su punto de vista, es importante salvar el consumo y sostener el nivel de actividad económica. “El crecimiento es una de las variables que Argentina debe mostrar al FMI”, recordó.

Por su parte, Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, coincidió en que las fuertes subas de las canasta básicas responden a los problemas macroeconómicos que la Nación no logra resolver. “Hay un desborde de la inflación y como siempre que se atraviesa un período como este, los precios suben a mayor ritmo que los salarios. Es algo muy preocupante”, advirtió.

El asesor del Gobierno también mencionó a la emisión monetaria y a los “coletazos de la guerra” como causantes de las disparadas de precios de los alimentos, pero a eso sumó que también hay una “inflación de expectativas” muy fuerte. “Hay un modelo de política económica que los mercados no terminan de asimilar. Tenemos un gobierno partido en dos, que además es inconsistente en sus decisiones económicas. Por eso las empresas arman colchones de precios. Eso espiraliza la inflación, cuando lo que se necesita es que se calmen las expectativas y estabilicen los precios”, opinó Laza.

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