En la previa del feriado del 8 de diciembre, algunos cortes vacunos habían subido entre un 10% y un 12%. Sin embargo, esta semana, a la espera de qué sucederá con las medidas implementadas por el nuevo Gobierno, los productores han optado por retener la hacienda y esta falta de oferta elevó nuevamente los precios. La suba ha sido del 20% y los precios ya llegaron a $8 mil el kilo.
José Rizzo, presidente de la Cámara de Abastecedores de la Carne de Mendoza, comentó que, en los últimos 15 días, la carne ha tenido un aumento de alrededor del 40%. Sumó que, así como el incremento anterior se había aplicado sólo a algunos cortes -los finos y de asado-, en esta ocasión se extendió a todos.
Explicó que esto responde a la suba del animal en pie, producto de que no ha sido suficiente la oferta para responder a la demanda y, en consecuencia, aumentan los precios. Rizzo detalló que, en parte, la menor disponibilidad se debe al feriado, pero, sobre todo, a la incertidumbre sobre cuál será el impacto de las medidas que implementará el Gobierno de Javier Milei. Ante esto, el productor está reticente a mandar hacienda al mercado y añadió que, en la medida que esto siga así, los valores seguirán trepando.
De todos modos, consideró que se ha alcanzado el límite porque los precios al público están superando el poder de compra de muchos salarios. Para ilustrarlo, mencionó que cortes finos, como el lomo veteado y el lomo liso llegaron a los $ 8.000, mientras que el peceto y la palomita, que se eligen mucho para las Fiestas de Fin de Año, están en los $ 7.500, al igual que los cortes de asado, como vacío, punta de espalda y matambre, que oscilan entre los $7.000 y los $7.500. En el caso de la costilla, su precio ronda los $ 6.900 a $7.200, y blandas de primera, como cuadril, punta de pierna o corte para milanesas, están alrededor de los $ 5.500.
El titular de la Cámara de Abastecedores de la Carne de Mendoza indicó que ya han notado una reducción en las ventas, que se explica por estas subas, además de que se redujo considerablemente el beneficio del Banco Nación, que traccionaba mucho las ventas -del 40% sin límite cayó al 30% con tope de $ 4.000 por cliente- y que muchas personas aprovecharon para anticipar sus compras y cargar el freezer con este descuento o con tarjeta de crédito, porque se esperaban aumentos.
Por otra parte, mencionó que había quienes optaban por comprar pollo, pero también aumentó, y el cerdo, que solía ser una carne alternativa, tiene valores muy similares a la vacuna.
Rizzo reconoció que es una situación muy difícil tanto para los pequeños y medianos negocios, como para las cadenas de carnicerías, porque están teniendo un incremento importante en los costos -combustible, alquileres-, con una baja en las ventas, que hace que se complique cubrir los gastos. Y si bien para Fin de Año suele haber un repunte en las ventas, aclaró que, en los días posteriores, la gente deja de consumir, por lo que el promedio no es muy distinto al de un fin de semana largo.
Pero advirtió que muchos consumidores optan, en esta época, por cortes muy específicos, sobre todo los de parrilla, mientras quedan en los negocios muchos de blanda. Esto genera algo atípico: que esté más barato un kilo de bife que un kilo de asado (vacío, punta de espalda o costillas arqueadas). De ahí que resalte que hay opciones, como tapa de nalga, tapa de paleta, asado ruso, tapa de lomo o roast beef, que se pueden cocinar a la olla, en el horno e, incluso, a la parrilla y también son tiernos y sabrosos, además de tener una diferencia de $ 1.000 a $ a 1.500 en su precio por kilo.