Lo acusan de falta de previsión, pero el secretario de Energía se defendió culpando al gobierno anterior. El Gobierno dice que esta noche se normaliza el abastecimiento.
La crisis por el desabastecimiento de gas puso la lupa sobre la gestión del secretario de Energía, Eduardo Chirillo, quien se defendió culpando a la gestión de Alberto Fernández por la situación actual, pero sin dar respuesta a la falta de previsión sobre una situación climática que había sido advertida.
Pero además de la situación doméstica, el faltante de gas sacó a la superficie la distante relación que mantiene el presidente, Javier Milei, con su par de Brasil, Luiz Inacio “Lula” Da Silva, expuesta por la categórica negativa de la empresa Petrobras a aceptar los instrumentos de pago que había presentado Argentina demorando la descarga de barcos de GNL comprados de urgencia durante el fin de semana.
Ante la restricción, en la noche del martes un comité de crisis convocado por la empresa ENARSA decidió cortar el suministro de gas a estaciones de GNC y un centenar de industrias, decisión que afectó particularmente a la provincia de Córdoba.
La medida se tomó porque Petrobras se negó a descargar un buque con GNL que estaba amarrado en Escobar hasta tanto Argentina no pagara la factura de U$S 22 millones. La empresa rechazó la carta de crédito que había sido emitida por el Banco Nación.
La decisión deja al descubierto la intransigencia del gobierno de “Lula” Da Silva ante el gobierno de Milei, con quien ha tenido una serie de encontronazos. En otro tiempo político un simple llamado del presidente brasileño a la compañía hubiese destrabado la situación dado que era una simple situación de forma del documento presentado.
En las primeras horas de la mañana de este martes, ENARSA comunicó que luego de las correcciones requeridas Petrobras aceptó el pago y comenzó la descarga del buque.
“La situación se produjo por una disconformidad del proveedor respecto a la carta de crédito emitida el pasado viernes 24, a pesar de que la misma fue emitida en los términos requeridos por el proveedor destacándose que el banco había recibido una igual para un cargamento similar en las últimas semanas”, admitió ENARSA.
Más tarde, el vocero presidencial Manuel Adorni aseguró que entre la noche del miércoles y la mañana del jueves se normalizaría el abastecimiento, pero fuentes del sector aseguraron que el flujo pleno podría alcanzarse en 48 o 72 horas.
El portavoz también precisó que en los próximos días “otra decena de barcos van a colaborar con que no haya faltante de gas ni ahora ni más adelante”.
Chirillo se defendió de las acusaciones de falta de previsión por la inesperada llegada de una ola de frío no prevista y por la situación heredada de la administración de Alberto Fernández: “No es responsabilidad de este gobierno”, enfatizó.
“Estamos en el otoño más frío desde 1980, no pronosticado y con fuerte demanda de gas. Sumado a situaciones excepcionales (limitación de importación energía de Brasil, salida de embalse), se necesitó incorporar volúmenes de GNL, a precio de mercado, programados para más adelante”, señaló Chirillo.
Sin embargo, el adelantamiento de las bajas temperaturas consta en informes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) desde las primeras semanas de abril.
A su vez, los ex secretarios de Energía, Daniel Montamat y Emilio Apud, ya habían advertido en declaraciones a este medio los días previos que había un retraso y una deficiente planificación y gestión de una situación que tuvo las alertas suficientes.
En el último informe trimestral el SMN había anunciado que el otoño iba a ser “más frío de lo habitual”, incluso con un evaluación pormenorizada por cada región del país.
La situación atípica provocó que se duplicara la demanda doméstica que pasó de 70/80 m3 a cerca de 140 m3, lo que obligó a cortar el suministro de industrias y comercios.
La crisis también desató la polémica por el estado del gasoducto Neuva III (Néstor Kirchner) ya que ex funcionarios aprovecharon la ocasión para acusar al actual gobierno de haber paralizado las obras para privilegiar el resultado fiscal.
“Esperaban que los acompañara el clima porque querían gastar menos y nos llevaron a todos a una situación que no se veía desde 1984″, dijo Agustín Gerez, ex presidente de ENARSA durante el anterior gobierno.
“Hay una falta de planificación que con el correr de los días empieza a consolidarse en una crisis que va a durar todo el invierno. Si el gobierno hubiera tomado la decisión en enero de continuar con los dos meses de trabajo que le faltaban al Gasoducto, hoy no tendríamos este problema”, concluyó Agustín Gerez
Chirillo negó que se hubieran demorado las obras y al mismo tiempo afirmó que se cancelaron las deudas pendientes.
“Los pagos están al día. Asumimos con deudas, contratistas con precios desactualizados desde mayo/23, con Siras pisadas y sin ingreso al mercado libre de cambios”, recordó Chirillo a través de redes sociales.
Asimismo afirmó que “la obra del 1er tramo del GPNK (Néstor Kirchner) y las plantas compresoras Tratayén y Salliqueló debieron haber finalizado en septiembre de 2023″.
En ese sentido subrayó que el actual Gobierno “regularizó pagos por +$30.000 millones y destinó recursos por otros $47.000 millones en la fase de terminación, debido al retraso heredado”.
Pese a las diferentes acusaciones y puntos que no quedan claros, Chirillo se negó a aceptar preguntas pese a los reiterados pedidos de aclaraciones sobre la situación que dejó sin gas a buena parte del país.
En este contexto, volvieron a tomar cuerpos las versiones de un recambio de conducción en la secretaría de Energía, posibilidad que se había barajado un par de meses atrás.