Daniel Salinas, director Comercial de Guerrini Neumáticos, contestó una a una las acusaciones que se hicieron públicas sobre la empresa y explicó que si bien “aprovecharon una oportunidad de negocio”, frente a la escasez de neumáticos que generaron los paros de las fabricantes nacionales, “todo se hizo en el marco de la ley”.
La historia que llevó al directivo de la empresa a contar cómo funciona el negocio en la provincia (por la denuncia que prepara la aduana) y en Capital Federal, en donde también tienen una sede, comenzó en el año 2020, cuando la empresa fue convocada a una reunión con la Secretaría de Comercio para acordar volúmenes de importación. Se llegó a un acuerdo y los primeros meses funcionó, luego les empezaron a reducir las aprobaciones y, finalmente comenzaron los rechazos, luego vinieron las cautelares.
“En el año 2014 ya habíamos tenido que recurrir a la Justicia, y otra vez nos encontrábamos frente a una situación que significaba crecer -por una mayor demanda de producto- o achicarnos y despedir personal”, explicó Salinas, y contó que la decisión de crecer les permitió pasar de un volumen de venta de 30 mil neumáticos mensuales a 70 mil, y de 100 empleados a 160, para una empresa con más de 30 años de trayectoria.
Pero Salinas explicó que todo se mantiene en el marco de la ley y es simple probarlo porque:
- “No se puede elegir el juzgado que recibe el pedido de cautelar para poder importar, se trata de un proceso jurídico, legal, que se inicia por sorteo. Hemos tenido rechazos y hemos debido ir a la Cámara (un proceso más) para poder obtener algunas cautelares”;
- “No hay sobrestock porque se puede comprobar que tenemos toda la mercadería vendida, e incluso, la vendemos antes de que llegue a puerto. Además, se han realizado inspecciones tanto en nuestros depósitos como en Zona Franca (Mendoza y La Plata), y toda la mercadería tiene fecha de este año”;
- “No existe connivencia con el sindicato (Sutna, el sindicato que agrupa los trabajadores del neumático), nunca nos hemos reunido con ellos, y nuestra relación es con Comercio (Faecys, el Centro de Empleados de Comercio, en Mendoza). Nunca nos han llamado tampoco para que el personal se afilie, porque no producimos neumáticos, somos vendedores”, agregó.
Además, el director Comercial de la firma explicó por qué las medidas cautelares incluyen permisos para ingresar mayor cantidad de neumáticos de los que se compran, y es que el proceso para importar puede tomar más de cuatro meses. “Tenemos el circuito aceitado, pero pudieron hacer lo mismo nuestros competidores. Lo primero siempre es pedir la autorización para importar (SIMI- Sistema integral de monitoreo de importaciones) el proceso tarda 60 días, y pasado ese plazo, si no hubo respuestas, entonces ahí se recurre a la Justicia, es sorteado el Juzgado que define (demora un mes más al menos), y luego se puede retirar mercadería de Zona Franca”, insistió Salinas.
Así se logra que cada vez que una de las 600 empresas que les compran reciban la mercadería dentro de los plazos comerciales, con una cautelar que la respalde. “Se nos acusa de abusar de las medidas cautelares (tienen alrededor de 10 vigentes desde comienzos de año), pero no tenemos sobrestock, estamos respondiendo a una necesidad de mercado, y podemos responder a todos los controles periódicos que nos hacen. Vamos a presentar los volúmenes y despachos desde el 1 de enero hasta la fecha”, sumó.
En la empresa son conscientes de que el crecimiento que han tenido en los últimos dos años puede alarmar a quienes lo observan, pero destacan que nada se ha hecho fuera de la ley, y que el mismo Gobierno que pone trabas a las importaciones fue el que generó la situación.
Finalmente, Salinas indicó que nada de esto responde a precios, porque “los importadores no son formadores de precio”, sino que en el último año los aumentos han estado algunos puntos por encima de la inflación, pero siempre marcados por los valores que ponen a sus productos las fabricas nacionales. “Pagamos los aranceles máximos que impone la Organización Mundial del Comercio (35%), trabajamos con las variaciones del dólar”, pero no formamos precio, cerró.
La palabra de la Zona Franca
La Zona Franca de Mendoza, se rige bajo los términos de la Ley 24.331, por el que la mercadería no necesita la aprobación para ingresar (SIMI) mientras esté en los galpones del parque industrial, y tampoco tienen límite de tiempo, pero sí, antes de salir al mercado, tienen que tener toda la documentación en regla.
“Disponemos de galpones, así como los concesionarios de Zona Franca (hay usuarios directos que almacenan en la zona industrial), pero la mercadería no ha variado. Mayormente se utiliza para que los importadores reserven grandes insumos para las bodegas, como barricas, o maquinaria agrícola o minera; en cuanto a los neumáticos, hace 10 años que la empresa trabaja acá y sus operaciones no han sido distintas a las de otros años, pudo haberse incrementado en el primer semestre de 2022, pero coincidió con los cepos cambiarios y las trabas a la importación”, explicó Verónica Maldonada, titular de Zona Franca.
En todos los casos, los depósitos sirven para reservar stock, pero no se escapa a las normativas y antes de retirar cualquier mercadería, “deben presentarse las SIMIS” aprobadas.
“Tenemos Aduana, tenemos zona primaria aduanera, y toda la mercadería que ingresa se controla y antes de nacionalizarse se pagan los impuestos y aranceles correspondientes. El objetivo de Zona Franca es de almacenamiento”, explicó Maldonado y contó que aunque ha aumentado el interés por los importadores por utilizar los servicios de almacenaje, no se han visto, como en otras partes del país, que se sumaran nuevos productos que pudieran aprovechar el lugar para guardar mercadería hasta tanto se les autorizara la SIMI.