El mercado de deuda en pesos argentino se encuentra atravesando uno de sus momentos más críticos, luego de la salida de Martín Guzmán como ministro de Economía y el arribo de Sergio Massa. En el sendero eleccionario, este programa económico con financiamiento en pesos del déficit fiscal podría dejar pagos por delante por $17 billones hasta la finalización del actual mandato presidencial.
Desde la consultora Focus Market elaboraron un informe sobre la actual situación de los pasivos remunerados del Banco Central de la República Argentina, que implican emisión monetaria de pesos futuros que los argentinos no ven en este momento, pero que podrían impactar sobre el actual circulante de lo que representa la base monetaria.
En el 2020, los pasivos monetarios (deuda contraída por el BCRA) representaban $767.000 por persona; en el 2021, $1.001.000; y hasta el momento, en el 2022, por persona hay $1.144.000. La situación dependerá de la capacidad del Estado para poder “rollear” la deuda, tanto la contraída con la parte pública como con los privados. Es importante señalar que en las últimas licitaciones la mayor cantidad de adherentes correspondió a tenedores nacionales que a privados.
“La moneda nació para tener un valor de cambio que nos permita generar transacciones y adquirir diversos bienes y servicios. Sin embargo, en Argentina la cantidad de moneda en forma de deuda del Banco Central más que duplica a la que tienen los argentinos en circulación. La pérdida de poder adquisitivo del peso ha sido la más fuerte en la región en los últimos 5 años y, sin embargo, parecería ser que este camino aún no ha llegado a su fin”, señaló Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market.
Otra forma de evaluar la deuda del BCRA es observando cómo los pasivos remunerados se encuentran afectando la situación per cápita de cada habitante argentino. Es decir, comparamos la cantidad de pesos que adeuda el BCRA en relación con los deciles de ingresos de habitantes. Desde la consultora adviertes que los pesos emitidos no han surgido de la creación real de la riqueza para ser distribuidos entre la población, sino de la maquinaria del BCRA para esterilizar los pesos sobrantes en el mercado, a los efectos de cubrir el déficit fiscal.
En el 2022 se sigue viendo la misma tendencia creciente, en donde el mayor nivel de ingresos aumentó nominalmente menos que proporcionalmente la cantidad de pesos impresos por cantidad de habitante, por lo cual el poder de fuego del Tesoro al colocar los pesos para contrarrestar los efectos inflacionarios de la emisión no logró mejorar el nivel de ingresos promedio.
De cada casi $1.144.000 por habitante emitidos por el Banco Central de la República Argentina, el decil más bajo, es decir el 10% de la población más pobre recibió solo $10.642; casi un 10.000% de diferencia entre los pesos emitidos por habitante y los que efectivamente esos habitantes cuentan dentro de sus ingresos. Incluso, el 10% más rico de la población recibió 5,6 veces menos que lo que el Banco Central de la República Argentina emite para cubrir el déficit fiscal del Tesoro.
Es importante recordar que, en octubre de 2023, esos pasivos remunerados solo por la renovación de los vencimientos, a una tasa de interés de política monetaria estable en el 75% nominal anual (TEA 107,35% anual con el roll over a lo largo de doce meses), la entidad monetaria asumirá un incremento del stock de deuda de unos $9,59 billones.
“El nivel de pasivos remunerados del BCRA es cada vez más con relación a la cantidad de habitantes. No solo no logró mejorar en el tiempo el nivel de ingresos promedio de los bolsillos de cartera de los habitantes de nuestro país, sino que, por el contrario, permitió que la inflación cause más estragos que beneficios. La caída de la demanda del peso argentino implica que, incluso disminuyendo el déficit fiscal, los billetes circulantes en la economía generen mayor variación de precios en los bienes y servicios. De esos pesos no tener buena fortuna en las colocaciones de deuda en un año eleccionario, la presión inflacionaria podría ir al alza sobre el actual nivel”, indicó Di Pace.
El nivel de crecimiento de la economía establecido por la variable PBI, medida en trimestres, se encuentra por debajo tanto de la base monetaria como del nivel de pasivos remunerados. Es decir, la creación de oferta monetaria creada para atenuar algunos efectos de corto plazo de la escalada de precios no logró generar un crecimiento sostenido a nivel económico ni mejorar el nivel de ingresos en el tiempo del bolsillo de los argentinos.
Al Estado Nacional le preocupa resolver la cobertura de su déficit fiscal por más que agrande el problema de los pasivos remunerados del BCRA y por más que genere el cuarto problema inflacionario mayor en el mundo en el bolsillo de los argentinos.
“El mercado de deuda en contexto eleccionario encuentra la desconfianza e incertidumbre futura. Pero el escenario puede ser aún más adverso si las licitaciones de deuda del sector público comienzan a truncarse en forma anticipada. El Tesoro empieza a endeudarse a plazos más cortos y ofreciendo tasas más altas. La situación financiera y cambiaria muestra problemas en el doble frente de comando. Se cierra el mercado de deuda en pesos y no hay ingresos de dólares genuinos sino es vía de desdoblamientos cambiarios, como el caso de la versión dólar soja 2.0″, detalló.