La ciudad de Mendoza está inmersa en su rutina, en 1940, aún golpeados por la noticia del devastador terremoto de San Juan, el transito de personas entre la estación de trenes en la calle Belgrano y la Avenida San Martín no parece detenerse y le llamó la atención a Vicente. El peluquero, uno de los siete hijos de un músico siciliano inmigrante de la ciudad de Mesina, observa la escena y piensa.
Al lado del antiguo local de la Farmacia de la Estación, en la esquina de Perú y Las Heras, pronto será el inicio de todo. Vicente había observado como los turistas recorrían la avenida buscando recuerdos y también servicio de revelado de rollos de película fotográfica; estampas en blanco y negro se retratan, entre otras cosas, sus excursiones a la montaña.
A poco de cumplir los 26 años, Vicente decidió dejar la peluquería y abrir, a pocos metros de calle Perú, una casa de óptica y fotografía e incluso la venta de artículos regionales. Un negocio, diferente, que atiende con la colaboración de Guillermo Albarracín. Le bastaron 10 años de carrera a Vicente Duci para modelar su prestigio con la calidad de sus lentes, la mejor tecnología disponible y también por un encanto artesanal.
El crecimiento del negocio es evidente. La empresa se expande al ritmo con el que crece la demanda de los clientes por anteojos.
Vecinos de las grandes tiendas
En la década del 50, en sociedad con Domingo Aparicio y Salvador Laviano, la firma “Duci y Cía” siguió progresando y abrió su segundo local, en la vereda norte de Las Heras y 9 de Julio, ocupando la planta baja y el subsuelo de un pequeño edificio más cerca del pulso de la ciudad que generaba ñla cercanía con las grandes tiendas, los hoteles y bancos.
“El crecimiento ameritó la incorporación de más vendedores, mayor profesionalización e incluso la visita de importantes invitados de Buenos Aires”, contaron. En el taller, fuera de la vista del público, con maquinaria -que hoy parecería rudimentaria- Carlos Humberto Sacchi tiene la responsabilidad de fabricar los primeros lentes de contacto en la provincia.
La incorporación de maquinaria de la firma argentina Petrolini permitió la modernización del taller, donde se especializaron en el tallado de lentes, utilizando maquinaria de última tecnología que era importada de Inglaterra.
Además, la empresa incursionó en el diseño y en la fabricación de armazones, adquiriendo productos de alta calidad de Buenos Aires, Rosario y otras ciudades de referencia en la industria.
En ese clima de innovación, a los 13 años, el hijo de Vicente, Mariano (nombre que comparte con su abuelo), comenzó a trabajar en la empresa como aprendiz del oficio del tallado de cristales bajo la supervisión de Carlos Sacchi. Por su parte, Hilda Aída, hermana de Mariano, seguirá odontología.
El avance tecnológico en la industria óptica fue un factor determinante en el crecimiento de Ópticas Duci. Con el auge de las cámaras fotográficas de origen oriental, la empresa se adaptó rápidamente a los cambios del mercado, importando equipos y productos para satisfacer la demanda local.
Mariano, decidido a seguir los pasos de su padre, que era un pionero en el sector, y viajó a Buenos Aires para estudiar en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, donde se especializó en óptica y contactología.
Con una mirada renovada
El 18 de mayo de 1974, el día del cumpleaños número 60 de Vicente Duci, la empresa inauguró la sucursal de calle Espejo 160, en el centro de la ciudad. Negocio que llevaría adelante Mariano y se especializaría en lentes de contacto. Seis años más tarde, inaugurarían sucursales en el Este mendocino, primero en Alvear 88 y luego en Alvear y 9 de Julio, en San Martín.
A lo largo de los años y resistiendo los vaivenes de la economía, en julio de 1990, la expansión continuó con la apertura de una nueva sucursal en Luján de Cuyo, a tan solo media cuadra de la plaza principal. Un local que reforzó la presencia de la marca en la provincia, consolidando su posición como una de las ópticas más importantes de Mendoza.
En la actualidad, la empresa que sigue siendo administrada por la familia Duci, Mariano, su esposa María Elena y sus hijas Silvina (arquitecta a cargo de la imagen de los locales), Marisa (contactóloga y administradora de empresas) y Gisela (contadora), ha expandido su presencia con ocho sucursales distribuidas en San Martín, Palmares Open Mall y el Mendoza Plaza Shopping, entre otros.
En 2021, en un año en el que la pandemia del covid-19 marcó a toda la humanidad, para celebrar los 81 años de la empresa, se remodeló el tradicional local de la esquina de Las Heras y 9 de julio, y se inauguró un nuevo local con un sector de alta complejidad óptica Digital en Palmares.
El legado de Vicente continúa vivo a través de la dedicación y el esfuerzo de sus descendientes, quienes han sabido combinar la tradición familiar con la innovación tecnológica. La empresa ha mantenido su compromiso con la calidad y el servicio personalizado, trabajando con oftalmólogos y especialistas en salud visual.
Un negocio, un legado
El 6 de agosto de 1940, junto al antiguo local de la farmacia de La Estación, Vicente Duci decidió darle un giro a su vida y dejando atrás el oficio de la peluquería con un nuevo negocio se transformó en pioneros de las ópticas en Mendoza.”Mi padre, inauguró una pequeña óptica dentro de otro negocio en calle Perú y Las Heras. Así fue el inicio de todo”, contó Mariano.
Cumplidos ya 84 años de esta empresa, el legado de Vicente continúa vivo a través de la dedicación y del esfuerzo de sus descendientes, quienes han sabido combinar la tradición familiar con la innovación tecnológica. Y bajo el slogan de “Duci es mucho más que ver bien”, la empresa sigue sumando beneficios de alta calidad.