La crisis por la pandemia de coronavirus aun no queda en el pasado para la industria manufacturera de Mendoza. Pese a que los indicadores generales muestran un incremento en la cantidad de empresas en 2022, ese sector en particular perdió casi un 1% de sus firmas registradas respecto al 2021 y acumula una caída del 5,6% en tres años, lo que significa la pérdida de 138 unidades productivas.
La cifra se desprende de la cantidad de empresas registradas a enero de cada año en Mendoza según la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT). El organismo reflejó que en 2022 la cantidad de firmas en la industria manufacturera, la cuarta más importante de la provincia, cayó a 2204, unas 20 menos de las 2224 que había el año anterior y 138 menos que en 2019.
La tendencia va a contramano de las estadísticas generales. En 2019 había 22.178 firmas registradas en Mendoza; en 2020 bajó a 21.623 y en 2021 a 20.748. En 2022, hubo una leve recuperación y el número total de empresas ascendió a 20.890.
Por qué hay menos empresas
Desde el Ministerio de Economía y Energía de la provincia entienden que los datos de la SRT no reflejan la realidad del sector. En contrapartida, aseguraron que la disminución de las firmas en la industria manufacturera se debe a un aumento de la informalidad. Esto, aseguran, como consecuencia de la creciente presión impositiva nacional, lo que puede haber llevado a muchas empresas a darse de baja en los registros, a riesgo de recibir sanciones por estar fuera de la ley.
Desde la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), Daniel Ariosto coincidió en el marcado aumento de la informalidad del sector. “Hay un paso a la informalidad brutal y nuestro observatorio trabaja sobre la evasión. Identificamos dos situaciones: los que han tenido que optar por pasar a la clandestinidad para poder sobrevivir ante los impuestos y los evasores de oficio, los que han existido siempre”, declaró.
El economista Carlos Rodríguez coincidió en que este puede ser uno de los motivos de la baja en la cantidad de empresas, pero añadió dos más. En este sentido, explicó que existen factores coyunturales y estructurales. Entre los primeros están los ciclos de expansión y contracción que rigen en la economía. En la expansión aumentan los indicadores de trabajo, ocupación y empleo, mientras que en la contracción sucede lo inverso. “Eso fue lo que ocurrió durante la pandemia, cerraron muchísimas empresas. Al revertirse la situación sanitaria, la economía comenzó a recuperarse de manera moderada, pero no todos los sectores se manejan con la misma dinámica y al mismo ritmo”, sostuvo.
El segundo factor estructural que puede mencionarse es que el sistema opera bajo una forma de concentración de las actividades que se refleja con el paso del tiempo. “Esto está presente en la mayoría de las líneas de la economía y se basa, entre otras cosas, en las economías de escala, lo que también involucra a la tecnología. Como consecuencia, se puede ver una concentración de la actividad en menos empresas”, apuntó.
Cómo revertir los cierres
Daniel Ariosto aseguró que la realidad está lejos de una reactivación económica. “No vemos una reactivación. Simplemente volvimos a tener movimiento después de haber estado en un pozo por la pandemia. Lógicamente que cuando se liberó la actividad, volvimos a trabajar y estamos mejor que cuando no lo hacíamos. Eso solamente indica que los comercios y las industrias están nuevamente en funcionamiento”, declaró.
Para el dirigente de la UCIM, la crisis atenta contra las inversiones, una de las claves para poder tener una reactivación económica real. “Hay una serie de factores que hacen que los inversores elijan poner su plata en otros países y no en Argentina”, consideró.
Carlos Rodríguez coincidió en que la confianza de los inversores es necesaria para volver a entrar en un círculo virtuoso en la economía. “Antes habría que tener un cambio importante en la economía productiva, con una modificación fiscal y monetaria que termine con el déficit del Estado”, subrayó.
“Una estructura impositiva tan pesada no funciona en ninguna parte del mundo. Es necesario un sector productivo más firme. Las condiciones para revertir la situación siempre están, pero hay que empezar a hacer las cosas bien en muchos aspectos”, completó.