El Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 5,4% en mayo en Mendoza, según la medición de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE). El valor confirma una desaceleración de 1,2 puntos porcentuales respecto a los dos meses anteriores, en los que la inflación había alcanzado el 6,6% (cada mes). Sin embargo, en los últimos doce meses el índice inflacionario se incrementó 63% y en el acumulado del 2022 ya alcanzó el 30,4%.
En este caso, el rubro que más aumentó fue el de vivienda y servicios básicos (7,5%), seguido por educación (7,3%), indumentaria (6,9%), atención médica (6,4%) y transporte y comunicaciones (5,6%). Más atrás aparecen alimentos y bebidas (4,9%), esparcimiento (4,8%) y “otros bienes y servicios” (3,7%).
Cabe recordar, que en mayo entró en juego un aumento promedio del 11% en el valor de los combustibles, un ajuste del 2,3% en Precios Cuidados y una suba del 8% en la cuota de la medicina prepaga, entre otros incrementos.
Fuertes aumentos acumulados
El ritmo de los incrementos de precios se aceleró desde el inicio de 2022. De hecho, en ningún mes de este año el IPC bajó del 4% y el valor de mayo (5,4%), que en principio representa una mejora en relación a marzo y abril, es mayor al de todos los meses de 2021.
En el análisis por rubros, se observa que hay dos ítems que acumulan aumentos por arriba del 30% en los primeros cinco meses del año. Uno es el de indumentaria, que tras el último ajuste estacional lleva un ajuste del 38,8%; el otro es el de “alimentos y bebidas”, que lleva un 32,8% de incremento.
Son justamente los productos alimenticios los que están traccionando a la inflación general. Se trata de los artículos con mayor peso dentro de la medición y en lo que va del 2022 se han visto afectados tanto por la inflación interna como los factores externos. Cabe recordar, que desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, los precios de los commodities se dispararon en el mundo, provocando fuertes subas en los productos alimenticios en general.
¿Cambio de tendencia?
El escenario económico no permite pensar en una mejora inmediata de los índices inflacionarios, pero la desaceleración de mayo dispara la incógnita de si está iniciando un cambio de tendencia.
Para Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, la inflación ya se instaló en un piso de entre 5% y 6% mensual. “Se sabe que las metas con el FMI no se van a poder cumplir, ni en emisión monetaria ni en déficit fiscal. Eso hace que las expectativas ya no sean consistentes con el piso de meses atrás del 3% o 4% mensual. Claramente, subimos uno o dos escalones”, explicó.
Por su parte, el economista Carlos Rodríguez indicó que hay algunos factores, como el atraso tarifario y la incertidumbre general, que ejercen presión sobre el dólar y, en consecuencia, incrementan la presión sobre los costos. “Esto hace que los valores tan altos de inflación que estamos viendo, persistan”, comentó.
“De todas formas hay que tener en cuenta la caída del poder adquisitivo, que ya está impactando en una disminución del consumo. No es una buena noticia, pero podría contribuir a desacelerar el ritmo inflacionario”, señaló Rodríguez.
También compartió su opinión el economista Nicolás Aroma. Desde su punto de vista, hay un cambio de tendencia desde hace dos meses con la inflación mensual bajando, pero recomendó cautela. “El segundo semestre es complejo para Argentina. El futuro de la inflación depende en parte de cuál sea el impacto adicional de la tormenta financiera internacional, fruto de la mayor inflación mundial”, comentó.
“Argentina está sufriendo lo mismo que el mundo en tema precios, pero partió ya con mucha desventaja por la inflación que arrastraba”, agregó el especialista.
El rol del Gobierno
La otra gran pregunta que surge a partir de los resultados de los últimos meses es si el Gobierno nacional perdió el control sobre los aumentos de precios. Según Sebastián Laza, la inflación está lejos de estar bajo control. “Hay colegas serios de Buenos Aires que hablan de más de 100% de inflación para 2023. Este año va a cerrar entre 70% y 80% anual. Los dólares paralelos se van a poner muy nerviosos en este segundo semestre”, subrayó.
También Rodríguez coincidió en que se apunta a una inflación anual del 75% u 80% en 2022. “Lo que preocupa es que parecen haberse descontrolado prematuramente diferentes variables. Lo que estamos viendo hoy con el dólar, por ejemplo, se produce por la salida de los depósitos que están en pesos”, alertó.
Aroma, en cambio, sostuvo que la inflación está dentro de cierto control, pero en niveles muy elevados. “Lo difícil será salir de estos niveles altos. El ancla cambiario ya no se está utilizando y eso dificulta la contención de precios. Será importante que no existan shocks macro (devaluación), porque estamos en un nivel alto de nominalidad y eso nos puede complicar más”, cerró el economista.