Para los economistas mendocinos el impacto de la inflación en los precios de los alimentos ha experimentado una leve moderación en las últimas dos semanas de septiembre en comparación con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, que fue del 15,6% a nivel nacional, producto del ajuste de carnes y verduras, pero en el noveno mes del año siguirá en el orden de los dos dígitos.
En Mendoza, los técnicos advierten que los ajustes rondarán en promedio un 13%, “teniendo en cuenta que han empezado a jugar muy fuerte los congelamientos de precios y algunos acuerdos del Gobierno Nacional para posponer aumentos hasta las elecciones”, sostuvo José Vargas, titular de la consultora Evaluacon.
A la espera del IPC de septiembre, que se conocerá el 10 de octubre, los analistas prevén una inflación por sobre el 12%, pero en las últimas semanas se observó un “comportamiento desparejo” en la variación de los precios de algunos alimentos, por lo que se estima sufrirían aumentos que estarán por encima del 10%.
No obstante, desaceleración mediante, “los precios de la canasta básica vienen creciendo desde hace mucho meses por arriba de los índices de inflación y no vemos que esta tendencia se pueda llegar a cortar”, señaló Paula Pía Ariet, directora de Gestión Consultores.
Efecto arrastre
La aceleración de la inflación en los precios de los alimentos en agosto se atribuyó principalmente a la devaluación del peso y al impacto en los insumos importados. El rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas tuvo un incremento de 15,6% de acuerdo a lo que señaló el INDEC en agosto; mientras que en Mendoza, la suba de los alimentos fue de 14% según la DEIE.
“El rubro de alimentos fue uno de los rubros que más impactó en el IPC de agosto y en algunos productos incluso llegaron a aumentar casi un 20% en agosto. Durante los primeros 15 días de septiembre, esta tendencia se mantuvo, pero luego comenzó a disminuir de una manera considerable”, explicó José Vargas.
Para el director de Evaluacon habrá que ver, a partir de la primera semana de octubre, si vuelve una incidencia en el precio de los alimentos partiendo del “salto que vienen dando los dólares financieros, desde la semana pasada, y el aumento de los combustibles también, porque sabemos el impacto que tienen en el rubro de los alimentos”.
“Se ha perdido totalmente la referencia de precios, entonces es más difícil que los programas de Precios Cuidados o de Precios Justos tengan algún efecto”, señaló Nicolás Aroma, director del Centro de Economía y Fianzas de Mendoza.
El asesor del justiacilismo agregó respecto al precio de los alimentos que Mendoza presenta un fenómeno particular, porque “tenemos precios afectados por el turismo y sigue siendo una provincia cara. En la combinación con salarios medios, bajos, respecto al resto del país, estamos hablando de que Mendoza tiene un costo de vida bastante más alto”.
Competencia en el mercado
“El tema de los alimentos no escapa al proceso inflacionario que se vive, es decir, que es más grave en general porque impacta en las personas que tienen menos recursos”, señaló el economista Carlos Rodríguez.
La inflación de agosto, la más alta de los últimos 30 años, llevó a un acumulado de 90.2% en lo que va del año y del 133.5% en los últimos doce meses. Dentro de la categoría de alimentos, el aumento del 25% en el precio de las carnes fue determinante, sin embargo, otros alimentos también experimentaron aumentos significativos, como las verduras (19%), los panificados (11.6%), y las frutas (11.1%).
Para Rodríguez en la medida en la que la devaluación favorezca la exportación de alimentos (carne, trigo, soja y maíz, etcétera), “se encarecerá también el mercado interno de forma directa o indirecta, porque -por ejemplo- el grano se utiliza para la alimentación de los animales”.
Incertidumbre e inflación
La incertidumbre sobre los precios persiste debido a la volatilidad en los mercados financieros y a la reciente liberación del aumento en los precios de los combustibles, un factor que históricamente influyente en los costos de producción y, en consecuencia, en los precios de los alimentos.
El mes de octubre se presenta como un período crucial para evaluar si la inflación alimentaria volverá a acelerar, dadas las fluctuaciones en el precio del dólar y los ajustes en el costo de los combustibles. La incertidumbre económica y de la política continúa siendo un desafío tanto para los consumidores como para los actores del mercado, quienes buscan estabilidad en un entorno impredecible.
Las familias mendocinas y los pequeños comerciantes están adoptando estrategias diversas, como el stokearse, para hacer frente al aumento de los alimentos y a la inflación, como ya dio cuenta Los Andes.
Las compras se vuelven más selectivas y estratégicas, combinando el tiempo que queda hasta el 22 de octubre con ofertas y promociones vigentes. Para las familias, la preocupación radica en mantener un nivel de vida digno, especialmente para aquellos con ingresos más bajos.
Los pequeños comerciantes, por otro lado, se enfrentan a una situación de incertidumbre que afecta sus negocios. La imposibilidad de prever los precios de la mercadería que reciben de los proveedores, debido a la incertidumbre inflacionaria, los obliga a aumentar los precios de forma preventiva para proteger sus márgenes de rentabilidad.
En cuanto a las grandes empresas y supermercados, tienen una posición más sólida para desenvolverse. A pesar de la inflación, los alimentos son productos que la gente no deja de consumir, lo que les brinda “estabilidad”. Además, estas empresas tienen poder de negociar y pueden imponer condiciones al pro sus proveedores.