El Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó otro 1,3% en el mes de mayo, según el informe publicado ayer por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE). El resultado del estudio muestra una aceleración respecto al índice de abril, que fue de 0,5%. En parte, esto se debe a un aumento del consumo y también a la progresiva habilitación de diferentes sectores económicos. Después de dos meses con valores inferiores al 1,5%, la inflación local acumulada durante el 2020 es del 10,2%, mientras la interanual es del 42,9%.
Si se analizan los componentes de la canasta de mayo, se observa un incremento del 1,2% en la categoría alimentos y bebidas, de 1,1% en el rubro indumentaria, de 1,2% en equipamiento para el hogar y del 1% en transporte y comunicaciones, este último es el mismo porcentaje que manifestó el rubro educación; todos ellos inferiores al 1,3% que señala el IPC. Sin embargo, en la categoría “servicios básicos” el alza computada respecto a abril fue del 2,1%. Mayor aún fue el porcentaje de “otros bienes y servicios”, con el 4,1% de incremento.
En sentido contrario la categoría de “esparcimiento”, mostró en este período una caída en sus precios en el orden del 0.7%. La aplicación del aislamiento social, preventivo y obligatorio aparece como un factor clave para poder explicar este resultado, teniendo en cuenta que lo integran rubros que el mes pasado estuvieron mayormente inhabilitados. “En el marco que estamos viviendo es natural este resultado, porque al no existir demanda de consumo, los precios tienden a la baja”, explicó el economista Carlos Rodríguez.
La tensión del consumo
“La inflación está contenida. Actualmente existe una fuerte tensión entre una enorme emisión monetaria y las tarifas congeladas. Si se liberan los precios que sostiene el Estado, como ocurre con los alimentos y los servicios, estos tenderán a subir. Tuvimos un índice bajo porque los consumos han estado frenados; por un lado por las regulaciones y los controles del Gobierno y por otro, por lo hábitos que manifestaron los consumidores”, destacó el economista.
En este contexto, un dato a destacar es que en el acumulado del año (enero-mayo) Mendoza registra una inflación del 10,2% frente al 18,6% del mismo período del año pasad. “Hay que celebrar que la inflación sigue contenida. Llevamos dos meses -los de la pandemia y del aislamiento social- donde la inflación en la provincia se ha desacelerado con respecto a los meses previos a la cuarentena”, destacó el economista y asesor del gobierno Sebastián Laza.
Por su parte, el Director del Centro de Investigaciones y Vinculación Económica (CIVE) de la UNCuyo, Alejandro Trape, destacó que las mediciones de la inflación de los últimos meses han sido parciales, debido a la incidencia del aislamiento. Respecto al índice del último mes, indicó que el comportamiento de los precios ha sido errático. “No podemos ver una tendencia clara en este contexto”, aclaró.
Un mapa de la realidad
El economista de la Fundación Mediterránea (Ieral Mendoza), Jorge Day, realizó un análisis de del contexto en el que fueron tomados los precios que conforman la medición del IPC. Al observar el comportamiento de los diferentes rubros explicó: “Analizando cada ítem por separado, surgen más incógnitas que respuestas. Consideremos tres casos. Primero, los precios que siguen al dólar oficial (alimentos, indumentaria, equipamiento del hogar) lo hacen a menor ritmo; segundo, los precios que siguen a las tarifas de servicios públicos (hoy congeladas) aumentan, y tercero, el esparcimiento disminuye, compatible con la malaria económica. Pero, ¿hubo alguna actividad de esparcimiento abierta al público en Mayo?”.
Por último, el economista de la Fundación Mediterránea señaló: “El principal motivo de la baja inflación es el temor de la población a perder ingresos, lo cual motiva a cuidarse en los gastos. Es un hecho transitorio. Por ahora nos sorprende, para bien, la menor inflación”.
El asesor del Gobierno de Mendoza, Sebastián Laza, también se refirió a las razones que influyeron en el presente resultado. “Está influyendo que los salarios no se han actualizado, que se mantienen los costos para las empresas y que los precios y las tarifas siguen congeladas desde el Gobierno Nacional”, apuntó.
La incógnita, sin duda, es qué ocurrirá con la inflación de Mendoza cuanto terminen los controles de precios y se liberen las tarifas de los servicios públicos.