La interna entre presidencia y la vicepresidencia de la Nación tuvo algunos efectos en el mercado, y los bancos comenzaron a monitorear los depósitos, ante posibles aumentos en los retiros de los depósitos, sin embargo, hasta el momento, se han efectuado muy pocos.
Según explicó, el economista de Evaluecon, José Vargas, ellos realizaron un relevamiento en tres entidades bancarias que operan en Mendoza, y por el momento no han advertido preocupación sobre posibles retiros o consultas al respecto.
“Muchas veces, las entidades bancarias van midiendo la sensibilidad en base a las consultas que reciben de sus clientes, en momentos de inestabilidad bancaria, y no han advertido mayores problemas. Pero además, las entidades bancarias tienen un alto encaje técnico por lo que estarían cubiertas ante posibles retiros importantes”, señaló el especialista ante la consulta de este diario.
Además, consideró que, “las entidades bancarias aprendieron con la crisis de 2021 y están los suficientemente preparadas ante una situación similar, pero por ahora, no hay una preocupación al respecto”.
Un problema mayor
Por su parte, Daniel Garro, titular de Value International Group, indicó que “en términos reales”, los depósitos caen por las bajas tasas que se ofrecen a las inversiones en pesos, pero destacó que el problema real reside en que “por cada $100 privados que entran en los bancos vía cuenta corriente, caja de ahorro o plazos fijos, $95 van a parar al Estado, a modo de Letras de Liquidez, Pases Pasivos, o Títulos Públicos, y sólo $5 vuelven al sector privado en créditos”.
El economista señaló que entre los bancos y el Estado hay una especie de “matrimonio fiel que va a durar toda la vida”, una relación en la que ambas partes ganan. Además, advirtió que se genera una “virtual estatización, o nacionalización del sistema financiero o de los depósitos bancarios”, porque, más allá de los plazos fijos, que tienen una fecha probable de retiro, el resto de los depósitos es dinero líquido, que en cualquier momento puede ser retirado por el ahorrista, para ir hacia inversiones de más rápida salida, y no debería estar entregándose al Estado.
En este escenario, el riesgo se explica por la concentración de recursos que destinan los bancos a la deuda emitida por el sector público, y que ante la posibilidad de que se produzca un retiro de depósitos, los bancos se vean obligados a desarmar parte de sus carteras. Esto haría que el Central deba devolver el dinero comprometido en Letras con mayor emisión monetaria.
En resumen, el fenómeno contribuiría a una mayor escalada inflacionaria, y correría riesgo el programa de financiamiento del Tesoro, que descansa en los bancos.
Ahora bien, hasta el momento, los bancos solo observan los movimientos de sus clientes, y todavía no se han prendido las alarmas que den a entender que algo como lo anterior pudiera suceder.
