Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (o 2021) ya están transitando su última semana de competencia y para el exitismo argentino un detalle que preocupa es la escasa cosecha de medallas que ha tenido la delegación nacional, con la de bronce de los Pumas 7 y la que ya garantizaron Las Leonas al clasificar a la final en el hockey, a la que se podría sumar una en el vóley y alguna sorpresa en el canotaje.
Pero para muchos de los atletas que llegaron a las tierras niponas, la clasificación se convirtió en el logro en sí mismo. Más allá de las complicaciones que trajo la pandemia, el deporte argentino enfrenta una adversidad adicional y es la falta de fondos del amateurismo.
Tal como se vio en el atletismo, donde Santi Maratea llevó a cabo una colecta para poder pagar los costos del Sudamericano que se disputó en Ecuador, para poder ir a Tokio, los argentinos no solo tiene que hacer un esfuerzo competitivo para lograr las clasificaciones, sino que a eso se le suma el dolor de cabeza de poder conseguir los fondos para poder financiar la competencia, algo que se ve muy claro en los deportes individuales.
Una excepción a esto es el fútbol, donde -a pesar de ser sub 23- quienes participaron de los juegos tienen contratos profesionales, o el tenis. Entonces, ¿cómo hacen los deportistas argentinos para llegar a competir? En parte es por las becas que reciben por parte del Enard, pero eso no es suficiente, por lo que en su mayoría depende de los sponsors que puedan conseguir.
Un ejemplo curioso de esto es el caso de Alexis Eberhardt y Fernanda Russo, quienes con 22 años participaron en Tiro Deportivo. Además típico sponsoreo que nos imaginamos de marcas de indumentaria deportiva o alimentos saludables, ellos fueron acompañados en Tokio por algo bien argentino: el dulce de leche.
“Sabemos lo que es el esfuerzo y la dedicación a la hora de proponerse un objetivo, y para eso se necesita mucho apoyo. Desde San Ignacio, quisimos acompañar a estos jóvenes y demostrarles que estamos juntos con ellos”, dijo Alejandro Reca, director y CFO de San Ignacio, sobre qué los motivó en ayudar a estos dos jóvenes.
El dirigente de la compañía de dulce de leche santafecino, aseguró: “El tema de la soledad que estos chicos tienen una vez que deben tirar nos genera mucha empatía. Están solos, enfrentándose a la presión y al contexto: lo mismo que nos pasa a nosotros al llevar adelante una empresa en Argentina y sostenerla durante 82 años”.
Pero ese no es el único caso. La nadadora Virginia Bardach es embajadora de una línea de cremas para la protección de la piel, varias de Las Leonas y algunos Leones son las caras visibles de campañas de alfajores, artículos tecnológicos o productos de higiene bucal, Delfina Pignatiello ha sabido mostrar en sus redes campañas para un gigante del entretenimiento como Disney o el garrochista Germán Chiaraviglio, que se quedó sin competir por dar positivo de covid, para indumentaria masculina.
