El junio del año pasado, Mendoza tenía 21.161 empresas formales y, en el mismo mes de 2023, ese número creció a 21.589. Esto implica que se sumaron 428 compañías en el último año, lo que implica un crecimiento del 2%. De todos modos, se debe considerar que se trata de aquellas unidades que tienen empleados en blanco y los economistas consultados rescataron que la situación puede ser diferente en el sector informal.
Los datos surgen de las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que muestran la cantidad de unidades productivas y los empleados que cuentan con cobertura en cada provincia. Sobre los trabajadores en blanco, en junio de 2022, en Mendoza, había 412.667 y en ese mes de este año, 425.051 (un 3% más). Aunque los números van variando levemente cada mes, en el primer semestre se mantuvo un crecimiento interanual promedio del 3%.
Se trata sin duda, de un dato alentador, en un contexto que podría atentar contra el sostenimiento tanto de la cantidad de empresas como de empleos. Sin embargo, el economista José Vargas advierte que los datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo relevan a las empresas que se encuentran bien constituidas, con los papeles en regla, y a los trabajadores formales de la economía.
El titular de Evaluecon sumó que se debe tener en cuenta que, desde la salida de la pandemia, lo que ha crecido bastante es la informalidad y que este sector queda excluido de los datos oficiales. De hecho, las empresas con una situación menos regular son las primeras que van saliendo del sistema en un contexto de crisis y sus empleados son los que quedan fuera del mercado laboral.
Por su parte, Nicolás Aroma, indicó que estos números no sorprenden porque hay dos velocidades hoy en la economía argentina. La actividad económica, resaltó el economista asesor del PJ, sigue creciendo a pesar de la inflación. En los últimos meses, precisó, el país ha logrado mantener un ritmo de actividad, sobre todo la industrial, como también variables de la economía como la cantidad de empresas y los niveles de consumo.
Indicó que el crecimiento fue muy importante en 2021 y 2022, aunque en 2023 se ha desacelerado a medida que la inflación comenzó a aumentar. Y añadió que esto tiene un impacto directo en los números de empleo registrado y de empresas.
Sin embargo, mencionó que, como contraparte, los salarios no se ajustan a la misma velocidad que la suba de precios, lo que provoca que algunos sectores -fundamentalmente los informales y de ingresos bajos- tengan dificultades para llegar a fin de mes.
Aroma precisó que la situación económica tiene estas dos caras: la productiva, que se ha mantenido a pesar de tratarse de un año de sequía, lo que tuvo un impacto significativo en el sector agro-exportador, mientras que el resto de las actividades productivas siguió creciendo; y los salarios, que van perdiendo frente a la inflación.
El asesor del Ministerio de Economía y Energía de la provincia, Sebastián Laza, mencionó que estos números evidencian que Mendoza viene recuperando empleo, tanto registrado como no registrado, y que los programas de incentivo a la generación de puestos de trabajo (Enlace y Enlazados) y la economía (Mendoza Activa) son muy positivos.
Raúl Mercau aportó que en el primer trimestre de 2023 ha habido crecimiento de la economía y que la caída se produce a partir del segundo semestre, lo que se verá reflejado en las estadísticas más adelante.
El integrante del Observatorio Económico de la Federación Económica de Mendoza (FEM), indicó que el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE, Indec) muestra que, hasta el mes de marzo, había un crecimiento acumulado del 1,3%, con respecto al mismo periodo de 2022. Pero en abril ese indicador cae al 0,2%, para seguir descendiendo a -1,3% en mayo y a -1,9% en junio.
Esto implica, resaltó, que, a nivel nacional (y habrá que ver cuáles son los números locales) la actividad económica a junio cayó un 2% en comparación con el primer semestre del año pasado. Pero advirtió en el primer trimestre había crecido un 1,3% y la desvinculación de trabajadores es más lenta que la incorporación, por los costos que esto implica. Mientras que, a partir del segundo trimestre -y se puede proyectar que lo mismo suceda en el tercero y el cuarto- la situación cambió y es probable que se vea un estancamiento o aun una caída del empleo registrado.
Asimismo, es de esperar que haya un mayor dinamismo en el sector informal, porque es mucho más flexible, y reacciona de modo más rápido tanto al crecimiento como a la disminución de los niveles de actividad.
Por rubros
Las estadísticas de la SRT también permiten apreciar qué rubros han tenido un mayor crecimiento. En la comparación de junio 2022 versus el mismo mes de este año, Servicios de alojamiento y servicios de comida tuvo un incremento del 14% en la cantidad de empresas con trabajadores formales, que pasaron de 923 a 1050.
El segundo lugar es compartido por Actividades administrativas y servicios de apoyo (de 662 a 744), y Servicios artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento (de 172 a 192), ambas con un 12% de aumento. El de la Enseñanza es otro sector de los que mayor porcentaje de empresas incorporaron, con un 6% de variación (de 301 a 318); seguido por Construcción (de 877 a 912; 4%), Información y comunicaciones (de 343 a 358; 4%) y Servicios de asociaciones y servicios personales (de 859 a 897; 4%).
En cambio, Suministro de agua, cloacas, gestión de residuos y recuperación de materiales y saneamiento público perdió 8 empresas formales en el último año, al pasar de 82 a 74 (-10%); Servicios de organizaciones y órganos extraterritoriales disminuyó 8% (de 37 a 34); Explotación de minas y canteras, 7% (de 124 a 115); y Servicios Inmobiliarios, 6% (de 561 a 527).
