La cercanía de las elecciones presidenciales hizo que el dólar blue empezara a dispararse y que el efecto se trasladara, con apenas unos días de demora, a los precios. Algunos fabricantes de productos de consumo masivo ya aplicaron subas de hasta el 30% desde ayer, mientras otros optaron por suspender las ventas por la incertidumbre. Como las cadenas de supermercados tienen más dificultades para aplicar el ajuste, los incrementos más marcados se trasladaron a otros canales, como autoservicios y comercios barriales.
“A partir de este domingo, una empresa sube el agua mineral un 10% y otra un 30% las aguas y un 10% las gaseosas”, señalaron a Clarín fuentes de supermercados mayoristas, en donde dicen haber recibido ajustes de diversas empresas, aunque desde una multinacional negaron que hubieran efectuado aumentos por fuera de la pauta oficial o que fueran a hacerlo.
En los supermercados, observan que, poco a poco, varias empresas abandonan el programa Precios Justos o reducen su portfolio de productos dentro de esa canasta, lo que afecta el abastecimiento. De hecho, hace un buen tiempo que los empresarios señalan que el stock de estos artículos cuyos valores suben por debajo de los otros, se agoto rápidamente; por un lado, porque son lo más elegidos por los consumidores y, por el otro, porque reciben menos cantidad.
Algunas distribuidoras de aguas y gaseosas salieron a repartir el martes pasado nuevos listados cuando el blue se acercaba a los $ 1.050. En respuesta, comercios, como bares, almacenes y autoservicios, ajustaron los precios de las bebidas el jueves, el día que se conoció que la inflación de septiembre fue del 12,7%, detalla el artículo de Clarín.
El martes posterior a las PASO, y horas después de la devaluación del 20% del lunes y la suba del blue, el Gobierno nacional anunció la renovación del programa Precios Justos con alzas de 5%, durante 90 días, plazo en el que el Gobierno se comprometió a mantener el tipo de cambio oficial sin variación y a ofrecer una serie de incentivos fiscales para compensar a las empresas por el aumento de los costos y el acceso a dólares al valor oficial para importar insumos.
Sin embargo, la aceleración de precios en agosto y septiembre (-sobre todo en alimentos- complicaron el esquema de contención. En ese marco, muchas empresas canalizaron los aumentos en comercios de cercanía, donde no rige el programa oficial. Y en el último tiempo, también en mayoristas, donde los productos suben una vez por mes y aquellos con alto componente importado hasta dos veces. “Dicen que tienen muchos insumos que se mueven al ritmo del dólar blue, proveedores de plástico, esencias para jugos y gaseosas”, explicaron en un súper, respecto a las aguas y gaseosas.
“En un mes en el cual el dólar oficial se mantuvo congelado y el 40% de la canasta estuvo sujeta a acuerdo de precios, la inflación volvió a acelerarse. El congelamiento de precios masivo no logró anclar las expectativas, que responden cada vez más a una fuerte sensación de inestabilidad. En solo 9 meses la suba de precios minoristas asciende a 103%”, señaló un informe de la consultora LCG.
A la hora de actualizar listas, las empresas bajo el radar oficial aseguran que no es tan fácil trasladar incrementos, ya que deben evaluar varios factores. Uno de ellos es el miedo a sufrir mayores restricciones para acceder al cada vez más escaso dólar de $350 para importar. “Hay un montón de cosas en la negociación, los permisos SIRA, no es solo el acuerdo de precios, hay un montón de cosas en juego”, explican.
Mientras en los autoservicios hablan de un “descontrol” en los precios, el Gobierno asegura que se está cumpliendo la pauta del 5% en los sectores previstos. “Los alimentos se manejan con el dólar oficial para importar, no debería haber presiones”, explican en Comercio. La intención es sostener los acuerdos hasta fin de mes y “renegociarlo” en los últimos días. No obstante, reconocen que puede haber faltantes de arroz, aceites y en casos “puntuales”.
