“Ya no nos acordamos de los precios de memoria, porque es imposible aprenderse los listados”. Esta frase resume la realidad de gran parte del comercio mendocino, que no solo enfrenta la suba de precios semanales por la influencia de las fluctuaciones cambiarias, sino también el agotamiento de stock disponible, las demoras en las entregas por parte de los proveedores y en algunos casos, el aumento de la demanda por parte de los consumidores.
De forma directa e indirecta, la escalada del blue -saltó de $147 a $180 en lo que va de octubre- ha provocado incrementos y desabastecimiento en electrodomésticos, muebles, materiales de construcción e incluso en alimentos y bebidas.
Este escenario tiene varios orígenes. Por un lado se destaca la dependencia de los precios con el dólar, la brecha entre la cotización oficial y el paralelo, y la creciente expectativa de devaluación.
Por otra parte aparece la restricción a las importaciones, que afecta tanto a los productos terminados como a aquellos que se ensamblan en el país con piezas que provienen del exterior. A eso se le suman las complicaciones que han tenido las empresas para mantener los niveles de producción por la pandemia de coronavirus.
Los alimentos
De acuerdo con José Vargas, economista de Evaluecon, en los supermercados se están viendo aumentos de almientos y bebidas a causa de la incertidumbre que genera la inestabilidad cambiaria. “En todo tipo de productos se actualizan listas de precios casi cada semana y hay desconcierto por lo que pueda ocurrir con la inflación”, comentó.
“Además, se está viendo algunos problemas de stock en las góndolas. Cuando hay mucha incertidumbre, los súpermercados suelen sacar algunas marcas y ponen otras. En este caso, buscan mantener una mínima oferta para mantener el convenio de Precios Máximos y tienden a retener artículos que, se especula, pueden aumentar en las próximas semanas. Esto, para no tener que enfrentar una reposición cara”, alertó.
También se han registrado subas en frutas y verduras, pero escencialmente se debe a las fluctuaciones propias de temporada y en menor parte al encarecimiento de los fletes.
Gerardo Martí, presidente del Mercado Cooperativo del Acceso Este, mencionó, a modo de ejemplo, el caso de los cítricos (mandarina, naranja y pomelo) que han experimentado una leve suba producto de la baja en la disponibilidad. En el caso particular de la palta, que proviene en su mayoría de Chile, el aumento ha sido un poco mayor que en el resto.
En cuanto al traslado, los transportista ya le comunicaron a los comerciantes que para la próxima semana se evalúa un posible aumento, aunque aún no está definido si será de 3,5% -mismo porcentaje que crecieron los precios de YPF-, u otro valor.
En lo que respecta a la carne, los aumentos han sido muy diversos, pero el cerdo es el que más ha elevado su precio, afectado en parte por el dólar. Conforme a lo expresado José Rizo, presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores de Mendoza, en los últimos seis meses la variación ha oscilado entre 35% y 40%.
La relación con la moneda estadounidense se da a raíz del interés de los productores por la exportación. Rizzo explicó que la tentación de dejarlos para la venta fuera del país, principalmente China, ha hecho que hoy el precio local sea bastante elevado y hasta se produzcan faltantes.
Ajustes semanales
En el rubro de los electrodomésticos, la totalidad de las empresas consultadas por Los Andes coincidieron en que los aumentos en las listas de precios se dan semanalmente, en general, atados al movimiento de la cotización del dólar paralelo.
Asímismo, se ha registrado un faltante de heladeras, freezers, cocinas, televisores, entre otros. En estos casos, las demoras en las entregas por parte de las fábricas van desde 30 hasta 90 días, lo que los ha llevado a hacer lista de espera para cumplir con sus clientes.
Juan Pablo Expósito, de Expósito Hogar, sostuvo: “Hay ventas, pero el problema es cuando querés reponer la mercadería. No hay material”. Para graficar la situación, comentó que hace tres meses compraron mercadería con pendiente de entrega y precio abierto y les llegó hace una semana con alrededor de 40% de aumento.
Algo similar ocurre en el sector de la construcción, donde se vienen registrando aumentos de precios cada vez más frecuentes por las fluctuaciones del dólar. A eso se suma el problema del desabastecimiento de materiales, la demora en la entrega de pedidos y la especulación que existe en torno a los precios de las mercaderías.
El hierro, el aluminio y el acero encabezan las subas. Por esto, los propios empresarios del sector reconocieron que se debaten entre cumplir con la demanda de sus clientes o retener stock “hasta que se estabilice el dólar o se concrete la inminente devaluación”.
El patrón se repite en los artículos del hogar en general. Colchones, muebles y sillones, por caso, se han visto afectados por esta situación. Algunas fábricas están trabajando por debajo de su capacidad productiva ya sea por las complicaciones que ha traído el Covid-19 como por la falta de materia prima, lo que ha afectado el abastecimiento.
Efecto dólar
Para el economista Carlos Rodríguez los problemas de desabastecimiento se deben a que “cuando hay una brecha cambiaria muy importante, como la actual, que preludia una posible devaluación, el mercado tiende a retacear ventas, porque no sabe a que valor deberá reponer los bienes”, señaló.
“Ocurre que quienes hacen importaciones tienen que vender a un dólar oficial y comprar a un dólar más elevado. La situación se puede manejar por un tiempo, pero a la larga tiene que vender por un precio más elevado para no retener sus productos o insumos. A veces van haciendo un mix entre el dólar oficial y el paralelo, lo que se está exhibiendo en la mayoría de los productos”, apuntó.