Así como el primer anuncio de Sergio Massa de un dólar “agro” causó descontento en el sector vitivinícola y finalmente no se implementó, ahora que el ministro de Economía insistió en el planteo, los empresarios del sector se mostraron conformes con la iniciativa, aunque a la espera de que se definan algunos detalles de su aplicación para poder determinar cuál será el impacto en la industria.
Incluso la presidenta de Bodegas de Argentina, Patricia Ortiz, se refirió al “tan esperado dólar Malbec” en su discurso en el tradicional agasajo organizado por la entidad. Aunque luego, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, aclaró que, en realidad, no es un tipo de cambio sólo para la vitivinicultura, sino para varias economías regionales.
Claudia Piedrahita, de Casarena Bodega y Viñedos, comentó que tienen una expectativa positiva con respecto al anuncio, aunque están esperando conocer detalles de cómo se aplicará: si a partir de las nuevas órdenes que se despachen o si tendrá algún efecto retroactivo para aquellas que ya se vendieron, pero aún no se cobraron, y cómo se conjuga con las retenciones. Esto, sumó, les permitirá evaluar el impacto, pero señaló que necesitan de un tipo de cambio actualizado que “les permita seguir existiendo”.
Una de las principales objeciones que recibió la propuesta anterior de una cotización diferencial, cuando Massa visitó la provincia luego de las heladas del 31 de octubre y el 1 de noviembre, fue que se propuso una vigencia de 40 días (similar a la del dólar soja). Piedrahita explicó que la vitivinicultura tiene un comportamiento distinto, ya que no pueden acumular stock, sino que deben ir movilizándolo en función de las necesidades de los clientes.
De ahí que requieran de medidas que acompañen al flujo del negocio y que se sostengan por un cierto período, ya que hoy venden vino elaborado a partir de uvas que se cosecharon uno, dos o tres años atrás, y es importante tener una cierta previsibilidad de las condiciones al momento de la venta.
Sobre este segundo anuncio de un dólar diferencial, Gustavo Arizu, de Luigi Bosca, lanzó que “la implementación lleva un tiempo en Argentina”. Y manifestó que con el vino no sucede como con la soja, que una variación en el tipo de cambio repercute automáticamente, porque en la vitivinicultura las relaciones comerciales demandan tiempo. “En industrias de valor agregado es preferible tener reglas claras, porque de esa manera uno puede establecer negociaciones con los clientes de afuera para poder crecer”, planteó.
Asimismo, Arizu comentó que siguen teniendo inconvenientes para traer insumos del exterior, siendo que la cadena vitivinícola depende de elementos importados. Aunque entiende que el Gobierno nacional necesita cuidar los dólares, insistió en que la industria requiere de una política más dinámica para poder importar con mayor celeridad. Así, ilustró que hace poco tuvieron dificultades para traer barricas y que la demora en la autorización de ingreso podía implicar que se deterioraran (se deshidrataran) y no contar con estos recipientes para la cosecha.
En cuanto al por qué en el sector se pasó del rechazo inicial a una apertura -aunque con un cierto recelo-, Ramiro Barrios, de Clos de los Siete, detalló que hace varios meses que desde Bodegas de Argentina están en contacto con varios funcionarios del Gobierno nacional para expresarles la situación de la vitivinicultura. Y que ya previo a las contingencias climáticas (heladas y granizo), era delicada. Por eso, entienden que el anuncio está en línea con una comprensión de la problemática compleja que está atravesando.
Sin embargo, aclaró que tienen que esperar a conocer cómo se implementará para poder evaluar qué beneficios puede traer y aclaró que no necesariamente aumenten las exportaciones, porque las ventas al exterior se asocian con el consumo en los mercados de destino, aunque sí podría hacer que recuperen rentabilidad los vinos de menor precio. “Creemos que va a ser un alivio, pero hay que ver el detalle”, añadió. Asimismo, resaltó que en la industria se necesitan soluciones estructurales y que una medida temporal es una ayuda, pero no una solución definitiva.
En cuanto a precisiones, de momento sólo se sabe que su implementación será a partir del 1 de abril y que en los próximos días se convocará a diversos sectores para analizar las características particulares de cada economía regional. El titular del INV, Martín Hinojosa, expresó que se trata de “un incentivo competitivo que va a permitir dinamizar las exportaciones y mejorar la rentabilidad de todo el sector”. Y aclaró que este dólar no es sólo para el vino, sino para diversas cadenas agroalimentarias, empezando por la vitivinicultura.
Mauricio Boullaude, de Bodega A16, consideró que “más que un anuncio, hay un compromiso de trabajar en los próximos 20 días en una propuesta”. Y expresó que espera que se llegue a una alternativa de largo plazo, que permita generar negocios y traer divisas, y que no se trate de un “parche de corto plazo”.
Sobre las perspectivas para este año, planteó que en el mundo del vino se ha producido la tormenta perfecta, ya que han tenido problemas de heladas, granizo y lobesia, los fletes siguen siendo caros y el dólar está bajo. “Es una circunstancia límite”, lanzó. Pero también señaló que está viendo un cambio positivo con la salida de la pandemia, ya que, si bien en 2020 se consumió más vino, se compraba en supermercados, lo que perjudicó las bodegas pequeñas; mientras ahora el consumidor está volviendo a las vinotecas y los restaurantes.
Asimismo, sumó que China, que hasta enero estaba cerrada, recuperó su actividad. Y si bien la guerra Rusia-Ucrania sigue, los europeos que, por el temor de que los afectara, se concentraron en las necesidades primarias y no en el desarrollo de nuevos negocios, empiezan a pensar otra vez en proyectos. Por otra parte, el conflicto también impactó en el costo de la energía y en el presupuesto de las familias europeas, pero empieza a acercarse el verano y el consumo de vino podría repuntar.
“Y nos olvidemos de la inflación, tanto en Estados Unidos como en Europa, que también empieza a controlarse. Yo veo que tocamos fondo y empezamos a ver más expectativas de salida”, indicó Boullaude.
Claudia Piedrahita - Casarena
“Las bodegas que tenemos una actividad mayoritariamente exportadora nos hemos visto muy afectadas por el retraso del dólar respecto a la inflación y el aumento de los costos. Nosotros somos una bodega mediana, que exportamos el 75% de nuestra producción, y la verdad que nuestro margen está extinto. Y hacemos un gran esfuerzo para no perder la posición que ganamos en los mercados internacionales, porque después es imposible recuperarla”.
Gustavo Arizu – Luigi Bosca
“Independientemente de que va a ser bueno para la industria vitivinícola tener un dólar diferencial, no queremos que se lo den a ciertas industrias y no a todas. Creo que toda persona que exporte en la Argentina debe tener un dólar real. El dólar soja funcionó muy bien, pero con ese tipo de medida, estaríamos beneficiando el movimiento del stock y no el flujo, y el vino necesita un alto flujo”.
Ramiro Barrios – Clos de los Siete
“Es muy pronto para poder opinar sobre la medida, porque es un anuncio. Entendemos que en las próximas semanas vamos a tener más detalles y con esa información vamos a poder entender el impacto directo. Pero es importante entender que no necesariamente va a generar un aumento en las exportaciones, aunque sí va a permitir volver a hacer rentables ciertos productos, como los de entrada de precio”.
Patricia Ortiz – Bodegas de Argentina
“Nos preocupa que la campaña electoral corra el eje de las discusiones. Las medidas que solicitamos con urgentes. No tenemos margen. Las economías regionales necesitan políticas de Estado para no desaparecer y seguir produciendo y generando renta al Estado. Instamos a quienes gobiernan y a quienes aspiran a gobernar que entiendan y empaticen con los desafíos que atravesamos. Les pedimos que gestionen hacia los grandes cambios”.
Mauricio Boullaude - Bodega A16
“Hay que entender que estamos hablando de desarrollo de marca. Por más que digan que en el mes de abril el dólar va a ser de $400 en lugar de $200, no se van a poder generar muchos negocios, porque son negociaciones de largo plazo. Creo que un plazo razonable sería de unos seis meses. Y también hay que conocer si va a ser una cotización un 15 o 30% superior o el dólar MEP”.