Las exportaciones de bienes de Mendoza alcanzaron los U$S 1.601 millones en 2022, casi un 1% menos que en 2021. Este monto es 11,4% inferior al de 2012 en términos nominales, pero 31% menor, si lo consideramos en términos reales. Los datos del primer semestre de 2023 son magros, con caídas de las exportaciones argentinas y mendocinas del orden del 24% y 22% respectivamente.
Lo anterior, corresponde a los datos vertidos en el último informe del Consejo Empresario Mendocino (CEM), en el que se analiza que, “las exportaciones, uno de los motores para traccionar el crecimiento de la economía local, están aletargadas”.
Asimismo, la estructura de exportaciones se mantuvo relativamente estable entre 2012 y 2022: los Productos Primarios y el rubro Combustibles y Energía registran una participación del 11% y el 5% respectivamente; las Manufacturas se mantuvieron por encima del 80%.
“Nuestras exportaciones se concentran en pocos productos y en pocos países-destino, aunque el grado de diversificación aumentó levemente el último año. Nuestro principal producto de exportación de 2022 fue, como es tradicional, el vino fraccionado, con USD 688 MM en ventas (43% del total), seguido por el polipropileno y el ajo”, desagrega el informe del CEM.
“El 64% de las exportaciones mendocinas se origina en sólo 5 productos y el 50% se concentra en 3 productos de la industria vitivinícola. En la última década la contracción en volumen exportado fue del 12,8%, desde 1.242 hasta 1.084 miles de toneladas, mientras que el precio promedio por kilo exportado aumentó 1,6%”, se agrega en el informe que lleva la firma del Ingeniero Eduardo Pulenta, presidente del CEM, su Gerenta General, la Licenciada Silvia Jardel y el Asesor Económico, el Licenciado Gustavo Rivarola.
Cómo aumentar las exportaciones
De acuerdo con el CEM, la clave para revertir ese “aletargamiento”, tiene que ver con “generar condiciones que promuevan la productividad y la competitividad de la economía”.
En concreto, reducir trámites burocráticos y establecer reglas claras. Sumado a ello, “la escasez de acuerdos de libre comercio, el atraso cambiario, los múltiples tipos de cambio, la dificultad para acceder a divisas y a insumos importados críticos para la producción, por nombrar algunos”.
A qué pasíses exporta Mendoza
Brasil fue el primer destino de los productos mendocinos en 2022, con USD 369 MM (23% del total) de las ventas de bienes al exterior, seguido por Estados Unidos con USD 312 MM. El top-3 se completó con Chile (USD 110 MM), que desplazó al Reino Unido (USD 98 MM) al cuarto lugar de la lista.
La novedad fue el ingreso de China entre los 5 principales destinos de exportación, relegando a Canadá.
Los datos de 2022 reflejan una menor concentración en los destinos de nuestras exportaciones en relación al año previo, pues mientras en 2021 el 50,7% de las exportaciones mendocinas se concentraba en 3 países, en 2022 este ratio se ubicó debajo del 50%. Asimismo, mientras en 2021 el 75,5% de los envíos al mundo se dirigió a 10 países, el año pasado este indicador alcanzó 73,2%.
Cómo revertir la caída con nuevos “complejos”
Para ProMendoza, las exportaciones provinciales, en lo que se refiere a los bienes físicos -los que pasan por aduana, y quedan marcados en cuanto a valor de facturación FOB y volumen- “vienen creciendo, Mendoza se ha recuperado de la caída más importante, que tuvo lugar en 2015″.
“Hemos llegado a los 1.600 millones de dólares, pero esto es producto de industrias como la del complejo vitivinícola que sostuvieron sus exportaciones, y la incorporación de otros actores, como papas prefritas, mayores ventas del complejo petroquímico a Brasil, y algunos otros casos aislados, pero, en general, es cierto que las empresas han enfrentado un contexto adverso”, advirtió Mario Lázzaro, el titular de ProMendoza, al respecto.
De acuerdo con el funcionario, las empresas han encontrado formas de sostenerse en el exterior con inteligencia, desde lo financiero, en el diseño de sus exportaciones y con vinculaciones, para acortar la cadena de suministros.
“Probablemente, no vaya a darse un periodo de inversión tan importante como el que tuvo lugar entre 2002 y 2010, particularmente en el complejo vitivinícola, porque nuestras exportaciones dependen del tipo de cambio, y este no ha acompañado en los últimos años (ni en valor, ni en estabilidad). Las empresas pusieron el acento en sostenerse, pero sin inversión no hay crecimiento”, agregó.
Ahora bien, Lázzaro, indicó que hacia el 2025, “en 18 meses”, cabría esperar un aumento del 30%, al menos, en el número total de las exportaciones de Mendoza, porque para entonces deberían comenzar las exportaciones de Potasio Río Colorado. “Es un nuevo recurso, una explotación que se paró cuando se retiró Vale, y que hoy se reanuda”, recordó.
Según cálculos apresurados, se podría hablar de 600 millones de dólares más, según los valores de hoy en día del recurso.
Asimismo, no solo el potasio podría ser un nuevo complejo exportador, sino, que con una incidencia menor, pero con su propia importancia, el desarrollo de Hierro Indio, sumará dólares al monto final de las exportaciones mendocinas; lo mismo podría suceder con los yacimientos cupíferos (Cerro Amarillo), y también la minería no metalífera, como la que se relaciona con el yeso para uso agrícola; y se espera un aumento de la metalmecánica, en la medida en que surjan obras, en el mundo, que requieran de la exportación de esos productos (turbinas, por ejemplo, en el caso de Impsa).
De acuerdo con Lázzaro, se trata de sumar “nuevos complejos exportadores”, es sumar productos a la exportación, y generar valor en donde antes había un recurso desaprovechado. Al miso tiempo, se apunta a México y Brasil, como destinos de exportación, pero también como países en los que encontrar asociaciones.
Finalmente, Lázzaro, destacó, “el desarrollo de nuevos productos, como la cebolla dulce, el ajo industrializado (diente pelado), etc.”; y el aumento de servicios de la información y exportación de todo lo que tiene que ver con la economía del conocimiento, que hoy genera cerca de USD 245 millones.
La Industria del Conocimiento
El informe del CEM también menciona las exportaciones de Mendoza, en las que se suman aquellas que no pueden medirse según los movimientos en la aduana, porque son servicios o productos tecnológicos (códigos), y no bienes tangibles.
Para el CEM, según lo que explicó Gustavo Rivarola, a Los Andes, en este caso, se calcula que los Servicios Basados en Conocimiento generaron USD 193 millones (en informes previos se calculaban 130 millones, por lo que se estima un aumento importante en la participación de esta industria).
“Las estimaciones se basan en ratios recientes y en información del Observatorio de la Economía del Conocimiento (OEC) del Ministerio de Producción de la Nación. Según esta fuente, en 2022 Argentina exportó USD 7.834 MM en concepto de servicios basados en conocimiento (SBC). Nuestras estimaciones también consideran que: a) Mendoza origina el 1,8% de las exportaciones del país; b) según datos del OEC, Mendoza genera el 2,3% del empleo registrado nacional en SBC; c) que Mendoza forma al 3,4% de la matrícula de estudiantes vinculados a SBC; d) las exportaciones de servicios representaron, en promedio, el 19% de las exportaciones de bienes argentinas; e) las exportaciones de SBC representaron, en promedio, el 51% de las exportaciones de servicios de Argentina”, se agrega.
Uno de los referentes de este sector es Rodolfo Giro, Presidente del Polo TIC y titular de Interbrain, quien destacó el continuo crecimiento del sector tecnológico en Argentina (que julio de 2023 ha registrado 141.400 trabajadores formales), subrayando que la pandemia impulsó la adopción de soluciones digitales y generó un auge en el sector. Aunque hubo un reajuste después del pico de la pandemia, el sector se recuperó y continúa expandiéndose.
“Después de la pandemia hubo un reacomodamiento porque el Covid fue un gran vendedor de servicios tecnológicos, despues de la crisis a nivel internacinal se ajustó el sector porque algunas empresas por las expectativas de crecimiento se habían sobredimensionado”.
El sector tecnológico argentino ha alcanzado una madurez notable, convirtiéndose en el tercer exportador del país con U$S 8.000 millones en doce meses a julio de 2023, superando tanto en dólares como en empleados al sector automotriz. Este crecimiento también es evidente en Mendoza, donde el Polo TIC y otras organizaciones han fomentado la integración, en el mismo ecositema, del sector público, privado y académico. “En Mendoza la relación es similar, obviamente la provincia tiene una matriz productiva que es diferente, pero también es un sector que contribuye en gran medida a las exportaciones”, remarcó Giro.
“Mendoza ha sido sede de eventos nacionales e internacionales, lo que demuestra su importancia en el ámbito de la tecnología”, dijo. Para el empresario esto se observa en el aumento en la matrícula de estudiantes que optan por carreras tecnológicas en Mendoza, lo que indica un cambio en la percepción de estas carreras y su demanda creciente. Además, señaló que el sector de servicios profesionales, como el contable, hace que los números de crecimiento sean exponenciales. A pesar de la falta de incentivos directos para la exportación de servicios tecnológicos, existen programas gubernamentales que fomentan rondas de negocios, asistencia en ferias internacionales y apoyo para una expansión global. Estos programas han contribuido a la consolidación del sector tanto en Mendoza como en Argentina en su conjunto. Sin embargo, el presidente del Polo TIC menciona que “Mendoza todavía no se reconoce a nivel internacional como un centro de conocimiento, a pesar de sus avances en este área”. El empresario propone trabajar en la marca “Mendoza: Tierra del Conocimiento y Tecnología” para que la provincia sea conocida no solo sea conocida como la tierra del “sol y el buen vino”. Rodolfo Giro concluyó que el sector tecnológico ha ganado un espacio importante en la matriz productiva, generando divisas y empleo.
El escenario adverso para el exportador: “si no se importa, no se puede exportar”
Martín Clement, de Clement Comercio Exterior, al realizar un balance del último año de las exportaciones argentinas dejó ver un panorama poco alentador. Porque estuvo caracterizado por un escenario que estuvo caracterizado por las restricciones, la incertidumbre y los desafíos logísticos, asimismo explicó que el sector ha enfrentado numerosos obstáculos que han afectado tanto la planificación como la gestión administrativa de las operaciones comerciales.
Las dificultad en el comercio exterior se han traducido en problemas de pago y demoras en importaciones. “Eso realmente, a mi criterio, ha afectado considerablemente la reputación de las empresas argentinas que quieren importar y quieren seguir con sus procesos productivos”, señaló Clement. Las restricciones no solo han afectado la importación de bienes de consumo, sino también de insumos, repuestos y bienes de capital, lo que ha tenido un efecto perjudicial en toda la cadena productiva.
“Eso se refleja en números que son públicos, que se comparten últimamente y la performance de lo que son las exportaciones de bienes del agro, de las economías regionales, ha sido muy mala. Más allá de la sequía y de las dificultades propias o extrínsecas, yo creo que todo esto ha sido auto-infligido”, explicó el especialista en comercio exterior. El desafío logístico se ha agravado debido a las restricciones cambiarias, lo que ha elevado significativamente el costo de los fletes, como es el caso de los envíos por puertos chilenos, que duplicó su valor en dólares.
“Si no se importa, no se puede exportar, y esto son dos caras de la misma moneda”. En resumen, el balance del comercio exterior argentino es negativo y presenta un panorama complicado debido a las múltiples restricciones y desafíos logísticos. Para Martín Clement esto ha afectado la competitividad de los productos argentinos en el mercado internacional.
En los mismos niveles de 2010
Leonardo Andreu, representante de la empresa de Transportes Andreu, expresó su preocupación por el complejo año que ha experimentado el sector logístico en Argentina. “La logística no es ajena a la economía de un país porque de hecho forma parte de la cadena de valor de prácticamente todas las actividades económicas, entonces hay una relación estrecha entre lo que pasa con la producción y la logística”, explicó.
Uno de los principales desafíos a los que se ha enfrentado el sector logístico ha sido la alta inflación, que en muchos casos superó los indicadores generales. Además, la escasez de insumos estratégicos, como neumáticos y elevadores, así como la falta de oferta constante de ciertas marcas de camiones, han dificultado las operaciones logísticas.
En cuanto a las exportaciones, Andreu mencionó un preocupante declive, con niveles que no han mostrado un crecimiento real desde 2010-2011, particularmente en la región de Mendoza. “Estamos a los mismos niveles del 2010, es decir, en términos reales no hemos crecido”.
El representante de Transportes Andreu sugirió que una medida efectiva para incentivar las exportaciones sería la liberación de los tipos de cambio, ya que actualmente existe una brecha significativa entre el dólar oficial y el del mercado paralelo. Esta disparidad desanima a los exportadores, quienes se ven obligados a operar a un tipo de cambio oficial desfavorable en comparación con los costos de insumos vinculados a otras tasas de cambio. “Los exportadores están diciendo que tienen que exportar a un dólar oficial de 350 y sus insumos, depende de la industria, pero muchos de los insumos tienen actualizaciones sobre los dólares financieros o paralelos”, puntualizó Andreu.
Perdidas de competitividad
Juan Chirca, Director de Chirca OVC una empresa especializada en importaciones, compartió su visión sobre los desafíos que enfrenta el comercio exterior en Argentina. Destacó las complicaciones relacionadas con el pago al exterior y las restricciones a las importaciones actualmente. “Todas las industrias con las que trabajamos son usuarios de estos insumos importados y la verdad es que vemos un freno fenomenal en la posibilidad de importar porque no aprueban las SIRAS y esto resiente las relaciones con los proveedores del exterior”.
El ejecutivo explicó que las aprobaciones de licencias para importar han dejado sin margen de oparación: “Los insumos que no cargamos en septiembre y octubre para que lleguen en noviembre o diciembre, ya no llegan a la vendimia”.
“El insumo con el que produce, si no está en tiempo y forma, por más de que tengas el grano, la campaña y la maquina, el insumo no está y frena la producción”. En este contexto, se han buscado soluciones temporales, como el “dólar agro”, pero no se considera una estrategia a largo plazo. “Entiendo que el dólar agro no ha tenido gran impacto en la industria vitivinícola, porque, tenía condiciones adicionales como estar dentro de Precios Cuidados”.
El empresario enfatizó que uno de los principales desafíos para el crecimiento de las exportaciones es la falta de competitividad del dólar argentino en los mercados internacionales. Además, las constantes intervenciones en el tipo de cambio y las restricciones a la importación encarecen los costos de producción y perjudican la posibilidad de competir en precios con otros países. “Hoy están subsidiando la exportación y complicando la importación. Entonces al final del día no sabes cómo quedaste.”
“Pensá que ese litro de vino que tiene que competir en el mundo a 50, 60, 70 centavos o un dólar, el costo de Argentina está como mínimo arriba de un dólar porque los pesos que compra ese dólar son pocos”, graficó.
Así, los altos costos en pesos afectan la capacidad de competir en precio con otros países. La intervención constante en el tipo de cambio y la restricción a la importación también generan pérdida de competitividad.