Las exportaciones de vino argentino arrancaron el año a la baja, continuando así la tendencia que dejó el 2023. De acuerdo al anticipo publicado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), enero dejó un saldo de -11,2% en promedio, es decir, 1,8 millones de litros menos con respecto al mismo período del año anterior.
Sin embargo, al desglosar la cifra de las ventas de vino nacional al exterior, la realidad es muy distinta para cada segmento. Mientras que el vino fraccionado arrastró una caída de 21,6%, el vino a granel acumuló por primera vez en mucho tiempo dos meses consecutivos (diciembre 2023 y enero 2024) con saldo positivo, marcando en esta oportunidad una mejora de 24,6%, respecto al mismo mes de 2023. Por otra parte, el mosto concentrado cerró el primer mes del año con una mejora de 101,5%.
En el caso de los vinos fraccionados, todas las categorías cerraron a la baja: sin mención varietal con -33%; los varietales un -20,5%; y los espumosos -19,9%. Por el lado de los graneles, el panorama es totalmente opuesto, ya que tanto los vinos sin mención varietal crecieron 26,7% y los vinos varietales tuvieron una marca positiva 24,4%.
Respecto a los valores, el precio promedio del vino total en enero fue de 3,21 dólares/litro (-5,3%), llegando el fraccionado a 4,25 dólares/litro (+3,6%) y el granel a 0,95 dólares/litro (+0,8%). En lo que respecta al valor FOB, el vino fraccionado tuvo una caída de 18,7% y los graneles crecieron un 25,6%. Esto dio una baja promedio de 16% frente a las cifras de enero de 2023.
Una buena noticia
De los 13,8 millones de litros de vino que se exportaron en enero de 2024, 4,3 millones (31,3%) fueron granel. Juan Manuel Palomo, gerente de la Cámara Argentina de Vinos a Granel (CAVG), lo calificó como una buena noticia, aunque explicó que este incremento se atribuye a que 2023 dejó una base relativamente baja, por lo que cualquier aumento se ve reflejado con un porcentaje mayor.
En esta oportunidad, como lo informaron desde la CAVG fueron cuatro las bodegas que cerraron el primer mes del año con un saldo positivo en sus despachos al exterior. “Se revierte la tendencia de caída de exportaciones desde 2020, es el primer enero desde ese año que la variación interanual es positiva”, comentó Palomo.
Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), compartió esa visión: “Hay una recuperación de un porcentaje porque el año pasado fue pésima la exportación de granel. Si lo comparas con la exportación del año pasado, que fue muy mala, obviamente hay una recuperación”, dijo.
Y, por otra parte, sumó otra razón para el crecimiento del segmento: “El granel ha crecido en función de que hay una posibilidad de poner vino en el mundo sin tanto valor agregado. Pero también se explica en que el mundo hoy quiere evitar el valor agregado y prefiere poner el valor agregado en destino, no llevárselo de acá”.
A la espera de la recuperación
Durante el primer mes del año, los vinos fraccionaron marcaron 9,5 millones de litros (68,7% sobre el total). De acuerdo a Alejandro Vigil, presidente de Wines of Argentina (WofA), la baja en la cifra aportada por el INV se explica en términos de stocks, es decir, los importadores acumularon en los últimos meses de 2023 y a partir de febrero de este año se normalizaría la demanda. “Hay que esperar que el tipo de cambio no termine con la devaluación cayendo y a partir de ahí ver qué pasa. Creo que de todos modos se va a reflejar una mejora respecto al año pasado. También hay que ver cómo terminan los números de la cosecha”, anticipó Vigil.
Ramiro Barrios, director del Área de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina (BdA), comentó que el comienzo del 2024 en los fraccionados no es más que una continuidad de la tendencia que se vio durante 2023, con un escenario marcado “por las dificultades, la pérdida de competitividad, sumado también a un contexto externo adverso por altos niveles de stocks del canal y cierto impacto también en el consumo”, a lo que sumó la baja competitividad de Argentina en la entrada de gama de precios.
Para el experto, los cambios aplicados al tipo de cambio en diciembre de 2023 para la exportación -80% se liquida a cambio oficial y 20% a un tipo de cambio financiero-. no han sido suficientes para el desarrollo desarrollo de las exportaciones en enero. “Todo lo que se exportó en enero corresponde a órdenes de compra que se recibieron en diciembre, que responden a planes de suministro y reposición que tienen una larga inercia. Con lo cual el impacto de los cambios de diciembre va a tomar su tiempo”, argumentó.
Por su parte, Fabián Ruggeri sumó que, además de las retracciones que se han dado en los mercados internacionales y las dificultades intrínsecas de Argentina, sumó otro factor como que la cosecha del 2023 en Europa fue mejor de lo que esperaban, por lo que hubo sobrestocks de vinos. Y puntualmente sobre los fraccionados mencionó que las complicaciones con los insumos importados, lo que provocó una retracción en el consumo internacional.
Las expectativas para 2024
A la espera de las cifras oficiales del pronóstico de cosecha del INV, la certeza en el sector es que los volúmenes del 2024 serán superiores a los del año anterior -considerado el peor año del que se tiene registro-. De todas maneras, Ramiro Barrios aseguró que “va a ser un año difícil. “El frente externo está complicado, sigue complicado, con lo cual va a ser un año donde será necesario hacer muchos esfuerzos para lograr posicionar nuestros productos, sobre todo el fraccionado”, sostuvo.
El experto de BdA planteó que existen todavía ciertas incertidumbres sobre el tipo de cambio. “Si bien tuvo una devaluación importante en diciembre, las tasas de inflación hacen que el aumento de competitividad se vayan perdiendo, y el mismo gobierno informa que el tipo de cambio va a estar evolucionando a un 2% mensual, con lo cual el aumento de competitividad es probable que con el tiempo se pierda”, anticipó.
“Es de esperar que el panorama para exportar sea mejor, es de esperar un tipo de cambio que acompañe en algún momento la inflación, es de esperar que se normalice el pago de servicios al exterior. Si se dan todas esas condiciones, la industria estaría un poco mejor armada para salir a competir en un año muy difícil”, opinó Barrios.
Por su parte, Fabián Ruggeri la clave de 2024 va a radicar en la pauta diversificadora para no generar volúmenes importantes de stock y que después el precio del vino caiga. “Hay un buen mercado para el mosto con expectativas interesantes de precio y del precio del dólar, así que no hay que tener miedo a la pauta diversificadora”, aseguró.
Por último, desde el lado de los graneles, Juan Manuel Palomo comentó: “Las expectativas para el sector son muy buenas, se espera que este año se tenga un incremento de las exportaciones de graneles, sin dejar de tener en cuenta de que venimos de valores bajos. La competitividad respecto de otros países productores es un tema complejo, ya que el resto del mundo tiene valores muy competitivos y grandes volúmenes de vino. Pero hay margen para crecer e ir ganando participación en el mercado mundial”.