Si bien en el sistema de franquicia hay reglas y pautas que el inversor (el franquiciado) debe cumplir después de firmar el acuerdo con la empresa mayor, la pandemia generó que muchas empresas debieran revisar la forma de trabajo para no quedar atascadas y perder el negocio en medio de la crisis.
La gastronomía es el rubro que históricamente ha tenido mayor preponderancia de franquicias (basta ver, por ejemplo, los locales de comida rápida internacionales) y justamente fue uno de los más golpeados con las restricciones de movimiento y circulación. Ahí algunos de los cambios pasaron por modificar el horario de atención y en descentralizar los pedidos online.
Nicolás Suraci, director de Suraci Evolución de Empresas, comenta que los inversores y las casas centrales de las franquicias tuvieron que trabajar en conjunto y que eso permitió seguir adelante mejor que en otras empresas que no contaban con ese “soporte” de la empresa central.
“Cambió mucho en las franquicias el manejo de plataformas y pedidos. Antes era algo centralizado y esa operación era un derecho que se guardaba el franquiciante. Eso en la pandemia cambió, se le tuvo que dar acceso al franquiciado y permitió un cambio que se va a quedar. Incluso, ya se piensa en otorgar franquicias con un componente físico y uno digital”, ilustra Suraci.
La semana pasada, este medio daba cuenta de un cambio en el sector gastronómico con mayores aperturas de locales enfocados en los horarios de día. En las franquicias esto también se replica, con la adaptación de bares como William Brown hacia horarios más tempranos y con la expansión de franquicias de cafetería como Bröd o Nüss.
Desde 384 Group, el especialista Adrián Taboada explica que las franquicias tienen un alto nivel de profesionalización y las grandes empresas armaron una estrategia de crisis para reconvertir su modelo de negocios. “Por los cierres, la mayoría de los locales gastronómicos se volcaron hacia las redes sociales para poder vender a través de las plataformas digitales y eso hizo que el golpe de la pandemia fuera menor”, señala.
Casos de adaptación
Fuera de la gastronomía, un caso que menciona Taboada es el de una empresa local que fabrica y vende golosinas, y destinaba un 70% de su producción al turismo. Debieron reconvertir su negocio e iniciar con franquicias de tipo “food truck” además de generar vendedores por zona para hacer llegar su producto. El sistema, automatizado vía online, les permitió incluso vender a Corrientes, es decir, salir de Mendoza en medio de una crisis.
Otro ejemplo de adaptación fue el de la marca Tijeritas, de peluquería infantil. La marca mendocina, que hasta marzo de 2020 tenía 15 locales en el país, ya venía con cambios para poder achicar la inversión inicial necesaria, como reducir los metros cuadrados que pedían para poder abrir el local o la obligación de contar con un lavacabezas. Durante la pandemia, sumaron 4 locales más y recientemente otros 2.
En el caso de Omega Saneamiento, una red local de franquicias dedicada al combate de plagas, la pandemia traía el desafío de combatir “un virus desconocido” y una de las adaptaciones fue la de profundizar las capacitaciones con sus franquiciados. Incluso, uno de sus requisitos es cumplir con el programa de capacitaciones que arma la empresa central.
“Nosotros seguíamos creciendo y capacitando acerca de Covid, mientras hacíamos la investigación con el departamento técnico. Esa parte trabajaba investigando las técnicas de desinfección”, explica Sebastián Jorro Barón, CEO de Grupo Omega. Además, cuando cerraban un trato con un cliente grande, como una cadena de supermercados, el convenio se replicaba para los franquiciados y ellos podían aumentar la facturación.
Estrategias a nivel nacional
Jorge Bliman, consultor en ocho países y director de Bliman Franquicias, explica que en Argentina se dieron distintas adaptaciones: desde renegociación de venta de insumos y productos, hasta reducción o condonación de regalías. “Se ha reducido el tamaño de locales, de stocks, y se generaron nuevas unidades de negocios y venta electrónica. Se ha intentado reducir costos y mantener las cadenas en condiciones, en un contexto en el cual las empresas no pueden despedir empleados”, explica Bliman. Si bien estima que a nivel nacional cayeron un 10% de los locales de franquicias, cree que el futuro es optimista por la recuperación del consumo.