El trabajo remoto se ha convertido en una realidad trascendental en el ámbito laboral de Argentina. Con la promulgación de la Ley de Trabajo Remoto en el país, se establecieron regulaciones que marcaron un punto de inflexión en la forma en que las personas trabajan y las empresas operan.
La llegada de la pandemia aceleró aún más esta tendencia, llevando a una rápida adopción del trabajo remoto como medida para asegurar la continuidad de las actividades laborales y proteger la salud de los trabajadores.
Sin embargo, a medida que la situación sanitaria ha ido evolucionando, la modalidad remota no ha sido la única respuesta. Actualmente, nos encontramos en un escenario donde el trabajo remoto se ha transformado en una modalidad híbrida, combinando días de presencialidad con días de trabajo desde casa. Se está estudiando cuál es el mejor.
Durante el Ciclo Pilares sobre innovación y talento con foco en la Inteligencia Artificial y el futuro del trabajo, Lucas Mailland tuvo la oportunidad de contar cómo han sido estos últimos meses con respecto a formatos laborales adaptables y el rol que ocupa la IA en las empresas o empleos.
Milland es emprendedor argentino y fundador de Fichap, actualmente esta app lo que hace es controlar, por ejemplo, los comportamientos de los trabajadores para saber si van a renunciar pronto. Esto es medible por las conductas que han tenido otros empleados al irse de una empresa.
En su experiencia dio su perspectiva con respecto a las modalidades de empleo: “Las empresas siguen tratando de llevar a sus empleados al trabajo remoto o de instalar esa cultura, las que pueden. Hay muchas que no, incluso yo soy uno de los que cree que la oficina es un espacio para mejorar la cultura de trabajo, para generar sinergia, para divertirnos, para contarnos cosas, para hacernos amigos. Eso eleva la productividad en las organizaciones, yo creo un poco. Estoy enfrente de los que creen que el trabajo remoto es el futuro, yo creo que la oficina”.
Presencialidad e Inteligencia Artificial en empleos
“Para mí tiene que ser una cultura híbrida en donde se comparte. Somos animales sociales, necesitamos del contacto, el abrazo mamífero entre los seres, nosotros lo necesitamos. Necesitamos venir a una oficina y verle la cara al otro, o saber si está triste y preguntarle qué te pasa, necesitamos conectarnos con los seres humanos”, apuntó el emprendedor.
Y agregó: “Eso es importante, es la clave en toda organización, porque la tecnología lo que hace es desconectarnos, es mantenernos como islas, cada uno está separado en su casa. Nadie se conecta con nadie, entonces lo que hay que evitar y el trabajo importante que hay que hacer en las organizaciones es eso, es unirnos”.
Siguiendo con la idea de lo que puede provocar la IA en las empresas, Mailland afirmó que muchos empleos se pueden perder por esta tecnología: “Conozco muchos estudios de Inteligencia Artificial en Estados Unidos, para 2030, más del 30% de los trabajos que existen hoy, van a dejar de existir”.
Esto se debe a los grandes avances que ha logrado la tecnología y afirmó que esto también va a pasar en Latinoamérca. Por lo que es de vital importancia que los gobiernos comiencen a ver esta posible realidad y tomas medidas.
“Los gobiernos no están viendo que la robotización de procesos y que la Inteligencia Artificial van a mover el tablero muy fuerte, van a dejar a mucha gente sin trabajo. Hay soluciones obviamente, no es todo negativo, pero creo que deberían escuchar. Los gobiernos de Latinoamérica, de los gobiernos provinciales, locales o el país en sí deberían estar tomando medidas o por lo menos estar armando equipos de trabajo”, consideró.
El rol de los gobiernos
Para Lucas, uno de los pilares básicos para el futuro es la educación. “Tenemos que reeducar a los perfiles laborales, hacia el mundo digital, hacia el mundo de la seguridad informática, hacia el mundo de interpretar y saber utilizar la Inteligencia Artificial, hacia cualquier tarea dentro del mundo digital que sea considerada en el futuro”, agregó.
Hay algunos casos en donde esta tecnología está siendo usada para cometer delitos, así como robo de datos u otras historias que han sido virales. Esto fundamentalmente se da porque no hay, por parte de los Estados, leyes que controlen el alcance de la IA.
“Creo que va a ser muy importante la regulación a nivel país, la regulación a nivel mercado, la regulación global de este tipo de tecnologías. O sea, no se puede liberar Inteligencia Artificial a cualquiera para hacer cualquier cosa. Tiene que haber límites, los límites que siempre hubo, tiene que haber orden, la tecnología y la inteligencia artificial va a requerir ese orden”, confirmó.