Es un martes por la noche cuando Luis Zambonini, titular de Arcos Mendocinos, y Eduardo Lopardo, director de Arcos Dorados Argentina, al fin toman asiento después de un día muy agitado. A sus espaldas está la razón de tanto movimiento: la inauguración del octavo local de McDonald’s en Mendoza (el nº 221 en el país). La oportunidad sirvió no solo para presentar el local, sino para dialogar sobre sustentabilidad, empleo joven y tendencias en la gastronomía.
El primero en tomar la palabra fue Luis Zambonini, quien después de destacar el orgullo que significa para ellos inaugurar el moderno local en Mendoza, comentó que la inversión incluyó un nuevo modelo de desarrollo sustentable. Es que el local es el primero en el Interior en cumplir con veinticinco puntos sustentables de la empresa.
“Cuenta con un sistema que aprovecha la condensación de los aires acondicionados. Va a un tanque y nosotros la utilizamos para limpiar el parque, para regar. Además, hemos incorporado plantas xerófilas que necesitan mucha menos agua, porque es parte de este concepto de sustentabilidad. Es un compromiso de Arcos Dorados de bajar un 36% la huella de carbono para el año 2030″, comentó el encargado de McDonald’s en la provincia.
La empresa internacional está en Mendoza desde 1995, pero en los últimos diez años no se había abierto ningún local nuevo. La idea venía hace tiempo y la pandemia demoró los planes, pero con la reapertura de la Terminal de ómnibus apareció la oportunidad. “Siempre quisimos estar en un punto estratégico como este, que es el ingreso en la Ciudad de Mendoza. Es la presentación hacia el turista”, sumó Zambonini.
El inicio de la pandemia implicó un golpe muy duro para el sector de comidas rápidas, que a mediados de 2021 tuvo una nueva recaída con las nuevas variantes de Covid. Para Lopardo, desde noviembre a la fecha se viene dando una recuperación ininterrumpida, y si bien algunos locales ya superaron los niveles de consumo prepandemia, todavía falta en aquellos vinculados a paseos comerciales con cines o espectáculos.
Sumar empleo joven
Un dato destacado durante la inauguración fue la contratación de 130 personas nuevas (que se sumaran a otras 30 previas). Ante la consulta por cómo ve el empleo joven, el director de Arcos Dorados Argentina comentó que el desempleo es un problema grave en el país, pero es todavía más complejo entre la edad de 16 y 25 años por la falta de oportunidades para obtener el primer empleo.
“Queremos ser los principales generadores de oportunidades de trabajo para jóvenes de Argentina. Creemos que tenemos un rol como compañía y el modelo de McDonald’s propone a esos jóvenes que puedan seguir estudiando, que tengan una primera inserción laboral formal con temas en la formación de cultura de trabajo, procedimientos, acceso a contenidos y entrenamiento”, detalló Lopardo.
Para Lopardo es importante capacitar en habilidades como liderazgo o inteligencia emocional, que pueden utilizarse en distintos trabajos: “El joven puede aprovechar esto en futuros trabajos o crecer en la propia organización. El CEO de esta compañía de 2300 restaurantes fue crew (empleado de McDonald’s) hace 35 años, y buena parte del board directivo de Argentina se inició en una cocina”. Hoy tienen 560 empleados en Mendoza y 16.000 en Argentina.
Por su parte, Zambonini comentó que en diciembre empezaron a contratar a los nuevos 130 jóvenes y los fueron entrenando en grupos en sucursales de la compañía, lo que “permitió una mejor calidad de entrenamiento” hasta que en el último mes trabajó todo el equipo junto.
“Con la construcción del local nos hicimos más visibles y nos siguen llegando solicitudes. Todo el tiempo hay vacantes, porque al tener un esquema con 8 locales en la provincia tenemos un modelo de incorporaciones permanentes. La mayoría son estudiantes que están terminando la secundaria o comenzando la facultad con mucha disponibilidad de tiempo, y eso es bueno para ellos y para nosotros”, sumó el titular de Arcos Mendocinos.
Tendencias en el consumo
Otro tema en la conversación fueron las tendencias y los cambios en el consumo, especialmente en el sector de comidas rápidas. Para Luis Zambonini, la pandemia aceleró la adopción de nuevas tecnologías dentro de los locales, como los “kioscos digitales” (pantallas que permiten ordenar y pagar un menú), o el uso de aplicaciones que permiten ordenar un menú desde el celular.
“Hoy podés sentarte en la mesa y hacer tu pedido desde el teléfono sin pasar por el mostrador, luego viene un empleado y te lo acerca a la mesa. Quizás eso ayuda a una madre que está con los chicos y no se puede mover. Son detalles que cambian la experiencia de consumo”, ejemplificó el titular de Arcos Mendocinos. A eso se suma el pedido por AutoMac desde el auto o el boom de los delivery, aún después de la pandemia.
“Todo esto se aceleró, pero eran iniciativas vinculadas a la transformación digital. Quizás el empleado que ayer estaba en la caja hoy está llevando el pedido a la mesa y atendiendo a una persona, guiándola con el tablero digital. No hemos reducido personal, sino que crecimos en otras áreas con un contacto más directo con el cliente”, afirmó Zambonini.
Siguiendo con esa línea, Eduardo Lopardo coincidió en que la pandemia redireccionó parte de las inversiones hacia la tecnología. Incluso, la empresa generó una “fábrica digital” en Argentina que brinda servicios a otros locales en el continente. En cuanto a tendencias, destacó el “convenience food”, es decir apostar por la conveniencia y la practicidad a la hora de comer, sumado con la inmediatez.
Por ejemplo, ya no se usa el delivery por ser la única opción en medio de una pandemia, sino porque ayuda a resolver de manera rápida el deseo de una comida específica. “Se juntan el convenience, la inmediatez del consumo y también la indulgencia, esta idea de poder ‘darme un gusto’ o premiarme”, mencionó el director de Arcos Dorados Argentina.
Una última tendencia que sumó Lopardo es el “snaking” (de snack, tentempié), que se refiere al hecho de comer entre horas, con límites más difusos entre un almuerzo, una merienda y una cena, como ocurre con los brunch o desayunos tardíos. Son tendencias globales y Mendoza no es la excepción.
