Más allá del reciente recambio de figuras en el Ministerio de Economía de la Nación, hay muchos problemas que la macroeconomía argentina arrastra desde hace tiempo. Distintos especialistas nacionales estuvieron en Mendoza por el evento EFI Week y allí plantearon algunas variables de cambio que van más allá de un funcionario concreto.
Ese evento fue realizado en el Hotel Sheraton con el apoyo de Banco Supervielle y participaron 350 personas de manera presencial (más otras 1.500 conectadas que lo siguieron por streaming). El primer bloque fue sobre “Macroeconomía y Política”, con la moderación del economista Santiago Bulat.
Juan Germano, director de Isonomía Consultores, explicó que en el 2001 la sociedad “explotó” hacia afuera con el famoso “que se vayan todos”, mientras que en 2021 pareciera que la sociedad hubiera “implosionado hacia adentro” con los efectos de la pandemia y la crisis económica. Señalando gráficos en base a encuestas, Germano afirmó que ha crecido el desencanto con la política: “Hoy la sociedad tiene mucha desconfianza, ya no piensa en superhéroes ni en pilotos de tormenta. No existe más el candidato que va a solucionar todo”.
Acto seguido, el economista Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la compañía OJF, afirmó que Argentina requiere de reformas serias para bajar la inflación, comenzando con una reducción del déficit fiscal y sosteniendo un superávit primario durante una década. Algo llamativo es que a pesar de la crisis hay una alta rotación del dinero (gastar apenas se recibe), como si la gente “quisiera sacarse los pesos de encima” y eso es una señal de desconfianza.
En ese mismo bloque sobre “Macroeconomía y Política”, la economista Diana Mondino, profesora en la Universidad del CEMA, lamentó que en Argentina “en general se le echa la culpa de todo al otro”, y se pierden oportunidades como el buen precio de los alimentos hoy. “Los múltiples tipos de cambio generan una serie de problemas, más las dificultades para importar que restringen la producción y la exportación. El gobierno debería decir ‘no sos vos, soy yo’ y que no dependamos de un funcionario para autorizar una importación”, agregó.
Los recortes
Un especialista esperado para hablar era Carlos Melconian, ex presidente del Banco Nación y hoy presidente del staff de investigadores del IERAL (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea). En su opinión, el gobierno durante estos años “durmió la siesta” aprovechando los “colchones” que le había dejado el FMI a la nueva gestión de Alberto Fernández.
En cuanto a los cambios, para Melconian es clave reducir los gastos: “Primero por una cuestión ética, deberían reducirse gastos de la política. Es poco, pero hace falta hacerlo. Después de eso tenés que ir a lo real, a los grandes números, para volver al gasto público ordenado. Hay lugares donde se escapó el gasto en el gobierno kirchnerista”. Esos costos están vinculados a subsidios, planes sociales, jubilación y coparticipación.
Principalmente, el recorte del gasto para este economista tendría que ir por los subsidios de energía y de transporte, y que quienes no puedan hacer frente a los aumentos lo demuestren para evitar “una injusticia”. Otros puntos son “los planes sociales que ya llevan 20 años de existencia, algo inédito en el mundo”, pensar una nueva relación laboral para actualizar las jubilaciones y redistribuir los fondos que se entregan a las provincias de forma más equitativa.
Ya en otro bloque, sobre “Mercados financieros” con la moderación de la periodista Sofía Terrile, el economista José Siaba Serrate señaló el impacto de dos procesos mundiales en la inflación: la salida de la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania. “Va a ser difícil domar la inflación cuando se han solapado dos procesos, uno que venía de antemano y otro que se ha acoplado”, comentó Serrate con respecto a estos dos sucesos.
Esa situación mundial conlleva efectos como el aumento de la tasa de interés en EE. UU. o el desplome de cerca de un 70 % en criptomonedas. “Es un período desagradable, pero necesario. Estamos testeando qué cosas tienen valor y cuáles no”, afirmó Serrate. De todos modos, aclaró que los problemas inflacionarios del país no son culpa de los embates del mercado externo, y que Argentina debe trabajar a largo plazo para solucionar este tema.
Lo incierto y lo malo
Continuando con el bloque “Mercados financieros”, Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, afirmó que “existió una burbuja de la pandemia en el que hubo liquidez y ganancias, pero se terminó la liquidez. Se rompió la burbuja; todo se pinchó y explotó todo”.
En la mirada de Chialva, como “la plata en Argentina te rinde cero”, muchas personas empezaron a investigar en acciones bursátiles, compras de deuda y bonos, para hacer rendir su dinero. Por otro lado, el país a nivel general como “productor de commodities” podría aprovechar el gran valor de los alimentos a nivel internacional.
El último economista en tomar la palabra fue Claudio Zuchovicki, vinculado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y a Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA). “Hay una frase, que no es mía, que dice que lo incierto es peor que lo malo. Porque ante lo malo podés armar un plan, pero no saber qué va a pasar nos genera esta ansiedad que tenemos hoy”, inició.
En cuanto a la inflación, el especialista en finanzas afirmó que es principalmente por emisión monetaria: “Como dijo Melconian, déficit más emisión monetaria, resultado inflación”. Además de la mayor emisión, opinó que hoy influye el aumento de costos por la logística y la restricción de oferta, pero con el tiempo las variables económicos se ordenan.
“Hay una ventaja enorme para Argentina. No ahora, pero va a haber un momento donde se verá que este país vale mucho la pena: no tiene problemas limítrofes, climáticos ni de guerra. Perdimos calidad de vida, pero es un pueblo bastante innovador. ¿Irnos? ¿A dónde? Si vendemos todo lo que tenemos, ¿qué calidad de vida tendríamos en otro país? ¿No vale más pelearla acá?”, reflexionó Zuchovicki.