Más de 217 mil mendocinos en edad de trabajar no buscan empleo: bajos salarios y desánimo, entre las causas

Datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso muestran el surgimiento de una nueva capa de trabajadores que viven debajo de la línea de pobreza, tengan empleo o no. En Mendoza, en particular, algunos economistas lo atribuyen a bajos salarios y políticas sociales que no fomentan el empleo.

Más de 217 mil mendocinos en edad de trabajar no buscan empleo: bajos salarios y desánimo, entre las causas
En Mendoza, además, más del 17% de las personas en edad de trabajar (217 mil) no busca un empleo y el 30% de ellos depende de algún “ingreso no laboral”, para su subsistencia. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

A nivel nacional, casi el 20% de los hogares donde vive al menos un asalariado o una asalariada con trabajo registrado se encuentra por debajo de la línea de la pobreza en Argentina, de acuerdo con el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). En particular, en Mendoza, además, más del 17% de las personas en edad de trabajar (217 mil) no busca un empleo, y el 30% de los “inactivos” depende de algún “ingreso no laboral”, para su subsistencia.

Por otro lado, se incluye una crítica a las políticas implementadas sobre el sector laboral hasta el año 2021 -en coincidencia con la fase de estancamiento y/o caída del Producto Bruto Interno (2012-2021) del 0,3% en promedio anual-, dado que las mismas “no estarían resultando suficientes y/o adecuadas para solucionar los desequilibrios del mercado de trabajo y las situaciones de vulnerabilidad social y desempleo”.

El mapa del trabajo en Mendoza

En 2021, en el país se contaron 9,8 millones de asalariados formales (21,8% de la población total y 46,9% de la población económicamente activa). La mitad de las mujeres de ese total son profesionales y un cuarto de los varones también. Sin embargo, casi el 20% de los hogares en los que vive al menos un asalariado formal se encuentra por debajo de la línea de pobreza.

En Mendoza, el número de los asalariados formales del sector privado alcanza los 244 mil, 19,4% de las personas en edad de trabajar. El panorama del empleo registrado se completa con 133.600 empleados públicos provinciales y 19.600 municipales (sumando ambos, el 12,2% de la población que puede trabajar).

Asimismo, (a 2021) la provincia tiene 11.500 trabajadores en la categoría “Responsable Inscripto” y 81.200 monotributistas. En total, 92.800 trabajadores son independientes, esto es el 7,4% de la población en edad de trabajar en Mendoza.

En tanto que, si se analiza con detalle el sector “independiente”, se puede ver que a nivel país, 4 de cada 10 se encuentran registrados en la categoría A, la más baja del régimen, y el 80% del total de monotributistas pertenecen a las primeras cuatro categorías.

Por otro lado, los datos del informe muestran para Mendoza 223.100 asalariados informales, lo que es igual al 17,8% de la población en edad de trabajar; y 136 mil “no asalariados informales” (10,8% de quienes están en edad de trabajar).

El relevamiento realizado por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) da cuenta de que la condición laboral de “no asalariados/as informales” presenta los mayores porcentajes de representación en la región de Cuyo, seguida por la región noroeste del país y también por la provincia de Buenos Aires. Por el contrario, y al igual que con los/las asalariados/as informales, los menores porcentajes se presentan en la región sur del país y en la provincia de Entre Ríos. A nivel nacional, la pobreza alcanza a más del 60% de los hogares en donde al menos una persona responsable es no asalariado/a informal. La gran mayoría de estas personas presta servicios de tipo eventual (“changas”).

Finalmente, en Mendoza hay 65 mil desocupados (5,2% de población en edad de trabajar que busca trabajo) y 217.500 (17,3%), que se encuentra inactiva, o que tiene la edad teórica para trabajar, pero que no busca empleo. Esta última categoría promedia el 28,3% en el país.

Al respecto, Sebastián Laza, asesor del ministerio de Economía de la provincia señaló que dentro de ese número están también “muchos estudiantes universitarios que eligen no trabajar mientras estudian”, aunque no descartó a quienes “quizás ya no les interese trabajar por la edad y falta de oportunidades”.

Mas que el dato puntual (17,3%), habría que seguir su evolución, a ver si viene subiendo o bajando. En Mendoza al mercado laboral lo vemos dinámico hoy, si bien con salarios debajo de la media en algunos casos”, aclaró Laza.

De hecho, el mismo informe aclara que, “entre los inactivos” se encuentran: personas que acceden a retiros por jubilación o invalidez; quienes perciben un ingreso que reduce o elimina la necesidad de integrar el mercado de trabajo (como un ingreso no laboral o el ingreso de otro miembro del hogar); quienes se dedican a otras actividades no remuneradas (como estudios o trabajo doméstico) y también desocupados desalentados.


Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

¿Cuánto necesita una familia para no ser pobre en Mendoza?

Según relevamientos de Evaluecon, consultora a cargo del economista José Vargas, una “familia promedio/típica/representativa mendocina” con los siguientes gastos promediados mensuales (redondeados para obtener valores más precisos y claros): alquiler: $70.000; impuestos y servicios: $7.200; alimentos y bebidas $57.000; gastos varios: $7.900; indumentaria: $28.000; atención Médica y Gastos para la salud: $7.900; transporte: $8.400 (sólo gastos de colectivos); y gastos educación: $1.600 (sin incluir cuotas a colegios privados); necesitó en noviembre $188.000 para no sentir que estuvo en “condiciones de pobreza”.

No obstante lo anterior, el salario promedio en noviembre llegó en Mendoza a $97.300, eso explica que “la mayoría de lo salarios no alcancen a cubrir una canasta básica total digna” y menos una canasta básica total como la que midió en Indec para el mes de octubre, $ 139.738 (último dato disponible). De acuerdo con Vargas, “muchos trabajadores cumplen jornadas de 8 horas y tampoco tienen tiempo para buscar otro empleo y caen bajo la línea de la pobreza”.

Por otro lado, el profesional advirtió que “Mendoza es una de las provincias con los salarios más bajos, con respecto a los de la Nación, y quienes no tienen trabajo se ven desalentados a buscar empleo, por esa razón o bien, porque en algunos casos, pueden pasar semanas y meses sin encontrarlo”. “Todo eso genera mayores niveles de pobreza e informalidad y condiciona al mercado del empleo”, cerró.

Una familia mendocina de cuatro personas necesitó en noviembre $188.000 para no sentir que estuvo en “condiciones de pobreza”. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Una familia mendocina de cuatro personas necesitó en noviembre $188.000 para no sentir que estuvo en “condiciones de pobreza”. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

¿Las empresas pueden pagar salarios más altos?

La economista Paula Pia Ariet, directora Gestión Consultores, evaluó la problemática desde el aspecto salarial, ya que “existen convenios en Mendoza en los que los salarios son muy bajos y dejan a las personas por debajo de la línea de pobreza, aun estando debidamente registradas”. “Otro de los problemas se ven en que, con salarios tan bajos, incluso existe quienes prefieren no trabajar y cobrar asignaciones que les permitan obtener ingresos muy similares”, sumó.

En la misma línea, el asesor económico del PJ, Nicolás Aroma, destacó que el panorama del empleo actual es consecuencia de que “los salarios siguen de atrás a la inflación”. Sin embargo, el especialista también consideró que “hay que poner sobre la mesa que hay una diferencia de variaciones y ritmos y tiene que ver que las ganancias empresarias de muchos sectores concentrados (y otros no tanto), sectores con altos niveles de rentabilidad, aun con la inflación o a causa de ella, y en los que, sin embargo, los salarios de los trabajadores no mantienen el mismo ritmo”.

Aroma agregó que “los precios relativos de la economía están desordenados, hay precios atrasados como tarifas y salarios y otros que han ‘anticipado la apropiación de la ganancia’ y ahí están las empresas”. “Lo que se viene es comparar salarios con balances, porque hay sectores empresarios que tienen margen para aumentar salarios”, señaló este asesor económico del PJ.

Para Aroma, un ejemplo de ello, sería lo que sucede en el sector aerocomercial, en donde han aumentado los vuelos, y se genera mayor productividad (con menos recursos), pero los sueldos no han aumentado en la misma medida, ni siquiera lo suficiente para ganarle a la inflación. Asimismo, el asesor del PJ destacó que “todo eso provoca que el trabajador se sienta desalentado a la hora de buscar empleo”, y así, muchas actividades formales se vuelcan al monotributo o a las “changas”, porque las personas ven que no les rinde trabajar con fuerte carga horaria y baja remuneración.

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