El ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró que a fin de año las reservas del Banco Central alcanzarán los U$S 7.000 millones, buscando despejar la incertidumbre sobre la disponibilidad de divisas para garantizar el proceso productivo.
La cifra que prometió Massa se ubicaría unos U$S 1.000 por encima de la pauta que se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es de U$S 6.000 millones.
Para alcanzar el objetivo, el Palacio de Hacienda descuenta que en los próximos días el Directorio del organismo aprobará formalmente la tercera revisión y habilitará el giro inmediato de U$S 5.900 millones, de los cuáles unos U$S 2.000 serán repagados como parte de la reestructuración del préstamo que tomó Mauricio Macri en 2018.
Si bien en el cómputo diario el Banco Central informa reservas por U$S 39.600 millones, las que realmente cuentan son las de libre disponibilidad, que no superarían los U$S 2.000 de acuerdo a los cálculos que realizan diferentes analistas.
Para marcar su objetivo Massa computa el financiamiento neto que quedará luego de la operación con el FMI, más la ampliación del swap con China por U$S 5.000 millones, que liberará fondos para financiar las importaciones con ese país.
Massa describió esta situación ayer durante el cierre del 21° Seminario ProPymes que lidera el Grupo Techint, donde compartió el escenario con el presidente de ese conglomerado, Paolo Rocca.
Una encuesta realizada entre los más de 700 participantes, mostró que para a mayoría las trabas a las importaciones resultan su principal preocupación de cara al año productivo 2023.
Massa buscó dar una señal para la planificación de las empresas al anunciarles que el parámetro para la autorización de importaciones será un 10% por encima de lo utilizado este año.
“Si planifican con ese margen no van a tener problemas con las aprobaciones en el SIRA y el acceso a las divisas”, les prometió el jefe del Palacio de Hacienda.
Un par de horas antes el economista Carlos Melconian ya había advertido que el panorama en cuanto a divisas para 2023 venía complicado: “Las cuentas no dan”, afirmó el profesional en su presentación.
Melconian pronosticó que, por efecto de la sequía y otros factores, en el año próximo no se podrán alcanzar los U$S 90.000 millones de exportaciones que se conseguirán este año, y en consecuencia se limitará la única entrada genuina de dólares.
Ante la imposibilidad de recortar otros canales por donde se van las divisas, el presidente de la Fundación Ieral concluyó que seguirá el régimen de control de importaciones.
No obstante, Massa aclaró que en caso de que una empresa necesite dólares para una inversión de capital que modifique su estructura de producción y mejores sus costos tendrá un tratamiento especial.
Pese a las dificultades que afronta el sistema, el ministro defendió la puesta en marcha del SIRA porque destacó que aúna a todas las partes involucradas en el proceso de importación.
Por otra parte, Massa sostuvo que continuará diseñando planes especiales para fomentar la actividad económica en cada sector, con estímulos para las empresas que incrementen sus exportaciones, que tanto pueden traducirse en modificaciones impositivas, créditos especiales, o ajustes en el tipo de cambio.
Massa insistió en que estos serán los lineamientos a seguir por el equipo económico más allá de las presiones que puedan producirse por el transcurso del año electoral.
Durante otro tramo de su presentación el jefe del Palacio de Hacienda afirmó que el país crecerá más de un 5% al cierre de 2022 y pronosticó que en 2023 la expansión del PBI estará en el orden del 3,5%.
Los pronósticos del ministro chocan con las previsiones del sector privado, que anticipan un avance no mayor al 2%.
Respecto de la inflación Massa se mostró confiado en que seguirá bajando en los próximos meses y se alineará con la proyección de 60% que fue fijada en la Ley de Presupuesto Nacional para el ejercicio 2023.