Massa habilitó el “Dólar Soja 5” para garantizarse divisas en la transición electoral

Finalmente, los agroexportadores podrán disponer sin restricciones del 25% de sus liquidaciones externas, en lugar de estar obligados a aplicarlos a la compra porotos para el procesamiento industrial.

Massa habilitó el “Dólar Soja 5” para garantizarse divisas en la transición electoral
Más cepo: los que recibieron dólar soja no podrán comprar la divisa oficial.

Por la avidez del ingreso de divisas, el gobierno habilitó el “Dólar Soja 5″ al permitirle a los agroexportadores disponer libremente del 25% de las liquidaciones del cereal, lo que significa una nueva versión del Programa de Incremento Exportador (PIE).

Si bien el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) descomprimió la exigencia de fondos para la cancelación de deuda con organismos multilaterales y acreedores privados, la situación continúa siendo delicada en el financiamiento de importaciones.

Bajo esta necesidad, el ministro de Economía, Sergio Massa, volvió a ofrecerle un régimen especial al campo que estará disponible hasta fin de mes, aunque con detalles particulares.

Dentro del paquete de medidas lanzado post devaluación, el jefe del Palacio de Hacienda había anunciado que los exportadores podrían disponer de hasta el 25% de sus divisas para comprar porotos de soja para volcar en las plantas de procesamiento desabastecidas por la sequía.

Finalmente, tras una serie de objeciones y por la necesidad de fondos, este martes se publicó en el Boletín Oficial el Decreto de Necesidad y Urgencia 443/2023 donde se decidió que los productores tendrán plena libertad de uso del 25% de sus fondos.

Las operaciones se liquidarán al tipo de cambio mayorista de $ 350 (apenas $ 10 por encima del que rigió para el maíz) que el gobierno prometió mantener sin cambios hasta el fin de octubre.

Massa, en el acto central por el Día de la Industria que se desarrolla en Paraná, Entre Ríos / Foto: Hernán Saravia / Télam.
Massa, en el acto central por el Día de la Industria que se desarrolla en Paraná, Entre Ríos / Foto: Hernán Saravia / Télam.

Massa necesita de dólares frescos porque, aunque septiembre está aliviado luego de haber cancelado en forma anticipada U$S 915 millones que operaban con el FMI aún restan pagar unos U$S 700 millones de capital e intereses a distintos organismos multilaterales y préstamos bilaterales que deberán salir de las arcas del Banco Central.

Por eso, mientras espera que se concreten los desembolsos por U$S 1.300 millones prometidos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el ministro y candidato a presidente busca recursos en el plano doméstico para hacer frente a una deuda con importadores que se estima superior a los U$S 20.000 millones.

Esta restricción está generando nuevas postergaciones en las autorizaciones de pago que debe otorgar el Banco Central sobre SIRAs ya autorizadas.

Massa anunció el fin de semana que dado tras acumularse U$S 1.200 millones de reservas durante agosto se liberarían las importaciones para las pymes industriales. Por el momento esta habilitación se mantiene trabada con el problema agregado de riesgos de ruptura en la cadena de pagos”.

“La situación se sigue agravando porque las SIRAs que salen aprobadas salen sin fecha. Están volviendo a usar el CEF (Capacidad Económica Financiera) para retrasar que la operación se pueda efectuar”, explicó el especialista en Comercio Exterior Miguel Ponce en diálogo con este medio.

Insistió en reclamar que “reaparezcan las fechas de pago que ya había sido aprobadas y que fueron borradas del sistema” y subrayó que “las que están apareciendo las ponen todas para después de las elecciones”.

Con el nuevo programa habilitado hoy, Massa también apunta a tomar recursos que serían del próximo período de gobierno. La norma estableció que “las operaciones comprendidas en este programa tendrán como fecha límite de embarque el 30 de septiembre de 2024. Es decir, más allá de la soja 2022/23 pendiente de comercializar, podrían anotarse negocios correspondientes a la cosecha de soja 2023/24″, indicó la Bolsa de Comercio de Rosario.

De acuerdo al trabajo de esta institución, de la actual campaña, al 23 de agosto “quedarían por comercializar poco menos de 7 millones de toneladas de soja 2022/23″.

“Si sumamos el volumen de mercadería comercializada con precio por fijar, restaría ponerle precio a casi 11 millones de toneladas de soja. Asimismo, hay comercializadas 0,8 Mt de soja 2023/24, pero poco más de 0,1 Mt tienen precio en firme”, agregó.

A esta caja que los productores mantienen en sus campos es a la que apunta Massa para llegar con oxígeno a las elecciones de octubre.

Hasta el momento no hay una estimación de cuál sería el volumen que se podría liquidar y del monto de dólares a ingresar.

Desde la cámara de exportadores CIARA-CEC señalaron “que el actual programa es diferente a los anteriores” y por consiguiente subrayó que “cada empresa decidirá individualmente si ingresa al esquema y de qué manera operará”.

“Por eso no emitiremos análisis ni datos”, se excusaron para evitar el compromiso del ingreso de una determinada cantidad de divisas por parte del sector.

Por su parte, el titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, rechazó la medida por considerar que no beneficia a los productores.

“La medida publicada en el Boletín Oficial ratifica que, la instrumentación de estos anuncios, son un beneficio para el gobierno y la industria, no garantizando nada a los productores”, afirmó.

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