El vicepresidente del Banco de la Nación Argentina, Matías Tombolini, visitó la provincia para presentar el lanzamiento de una línea de promociones y descuentos en comercios, que tiene como objetivo alentar el consumo, y otra específica, de créditos para empleados públicos, con una tasa real negativa. En esta charla con Los Andes, aseguró también que la Argentina tiene hoy condiciones inmejorables para el crecimiento y desarrollo económico.
-¿Qué acciones van a desarrollar para los empleados públicos?
-En Mendoza, el banco es el agente financiero de la provincia. La senadora Anabel Fernández Sagasti transmitió al directorio que estaba faltando una herramienta más potente en términos de créditos para personas. El banco, desde que asumió la nueva conducción, tuvo una política muy agresiva para pymes.
Tenemos líneas de crédito del 24% para inversión, del 28% para capital de trabajo y del 0% para sectores muy afectados por la pandemia, como turismo, gastronomía y cultura. La idea es sostener a la pyme, para que no caiga el empleo.
Pero para las personas siempre faltan estrategias y, por eso, se anunció esta línea de créditos, de hasta 250 mil pesos para trabajadores del sector público, con una tasa del 18%, que es de 30 puntos menos que la inflación acumulada en el último año.
Es una tasa real negativa, muy agresiva. Hablamos de 100 mil trabajadores y de más de 5 mil millones de pesos que vienen a alimentar el consumo en la provincia. Es una política de poner plata en el bolsillo de la gente.
-¿Y cómo es el programa de beneficios para todos los clientes del banco?
-El otro anuncio, que complementa éste, es una política también, diría que la más agresiva en la Argentina en términos comerciales, que arranca aquí, en la provincia de Mendoza, con descuentos todos los días. En perfumería, indumentaria, comercios de proximidad, restaurantes.
Depende del día, hay una bonificación. De hecho, este fin de semana vamos a tener un 25 y 30% en bodegas. Es una política de descuentos muy agresivos, con un alto tope por transacción, que promueve el uso de BNA+, que es nuestra billetera electrónica dentro de Modo, este consorcio de bancos que ofrece lo que hoy necesitan nuestros clientes: que les hagamos la vida más fácil.
-¿Por qué no se termina de cerrar un acuerdo para que el banco siga siendo el agente financiero de la provincia?
-Creo que hay vocación de llegar a un acuerdo. Entendemos que el trabajo en conjunto entre la provincia y el banco no está cruzado por lo partidario, sino que tiene que ver con atender las necesidades de la provincia. Desde el banco, ésa es la vocación que tenemos y estamos seguros de que vamos a encontrar una diagonal para poder seguir haciendo lo que el banco hace cotidianamente, que no sólo es brindar la estructura de servicios financieros para los trabajadores, sino también la asistencia financiera que la provincia requiere. Y mucho más en estos tiempos, cuando no hay mejor entidad que el Banco Nación para responder a las necesidades de la provincia.
-¿Qué resta para terminar el proceso de refinanciación de la deuda que la provincia tiene con el banco?
-(Interviene el síndico del Banco Nación, Marcelo Costa). El directorio del banco ya aprobó la refinanciación hace dos meses, antes de que venciera la primera cuota. Ese trámite va al Ministerio del Interior y después pasa al de Economía. De ahí, al Banco Central y llega a Mendoza, para firmar el contrato. El seguimiento de la gestión lo tiene que hacer la provincia. Nosotros ya hicimos nuestra parte. La voluntad del banco fue ayudar a que Mendoza no pagara las cuotas de capital, que ya se le han descontado porque no sé cuál es el avance del expediente. La semana pasada, el presidente del banco llamó personalmente al gobernador para ofrecerle colaboración. Lamentablemente, no lo pudo encontrar. Pero ya hay una resolución de aprobación del banco, en los términos que pidió la provincia.
Ya como economista, ¿cómo ve que perfila la segunda mitad del año?
Nosotros enfrentamos problemas de corto plazo y una oportunidad que es inmejorable para la Argentina. ¿Tenemos problemas con la inflación? Sí. ¿Es serio? Muy serio. Argentina está transitando un proceso de desinflación. Hizo pico en marzo y ahora se ve una desaceleración gradual. Creemos que la sociedad tiene que tener un freno gradual porque está muy lastimada para que hagamos una política de freno brusco de la tasa de inflación. Por eso, el gobierno despliega cuatro vectores de tratamiento, para que baje.
Por un lado, hay un menor financiamiento monetario del déficit fiscal.
Creemos en el ajuste de las cuentas públicas y el equilibrio fiscal, pero no a partir de que quien menos tiene, pague más, sino de invertir el proceso de presión impositiva con derechos de exportación, bienes personales, más Ganancias a las empresas grandes y menos a las pymes; bajar el impuesto a las Ganancias a los trabajadores y reintegrarles a quienes ganan menos de 150 mil pesos lo que aportaron desde enero.
Por otro lado, un tipo de cambio que el Estado administra, pero que se mantiene muy competitivo. Desde que asumió Alberto (Fernández), el dólar aumentó un 60% y la inflación acumulada es sólo de 3 o 4 puntos más que eso. Como contraparte, en el gobierno de (Mauricio) Macri, el dólar oficial se devaluó 542% y la inflación fue sólo de 286%. Eso, además, no generó una mejora de las variables económicas del país: terminamos con una inflación muy elevada y alta inflación potencial, porque el dólar le había sacado un buen terreno a los precios.
También están los precios regulados. En los primeros 5 meses del año la inflación fue del 21,5% y los regulados aumentaron lo mismo. Pero no van a aumentar más en los siguientes 7 meses del año y van a funcionar como ancla. Con las tarifas, hay una decisión del Estado nacional de que, después de un ajuste en la gestión anterior que multiplicó los precios por 10 y por 20, hay que tener una política clara de protección del poder de compra del salario. También va a contribuir a una desaceleración de la tasa de inflación.
El cuarto elemento es alinear los precios y los salarios. Los sindicatos negociaron en línea con la primera pauta del gobierno nacional, en torno a 30 puntos, y esto hoy requiere una revisión. Hay que ajustar la pauta salarial de acá a fin de año.
-¿Cuál es esa oportunidad inmejorable para la Argentina?
Yo soy un apóstol del desarrollo económico 2021-2041. Si hacía esta nota en 2002 y, entonces, decía que en 2005 la Argentina iba a estar como estuvo, me hubieran dicho que estaba loco. Bueno, la Argentina está en la ruta correcta y lo que se viene no es más o menos bueno; es buenísimo. El empresario que no invierte hoy, se está perdiendo una excelente oportunidad.
-¿Ligada a qué?
A un contexto global único. Estados Unidos está desplegando un programa de expansión fiscal que no tiene desde hace 70 años. Esto quiere decir que el dólar se va a debilitar y el precio de lo que le vendemos al mundo nosotros, los commodities, va a subir. Y va a mantenerse sostenido por mucho tiempo.
Además, China entra en una segunda fase de su desarrollo económico: al principio empujó el precio de la soja y ahora empuja el de la proteína animal.
Eso genera problemas en la Argentina, pero empuja enormemente la capacidad de generación de recursos. Brasil tenía un real que valía $ 6, hoy vale 5 y que va camino a $ 4,50, lo que permite que el dólar nuestro se retrase un poco sin perder competitividad. Además, con (Daniel) Scioli como embajador, se ha vuelto a convertir en el principal cliente de la Argentina.
Argentina es un país que está muy barato en dólares. La condición macroeconómica de crecimiento es inmejorable. En materia fiscal nos ahorramos 37 mil millones de dólares en la negociación con los fondos privados y nos vamos a ahorrar otro tanto cuando corramos el horizonte de vencimientos con el FMI. Por lo tanto, el esfuerzo fiscal va a poder orientarse a subsidiar tasas de interés y a mejorar las condiciones de competitividad de la economía argentina. A pesar de que suena difícil, éste es el momento para que las personas que invierten tomen el riesgo.