La asunción de Gabriel Boric como presidente de Chile genera algunas intrigas en cuánto a la estrecha relación que tiene ese país con la provincia de Mendoza. Si bien el vínculo abarca muchos aspectos sociales y políticos, Los Andes consultó con especialistas en comercio para entender qué cambios pueden darse en esta relación mutua.
Boric ganó el ballotage presidencial el 19 de diciembre con el Frente Amplio, una coalición de izquierda que se diferenciaba del bipartidismo tradicional chileno. Con 36 años, asumió como el presidente más joven de la historia chilena, proponiendo un mayor acceso a la salud y a la educación, que fueron algunas de las razones de las fuertes protestas en 2019.
En cuanto a la relación Mendoza-Chile, Mariana Cóvolo, directora de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad de Congreso, explicó que ambas partes “mantienen vínculos históricos, sociales y culturales que datan desde los intercambios entre nativos indígenas, mayormente nómadas”. Ese intercambio se profundizó luego con los arrieros, continuó con el ferrocarril y hoy se ve en las flotas de camiones que transitan la ruta internacional.
“La tradición sólo se discontinuó brevemente en períodos de gobiernos de facto, respondiendo, sobre todo, a una visión geopolítica que implicaba ver al ‘otro’ como potencial amenaza”, comentó Cóvolo, además de mencionar que con el Covid-19 también se redujo la relación entre ambas partes.
Tal como dijo el gobernador mendocino, Rodolfo Suárez, cuando envió una carta de salutación al flamante presidente chileno, Mendoza mantiene vínculos comerciales históricos fortalecidos por compartir la principal ruta del corredor bioceánico que une los puertos del Atlántico con la salida al Pacífico.
A título personal, Cóvolo cree que las relaciones bilaterales entre Argentina y Chile se seguirán afianzando ,ya que Boric puede buscar fortalecer vínculos y relaciones con la provincia, el país y la región. “Con Mendoza en particular, debido a su cercanía, es posible que se agilicen los pasos fronterizos y se afiancen las relaciones bilaterales y el intercambio turístico como estrategia de inserción regional por parte de Chile”, agregó.
Escenarios posibles
En la visión del economista Marcelo Licanic, director de Cosmopolitas, hay dos escenarios posibles. El primero es que Boric logre sus objetivos planteados de dar salud y educación a la mayoría de los chilenos, obteniendo recursos a través de impuestos a las mayores fortunas. El segundo escenario es que no logre cumplir sus metas y se resquebraje su proyecto político, complicando el panorama de Chile a nivel internacional.
En el primer caso, el especialista en mercados internacionales cree que sería positivo para Argentina: “¿Por qué sería algo bueno? Porque vamos a tener una gran cantidad de chilenos con posibilidad de consumir más carne argentina o pollo alimentado con granos argentinos”. El lado negativo de ese panorama es que algunas empresas locales podrían emigrar hacia el vecino país, porque “Boric apunta a las grandes riquezas, no a las Pymes”.
En el segundo caso, si el nuevo mandatario no lograra recaudar los fondos necesarios para sus reformas estatales, podría tener problemas para mantener al Frente Amplio con el que llegó al poder (incluyendo al Partido Comunista que ya ha hecho advertencias). Si ese problema interno se lleva al mercado internacional y la participación de Chile cae, Mendoza podría aprovechar los espacios que deje ese país en la comercialización de vinos y frutas.
Otra mirada es la de Graciela Rovera, quien preside la comisión de Comercio Exterior de la Federación Económica de Mendoza (FEM). En su opinión, la llegada de Boric a la presidencia no implicará grandes cambios en la relación comercial porque “Chile tiene una política de comercio exterior que se ha mantenido estable en por lo menos los últimos 25 años”.
La especialista explicó que, cuando en Argentina cambia un gobierno, el nuevo Ejecutivo endurece las exportaciones o flexibiliza las importaciones, priorizando uno u otros mercados, pero ésa no es la costumbre de Chile: “Aunque cambien de gobierno, ellos mantienen su política de comercio exterior sin grandes modificaciones. En ese sentido, no veo que se planteen problemas, sino que seguramente vamos a seguir en la misma línea”.
Rovera ha conversado con distintas empresas y, según lo que le han comentado, tampoco creen que la relación se pueda ver desfavorecida. Por el contrario, ambos países pueden seguir trabajando en fortalecer la relación, como cuando en 2019 se firmó un tratado para abordar temas como encadenamientos productivos, comercio y licitaciones.
“A nivel mundial, los chilenos tienen acuerdos comerciales con más de 86% del PBI mundial. Cambió el gobierno pero no creo que vayan a cambiar eso, porque siguen necesitando vender y comprar. Quizás hasta sigan ampliando sus tratados para ser más eficientes. Ellos son muy competitivos”, analizó la presidente de la comisión de Comercio Exterior de la FEM.
Buenas perspectivas
Ignacio Galará es un economista argentino que actualmente vive en Chile, y comenta que “la política exterior de Boric apunta a ser mucho más pragmática, y lejos de cualquier ideología”, de modo de promover vínculos útiles. En eso, señaló que el flamante presidente se ha mostrado en contra de crear organizaciones “en función de las afinidades ideológicas de los mandatarios de turno” que no han contribuido a la integración de la región.
“El primer viaje oficial de Boric será a Argentina el 5 de abril. Se busca avanzar en la reactivación de los mecanismos bilaterales de integración de alto nivel, detenidos por la pandemia, y en la provisión de gas de Argentina a Chile, facilitando el paso fronterizo y las inversiones”, apuntó Galará, quien además destacó que se pidió incluir a provincias del interior, afín a un enfoque interno de desarrollo interregional.
Si bien el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile es conducido por Antonia Urrejola (abogada y política) con un enfoque vinculado a Derechos Humanos, Galará resaltó que ese ministerio cuenta con su Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, conducida por José Miguel Ahumada. Él es un académico especializado en economía política del desarrollo y en América Latina, lo que hablaría de una cercanía con la región.
Una última mirada es la de Mario Lázzaro, gerente general de ProMendoza, para quien, en el corto y mediano plazo (2 y 4 años, respectivamente), la provincia no se verá perjudicada por la nueva gestión: “Chile tiene una estructura económica que ya funciona traccionada por los mercados internacionales, y gran parte de sus ingresos, con un PBI per cápita de U$S 13.500 , proviene de las exportaciones. Eso no se desarma fácilmente”.
En ese sentido, Lázzaro cree que el vecino país seguirá siendo un mercado de oportunidad para empresas mendocinas, en especial para las vinculadas con las manufacturas de origen industrial y con posibilidad de generar encadenamientos productivos (cuando una parte del producto se hace en Mendoza pero termina en Chile).
“Yo entiendo que Boric va a apuntar a resolver problemas sociales, como la falta de acceso a la educación y salud. Para poder solventar esa mayor asignación de recursos va a requerir que la maquinaria exportadora siga funcionando”, analizó el gerente general de ProMendoza.
Si bien el cobre representa alrededor de la mitad de las exportaciones chilenas, Lázzaro recuerda que viene creciendo la venta de otros productos. A diferencia de la economía argentina que tiene un mercado interno de 45 millones de habitantes, Chile cuenta con menos de la mitad (19 millones) y por eso su economía apunta más al mercado externo.
El escenario en el cambio de gobierno
Boric asume con varias dificultades económicas. Se estima que el Producto Bruto Interno de Chile repuntó más de 12% en 2021, pero las proyecciones del FMI prevén que durante 2022 el país crecerá mucho menos, alrededor del 2% (una desaceleración). Por otro lado, en enero de 2021 se registró una inflación interanual del 7,7 % que, para los argentinos, puede sonar como un número bajo, pero para Chile es el valor más alto en 14 años.
Quizás por eso la parte económica de su discurso se centró en su propio país, aunque también afirmó: “Tenemos que trabajar juntos con nuestros pueblos hermanos, como lo conversábamos hoy con presidentes de otros países. Nunca más mirarnos en menos; nunca más mirarnos con desconfianza. Trabajemos juntos en América Latina para salir adelante juntos”. Uno de los presidentes en la ceremonia era su par argentino, Alberto Fernández.
Los datos del Indec señalan que la balanza comercial entre ambos países fue positiva para Argentina en 2021: nuestro país importó unos U$S 695,69 millones, mientras que exportó a Chile U$S 4.206,3 millones (un saldo comercial a favor de Argentina por U$S 3.510,61 millones).
“Argentina exporta a Chile principalmente combustibles, aceites, cereales y carnes, mientras que en importaciones destacan productos industriales, mineros, agropecuarios y pesqueros”, detalló Ignacio Galará. Con un panorama internacional de recesión global y con una Europa en guerra que impacta sobre el mercado de commodities, el economista cree que “es un momento óptimo para potenciar las relaciones en la región”.
Marcelo Licanic agregó que Gabriel Boric ha presentado una buena afinidad con el gobierno argentino de Fernández, lo cual podría mejorar el comercio entre los países. “Eso ayudaría a que, por ejemplo, no nos vuelvan a dejar parados los camiones en el cruce, como pasó este verano pidiendo nuevos PCR”, señaló.