Este mes, la puesta en marcha de la Línea de Alta Tensión Cruz de Piedra permitirá a Mendoza duplicar su capacidad para abastecer la demanda eléctrica. Esta obra, que para muchos mendocinos podría pasar desapercibida, no solo mejorará la respuesta y operatividad frente a picos de demanda y fallas del sistema de generación en Mendoza y provincias vecinas, sino que también posibilitará la implementación de seis nuevos proyectos de energías renovables en la región.
Según explicaron desde el gobierno, proyectada hace más de 40 años, la línea de alta tensión atenderá la creciente demanda durante los picos de verano e invierno, incrementando la seguridad, calidad y confiabilidad de un sistema que se encuentra en riesgo de colapso desde hace tiempo.
Para ilustrar la situación, Pablo Magistochi, presidente de Emesa, explicó que en diciembre de 2015 el sistema eléctrico de Mendoza tenía una capacidad de abastecer una demanda de 1700 MW: 1400 MW de generación y 300 MW de transporte. Desde entonces, se han incorporado 160 MW de generación y 600 MW de transporte. Actualmente, se están construyendo 570 MW de generación y hay en cartera seis proyectos más a la espera de su aprobación por el Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable por 305 MW. Así, en 2024, Mendoza ya ha incorporado 760 MW y puede abastecer una demanda de 2460 MW. Pero la línea de alta tensión duplicará ese potencial.
Sin embargo, para el responsable de Emesa, el aporte más importante de esta línea no es solo la capacidad de transporte, sino la confiabilidad que aporta al sistema eléctrico, lo cual atraerá más inversiones a Mendoza.
“Debemos tener en cuenta que la adición de la línea de alta tensión Cruz de Piedra no solo aumenta la capacidad de interacción del sistema, sino que también mejora su confiabilidad. Esto es algo que se menciona poco. Por ejemplo, si una empresa de botellas quiere instalarse en Mendoza, realizará un estudio de factibilidad y uno de los factores clave que evaluará es la calidad de la electricidad. La confiabilidad es crucial porque, si la línea de producción se interrumpe y se pierde servicio, los costos asociados al desperdicio de materiales y la reactivación son significativos”, sostuvo Magistochi.
Y agregó “estas líneas, por tanto, no solo son importantes por la generación eléctrica, sino porque mejoran la confiabilidad del sistema. Un sistema eléctrico más confiable y sólido, como el que tendremos puede atraer más inversiones y mejorar la eficiencia en general”.
Energías renovables, la apuesta
Mendoza, aunque lentamente, ha estado desarrollando parques solares y generación de energía renovable. En el primer semestre del año, tres grandes jugadores del mercado ya comprometieron inversiones en este sector, las cuales estarán operativas en 2025. Además, recientemente se licitaron seis proyectos más que, una vez confirmados, sumarán 305 MW adicionales a través del Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable (Mater).
Genneia ha desembarcado en Mendoza con sus primeros dos parques solares en la provincia. El plan de inversiones de la empresa en Mendoza asciende a 250 millones de dólares y se ejecutará entre 2024 y 2025. Uno de los parques estará en el departamento de Malargüe y contará con 93 MW de capacidad instalada, requiriendo una inversión total de 90 millones de dólares. El Parque Solar Anchoris, la segunda iniciativa, estará ubicado en el departamento de Luján de Cuyo, contará con una capacidad instalada de 180 MW y requerirá una inversión de 160 millones de dólares.
Por su parte, YPF Luz anunció hace unas semanas la construcción de un nuevo proyecto destinado a continuar aportando energía renovable y competitiva a las industrias y empresas del país a través del Mater. Se trata del Parque Solar Fotovoltaico “El Quemado 1″, que estará ubicado en el departamento de Las Heras, a 53 km de la ciudad capital y a 13 km de la localidad de Jocolí.
Este proyecto, desarrollado junto con Emesa (Empresa Mendocina de Energía), se ubicará en una zona de alta radiación y tendrá un factor de capacidad estimado de 31.4%. En esta primera etapa, contará con más de 330.000 paneles bifaciales de última generación, instalados en una superficie de 350 hectáreas. La potencia instalada será de 200 MW, equivalente a la energía utilizada por más de 150.000 hogares, y evitará la emisión de más de 250.000 toneladas de dióxido de carbono al año.
Su puesta en marcha se prevé para el primer trimestre de 2026, con un plazo de construcción de 18 meses y una inversión estimada de 170 millones de dólares en la primera etapa.
En tanto que Aconcagua Energía está desarrollando simultáneamente dos parques solares fotovoltaicos: el Parque Solar Fotovoltaico Aconcagua en Luján de Cuyo y el Parque Solar Malargüe cerca de la ciudad del mismo nombre. Ambos proyectos totalizan una inversión de más de 125 millones de dólares y cubrirán un área combinada de aproximadamente 250 hectáreas.
Según explicaron desde la empresa a Los Andes una vez finalizado estos parques solares (Luján y Malargüe) aportarán un total combinado de 110 MW de potencia al Sistema Interconectado Nacional, lo que permitirá abastecer de energía renovable y limpia a unos 100 mil hogares.
“Se estima que para su construcción y montaje se contratarán más de 120 trabajadores de forma directa, enfocándose en el empleo local y contribuyendo al desarrollo económico de las zonas circundantes. Está proyectado que ambos parques estén completamente operativos dentro de los próximos 14 meses de iniciado el montaje”, sostuvieron desde Aconcagua Energía.