Los controles de precios, el “ancla” cambiaria y el retraso de las subas tarifarias son insuficientes para contener la inflación. Así lo demuestra el último informe publicado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de Mendoza. De acuerdo al organismo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró el primer cuatrimestre con un aumento del 23,8%, el valor más alto para ese período desde 1991.
Si se analiza la evolución histórica de la inflación en Mendoza, se encuentran algunos años con inflación pronunciada en los primeros cuatro meses, como fue el caso de 2021 (17,3%) y 2002 (19,5%), pero para encontrar un movimiento de precios mayor al de este año hay que remontarse hasta 1991, cuando la medición oficial registró una inflación del 31% entre enero y abril.
Qué pasó el mes pasado
Según la DEIE, el IPC de Mendoza aumentó 6,6% en abril, repitiendo el mismo resultado de marzo.
En este oportunidad la suba más pronunciada se produjo en el rubro de indumentaria (15,4% de aumento), que tuvo una alta incidencia de la estacionalidad, por el cambio de temporada.
Le siguieron en suba porcentual los rubros de equipamiento y mantenimiento del hogar (8,2%), atención médica (6,7%), esparcimiento (6,6%), alimentos y bebidas (5,3%), transporte y comunicaciones (4,7%), educación (3,9%), “otros bienes y servicios” (3,4%) y vivienda y servicios básicos (1,3%).
De cara al futuro las perspectivas inflacionarias no son las mejores, teniendo en cuenta que habrá aumentos de tarifas a partir del 1 de junio y que hace unos días volvieron a subir los precios de los combustibles en todo el país.