Un punto central del acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (que todavía sigue en discusión), sería la quita de subsidios a las tarifas de servicios, de modo de achicar el déficit fiscal hacia los próximos años. Si bien eso impactará en las facturas de todos los usuarios, en el caso de Mendoza el efecto sería menor que en otras partes del país por no contar con subsidios nacionales para la distribución.
En un informe técnico elaborado por Fundación Ideal sobre el preacuerdo Argentina-FMI, se estipula que el déficit primario debería pasar del 3,5 % que hubo en 2021 a un 0,9 % en 2024. Teniendo en cuenta que este año no se darían algunos ingresos extraordinarios de 2022, como el impuesto Aporte Solidario o los Derechos Especiales de Giro del FMI, la pregunta pasa por dónde recortar.
“Obra pública y subsidios a servicios públicos son los únicos componentes de gastos que poseen la magnitud y flexibilidad necesaria como para alcanzar la meta anunciada. Recordemos que la obra pública y subsidios representarían un 4,4% del PBI según PP-2022, mientras que en 2019, en el marco del programa con el Fondo, representaron 2,5% del PBI”, se lee en el informe de Fundación Ideal.
Puntualmente sobre subsidios, el informe detalla que en 2021 representaron el 3,1% del PBI, divididos en 2,2% para energía, 0,5% para transporte y 0,4% para “otros”. Según el presupuesto presentado para 2022, se calculaba un 2,2 % del PBI, dividido en 1,4% para energía, 0,5% para transporte y 0,4% para otros. El dilema, apuntan desde Fundación Ideal, es que menos subsidios energéticos implicarían un aumento de las tarifas por encima de la inflación.
¿Cómo es el subsidio a la energía? A nivel nacional hay un precio por la energía. Es un mercado donde influyen la oferta y la demanda. La Nación subsidia ese valor, que es como un commodity, para facilitar la compra directa de energía en el mercado nacional. Después, la electricidad es distribuida en cada provincia, y ahí además la Nación puede subvencionar la distribución provincial aparte.
Desde el Ente Provincial de Regulación Eléctrica (EPRE) informaron que en todo el país está subsidiada la compra directa de energía, pero Mendoza no recibe de la Nación subsidios específicos. Eso sí ocurre con las distribuidoras Edenor y Edesur, que entregan la energía en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con tarifas menores a Mendoza.
Si bien hay mendocinos que cuentan con subsidios locales por un total más de $ 4.500 millones anuales, esos son subsidios que otorga el Gobierno de Mendoza a través del Fondo Provincial Compensador de Tarifas y con recursos propios del sistema eléctrico. Ahí se incluyen tarifa social, electrodependientes por cuestiones de salud, jubilados, riego agrícola, zonas de montaña, industrias electrointensivas y otros sectores vulnerables.
La visión de economistas
Consultando con economistas mendocinos de distintas corrientes, la mayor parte destacó que Mendoza recibe menos subsidios energéticos que en Capital Federal, y que por eso el impacto sería menor en esta provincia que en CABA. Además, habrá que observar cómo impactan esos aumentos en la inflación.
Dante Moreno, economista asesor del PJ, criticó que Argentina tenga un sistema donde en proporción paga lo mismo quien tiene altos y bajos recursos, y apoyó la idea de diferenciar las tarifas: “La segmentación va a ayudar. Quizás sea más duro para los segmentos de mayor capacidad de consumo y de ingresos. También afectará a grandes empresas. Recordemos que Techint obtuvo un buen subsidio durante la época de Mauricio Macri”.
Otra opinión fue la del economista José Vargas, director de Consultora Evaluecon, para quien es probable que el Gobierno nacional realice ajustes en subsidios según lo que pida el FMI en la “letra chica” del acuerdo. Puntualmente, cree que “en Mendoza habrá impacto por las tarifas, pero será menor que en otras regiones porque hoy no es una de las provincias más beneficiadas”.
Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, no duda de que habrá aumentos en las tarifas, sobre todo en lo que respecta a electricidad y gas. En cuanto al transporte, recordó que “la mayor parte del subsidio en el transporte lo pone la Provincia, así que ahí el efecto será menor”. De todos modos, cree que será importante ver cómo estos aumentos repercutirán en los costos de las empresas y en la dinámica inflacionaria.
La economista Carina Farah destacó el debate sobre “la regresividad territorial de los subsidios en Argentina”, que genera que en CABA el boleto de transporte público subsidiado cueste casi la mitad de lo que vale en Mendoza. “Me parece un avance replantearnos por qué hay zonas más subsidiadas que otras. Lo que me preocupa es que la eliminación de subsidios implique ‘echar leña’ al fuego de la inflación. Será una mala situación para muchos usuarios”, reflexionó Farah.